Alimentación España , Soria, Miércoles, 08 de noviembre de 2006 a las 21:21

La producción de sustancias medicinales a partir del caracol potencia su explotación agrícola

Hoy ha tenido lugar una charla informativa sobre la helicicultura en Tiermes

LS/DICYT El delegado para Castilla y León de la Asociación Nacional de Criadores de Caracoles en Cautividad (Ancec), Yojanan Ramos, y el gerente de la mayor granja de caracoles de España, José Melero, explicaron hoy a los vecinos de Tiermes los principios básicos de la helicicultura o cría de caracoles, una tendencia al alza en nuestro país refrendada, además de por su interés culinario, por las posibilidades de obtener sustancias medicinales muy apreciadas por los laboratorios farmacéuticos.


Yojanan Ramos, desarrolló su exposición incidiendo en las diversas formas de explotación de las granjas de caracol. Para Ramos, la helicicultura es una actividad con futuro, sobre todo en el medio rural, ya que sus vecinos pueden obtener con la granja un suplemento a la renta que perciben con otro tipo de explotaciones agrícolas-ganaderas.

 

El éxito de los caracoles radica según, el especialista, en que es un manjar gastronómico y España se ha situado como segundo consumidor mundial detrás de Francia, con un incremento de la producción desde 2002 del 10%. Además, son una fuente de sustancias medicinales y los laboratorios farmacéuticos están desarrollando productos que ayudan a curar úlceras, combatir afecciones como el asma, la gota o las hemorragias nasales a partir de compuestos en los que el caracol es una pieza clave.


La inversión inicial que un promotor debería de realizar oscila entre los 15.000 y 36.000 euros, en función de la técnica a utilizar. Los expertos recomiendan comenzar con una granja de reducidas dimensiones y a medida que se van perfeccionando los conocimientos ampliar la granja. En opinión de Ramos, producir caracoles es fácil ya que la inversión no es muy elevada y el granjero tan sólo deberá controlar el ciclo biológico que transcurre de marzo a octubre.

 

Con este tipo de explotación se evitan costes innecesarios en maquinaria, ya que no es preciso controlar las condiciones climatológicas. En cuanto a la alimentación de los caracoles, según Yohanan Ramos, se basa en pienso ecológico compuesto de alfalfa, vitaminas, carbonato cálcico y harinas de maíz y cebada. El pienso ecológico consigue que el caracol tenga mayor robustez, presencia y cuente con una carne más blanca. “Estos caracoles se comercializan en restaurantes por eso la calidad debe ser alta y con una trazabilidad adecuada”, explicó.

La conferencia tuvo lugar en el salón del Hotel Termes, y estuvo organizada por la Asociación de Amigos del Museo de Tiermes.


La helicicultura


Según explica el proyecto LIFE Tiermes-Caracena, la helicicultura es una actividad que se desarrolla en Francia y en Italia desde hace más de 30 años. Esta alternativa agrícola zootécnica ha sufrido una fuerte expansión debido a la reducción de caracoles como recurso natural en nuestra geografía y en toda Europa. Ante ellos se han desarrollado diferentes modelos de criadero, con el objetivo de desarrollar la cría de caracol Helix Aspera y Helix Pomatia. Los sistemas propuestos por la asociación son cuatro: el sistema cerrado intensivo francés, que desarrolla el proyecto en interior; el sistema abierto exterior italiano, que utilizan recintos con mallas especial resistente a la intemperie, sin estructura de protección o mediante mallas térmicas; el sistema intensivo en invernadero innovación italiana y complementado con ayuda del Instituto Internacional de Helicicultura, y el sistema mixto o Inra, que consiste en desarrollar la reproducción en local cerrado y engorde en el exterior.


Según José Melero, que cuenta con la mayor granja de caracoles de España, actualmente el producto es deficitario en la Unión Europea y se está pagando entre 4 y 10 euros el kilo. La venta del caracol puede hacerse en vivo, congelado o en conserva. Aunque en España el más extendido es el primero, siendo en Francia por ejemplo, donde hay más posibilidades de explotación, ya que “han creado subproductos de caracol como caviar, paté, pasta con caracol e industria farmacéutica y cosmética. Se trata de un mercado en expansión y potencialmente muy rentable”, explicó.


Melero invirtió 60.000 euros en su granja, y obtiene cada temporada más de 12 millones de alevines, la mayor producción de España, con un volumen de negocio de más de tres millones de euros.