Alimentación México , México, Martes, 06 de marzo de 2012 a las 17:05

Los bosques montañosos de América central, lugares con un gran potencial para descubrir especies nuevas

Un estudio analiza los patrones de diversificación de un grupo de aves endémico de estas montañas

MNCN/DICYT Existen regiones como las tropicales y subtropicales que se caracterizan por una extraordinaria biodiversidad, en las que sin embargo trabajan muy pocos investigadores por lo que resulta muy difícil conocer la riqueza de especies. En estas circunstancias, la filogeografía constituye un elemento muy útil. Desde sus inicios, hace apenas 25 años, la filogeografía estudia los aspectos históricos que determinan la distribución actual de las poblaciones.

 

A partir del análisis de las genealogías podemos llegar a conocer procesos de colonización, diversificación y extinción de los linajes génicos en determinadas áreas, así como el impacto de sucesos del pasado en la estructura genética de las poblaciones actuales. Esta ciencia nos ayuda a comprender los procesos evolutivos que han dado lugar a la biodiversidad del presente.

 

Los bosques montañosos de América central requieren para su desarrollo unas condiciones particulares de altitud, humedad, temperatura, tipo de suelo, etc. Aquellas zonas que no reúnen las características idóneas actúan como barreras, por lo que estos bosques a menudo se encuentran aislados. Esta fragmentación ha dado lugar a un extraordinario nivel de endemismo en la avifauna de esas montañas, lo que incrementa las posibilidades de que se produzca especiación alopátrica -la que tiene lugar al aislar físicamente dos poblaciones durante largos períodos de tiempo.

 

Dentro de las aves, existe un grupo de pequeños paseriformes de la familia Parulidae conocidos vulgarmente como chipes. Las especies del género Ergaticus resultan particularmente llamativas por su vistoso plumaje rojo, y habitan los bosques montanos de América central situados entre 2000 y 3800 m. Hasta la fecha, sólo se han reconocido dos especies, aunque no existen estudios detallados sobre la variación geográfica del género y la estructura genética de sus poblaciones.

 

'Ergaticus melanauris', nueva especie

 

Un equipo internacional en el que han participado científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Kansas, ha estudiado la variación genética en este grupo mediante el análisis de tres marcadores de ADN mitocondrial. Su objetivo consistía en examinar los patrones de diversidad y divergencia genéticas dentro del grupo y deducir a partir de ahí la historia demográfica y evolutiva del género Ergaticus. Encontraron cuatro linajes genéticos bien diferenciados que concuerdan con las regiones montañosas de América central, y revelan la existencia de al menos una nueva especie, Ergaticus melanauris, en el noroeste de México.

 

El investigador del MNCN Borja Milá, señala: "Nuestro estudio confirma que la avifauna de Centroamérica y el Neotrópico está muy poco estudiada, y su diversidad gravemente subestimada. Cada nuevo estudio filogeográfico en la región descubre la existencia de nuevas especies y nos permite comprender mejor los procesos de especiación".

 

Según el estudio, publicado en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution, la diferenciación entre los distintos linajes de chipes ocurrió en la primera mitad del Pleistoceno. Este período ha resultado crucial para la diversificación de la avifauna en América central como consecuencia de sus fluctuaciones climáticas, que aislaron a las poblaciones en distintas cordilleras montañosas.

 

Desde una perspectiva de conservación, el área tan restringida que ocupan estas especies resulta especialmente preocupante. Los bosques montanos de América central son hábitats muy amenazados y la existencia de especies endémicas con un rango de distribución tan reducido, incrementa el número de taxones con riesgo de extinción.