Tecnología España , León, Jueves, 11 de junio de 2009 a las 18:26

La Universidad de León recuperará un códice del siglo XV con técnicas de desinsectación e hidratación

La investigadora Concha Casado ha cedido a la institución de Educación Superior una edición facsimil del Fuero de Sepúlveda, que adquirió en los años 50

Antonio Martín/DICYT Lámpara de cuarzo, desinfectación e hidratación. Éstas serán algunas de las técnicas que aplicará en un códice del siglo XV que la historiadora Concha Casado ha cedido hoy al Archivo General de la Universidad de León. La investigadora encontró esta copia facsímil del Fuero de Sepúlveda en un lote que adquirió en una librería del rastro de Madrid en los años 50 y no llegó a utilizarla en ninguna de sus investigaciones. En 1998, la cedió temporalmente a la institución de Educación Superior leonesa y ahora ha formalizado el regalo. Desencuadernada y roída por xilófagos tras el paso de muchos siglos, el incunable será sometido ahora a una cura con técnicas de última generación.

 

El documento consta 40 hojas de Derecho castellano aplicable a pleitos de sucesiones en 39 municipios de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda (Segovia). Otras seis se perdieron en el transcurso de su copia, realizada en la mitad del siglo XV por un notario, y la actualidad. En total eran 92 páginas. La obra, según el director del Archivo General, Alejandro Valderas, presentaba "páginas desencajadas, rastros de xilófagos, la piel del pergamino sucia por el uso y falta de hidratación en las hojas". El acto de esta mañana, en el que se ha formalizado la cesión por parte de la historiadora y el rector, José Ángel Hermida, sirve para que la Universidad de León comience los procedimientos para que el códice se incluya en el Inventario de Bienes Muebles autonómico y para solicitar ayuda técnica al Centro de Restauración de Bienes Culturales, ubicado en Simancas (Valladolid).

 

Según el procedimiento aprobado, el códice se someterá a varias actuaciones antes de que vuelva a estar disponible en el archivo para los investigadores. Primero, se digitalizarán las imágenes, lo que permitirá a los científicos que trabajen con el documento no deteriorar el original y poder ampliar las imágenes digitalizadas para atender a detalles de la letra gótica no percibidos por el ojo. En segundo lugar, el documento se someterá a una lámpara de cuarzo, un utensilio que disponen pocas instituciones en León. Hay una, por ejemplo, en el cabildo catedralicio. La lámpara de cuarzo permite leer una parte de un texto que se ha borrado con el tiempo. En este caso concreto, esta aplicación es muy útil. En tercer punto, el fuero se someterá a desinfectación en una cámara, para eliminar los insectos y larvas que pudiera contener. En la cuarta fase de la recuperación, se hidratará cada página, bien sumergiéndolas en agua y alcohol, bien con una técnica de humidificación con papel secante mojado. Finalmente, el facsímil pasará por una mesa de succión en la que se, a través de unas planchas, otro papel absorberá la humedad sobrante y se eliminarán pliegues de las hojas.

 

Usos del fuero

 

El códice, como era costumbre en la Edad Media, se dividía por cuadernillos. En cada uno se trataba un tema en concreto. El Códice Casado, al ser una de las 28 copias existentes del Fuero de Sepúlveda, calca la estructura del original, que data de 1300, aunque los textos originarios de este texto legal son precententes, en latín, y corresponden a la época de la repoblación de esta zona del valle del Duero (siglo XI). En 5 cuatrierniones (uniones de cuatro hojas) y un triernión (de tres). Cada hoja de pergamino se divide en dos páginas. En el caso de la copia de la Universidad de León, faltan seis hojas cuyo contenido se conoce por los otros facsímiles existentes. Mide 18'3 por 25'8 centímetros y sólo contiene una ilustración.

 

Vigente hasta el siglo XIX en cuestiones de sucesiones y herencias en la parte este de la provincia de Segovia, el Fuero de Sepúlveda presenta unas características muy interesantes para investigadores de las áreas sociales. El texto está en latín y romance medieval y presenta un gran número de galicismos y leonesismos. "Es difícil de comprender cómo se encuentran estos giros del leonés tan lejos de su área de influencia", indica Valderas. El documento también permitirá observar la evolución de la lengua castellana en los 150 años que separan el original del Códice Casado.