Salud España , Salamanca, Miércoles, 21 de julio de 2004 a las 17:29

Los expertos analizan el papel que desempeñan las células de Langerhans en los tumores cutáneos

Jesús Paramio, del Ciemat, participa mañana en las las jornadas de formación del Centro de Investigación del Cáncer

AVPR/DICYT Jesús Paramio, miembro del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), analizará mañana jueves la implicación que tienen las células de Langerhans en el desarrollo de tumores cutáneos y en algunos tumores oculares, como el retinoblastoma. La charla se engloba dentro del ciclo de conferencias destinadas a expertos que cada semana organiza el Centro de Investigación del Cáncer, y tendrá lugar en el salón de actos a partir de las 12:30 de la mañana.

Bajo el título Papel de la familia de retinoblastoma en epidermis, Paramio expondrá las similitudes y diferencias encontradas entre estos dos tipos de tumores. Los investigadores han descubierto que en ambas patologías están implicadas las células de Langerhans. Estas células tienen su origen en la médula ósea y pueblan la capa más superficial de la piel, la epidermis, con una densidad de alrededor de 700 a 800 células por milímetro cuadrado. Su función es esencial para el sistema inmune de un organismo, ya que están especializadas en activar las células T con el fin de provocar una respuesta inmunitaria primaria. Por ello, juegan un papel esencial en las alergias de contacto, trasplantes de piel y otros procesos inmunológicos.

 

Mutación del gen RB

 

Tanto en el retinoblastoma como en los tumores localizados en la epidermis, estas células sufren daños, pero mientras que en el caso del tumor de epidermis suele estar originado exclusivamente por una agresión externa (por ejemplo, una quemadura solar), en el caso del cáncer de retina pueden tener su origen, en una mutación congénita, entre un 15% y un 20% de los diagnósticos. En estas circunstancias en las que se han detectado varios casos en una misma familia, el médico puede someter al paciente a las pruebas de un consejo genético para determinar si es portador de la mutación y su predisposición a padecer el tumor.

El cáncer de retina suele detectarse en niños a edades tempranas, normalmente antes de los cinco años, y se presenta cuando una célula de la retina en crecimiento desarrolla una mutación en el gen RB (un gen supresor de tumor). Esta mutación hace que la célula crezca sin control, convirtiéndose en cancerígena. Si el tumor es diagnosticado a tiempo suele curarse en el 100% de los casos.