Salud México , Distrito Federal, Miércoles, 07 de abril de 2010 a las 18:38

Las moscas, útiles para el estudio de procesos genéticos y biológicos del ser humano

Comparte hábitos similares a los del ser humano, así como el 60 por ciento de los genes

UNAM/DICYT La mosquita del vinagre (Drosophila melanogaster) permite observar procesos genéticos y biológicos, porque al entender a este organismo se puede plantear su estudio en otros seres vivos, como el humano, aseguró Patricia Ramos Morales, académica de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM. Por ello, el Banco de Moscas de esta entidad universitaria conserva material biológico vivo para su preservación; en este caso, cultiva a esa y otras especies parecidas, porque su estudio es importante tanto en docencia como en investigación.


“Este insecto comparte hábitos similares a los del ser humano, así como el 60 por ciento de los genes; aunque nos veamos distintos, somos similares”, destacó. A través de ilustraciones, explicó, los estudiantes pueden conocer las mutaciones morfológicas (modificaciones en el organismo), así como la herencia de un gen; de esta manera, se enriquece la formación académica, pues aporta memoria visual, lo que contribuye a generar experiencias y entender conceptos.


La especialista señaló que la genética es un área del conocimiento que demanda pensamiento abstracto; ejemplo de ello son los genes y cromosomas, conceptos complejos en su enseñanza, por el sitio donde se encuentra la información genética, y porque tienen un tamaño pequeño, “sin embargo, es esencial entenderla, pues todos la expresamos”.


Patricia Ramos, responsable del Banco de Moscas, indicó que es importante comprender cómo se heredan los genes de padres a hijos y, en determinado momento, qué importancia tiene el sexo del individuo que recibe esa información.


Para realizar este análisis, se utiliza la mosquita del vinagre, pues no es necesario sacar sus cromosomas, ni directamente sus genes, porque basta con observarlo, aseguró. El insecto hembra puede tener ojos de color blanco, pero los machos suelen tenerlos rojos; por tanto, con la cruza se esperaría que las crías expresarían la característica dominante (el rojo).


Sin embargo, cuando los machos heredan los ojos blancos es porque manifestaron el cromosoma sexual X de su madre, y el estudio de este gen se puede seguir a lo largo de la herencia de las generaciones, sin necesidad de sacar cromosomas, explicó.


“Es difícil estudiar al humano y darle seguimiento a los linajes familiares para tratar de rastrear estos genes. Por ello, recurrimos a este insecto, pues su exploración es más versátil”, comentó.


Además es un excelente monitor, porque ingiere algunos alimentos similares a los que consume el hombre, lo que lo convierte en un organismo centinela, es decir, ante el impacto de condiciones agresivas en el ambiente, son los primeros en resentirlo y ello puede constituir una alerta temprana sobre la modificación negativa del entorno.


También se utiliza para explorar los efectos de sustancias, como la aplicación de nuevos fármacos para evaluar el potencial de riesgo, en caso de generar efectos colaterales.

 

Aspectos relacionados con el metabolismo


En el ámbito biológico, permite analizar aspectos relacionados con el metabolismo, pues el organismo de ambos seres vivos es similar; asimismo, se utiliza como modelo para estudiar cáncer y genes, adicción a drogas, cambios en la conducta o enfermedades neuro-degenerativas.


En el Banco, también se investigan otras especies similares, como la mosquita jorobada, un indicador en genética forense; puede habitar en residuos animales o humanos, lo que permite conocer el tiempo transcurrido desde que muere un organismo.


La mosquita del vinagre (Drosophila melanogaster) recibe este nombre porque tiene la capacidad de soportar alta acidez y reproducirse. Ramos Morales explicó que el ciclo fértil de este insecto dura una semana, y la hembra puede producir 500 huevos, “la ventaja en genética es que en 10 días existen 500 adultos, si quisiéramos tener la misma cantidad de seres humanos provenientes de una sola mujer, tardaría casi 400 años”.