Alimentación España , Zamora, Martes, 10 de enero de 2006 a las 17:11

Los expertos auguran que la próxima gran riada del Duero en Zamora tendrá lugar entre los años 2011 y 2012

La Diputación edita un cuaderno y un calendario sobre los recursos hidrológicos en Zamora

AR/DICYT La próxima riada del Duero en Zamora tendrá lugar aproximadamente entre los años 2011 y 2012. Así lo considera el ingeniero Javier R. Marquina en un estudio realizado para Iberdrola. En dicho estudio se analizan los ciclos históricos de avenidas del Duero y del Esla. Tras documentar todos los datos pluviométricos y las crecidas desde la antigüedad hasta mediados del pasado siglo, constató un “curioso ciclo de avenidas importantes cada 151'5 años”. Según aparece recogido en un libro que la Diputación de Zamora acaba de editar sobre la importancia del agua en la provincia”, con textos de Concha San Francisco y Justo Rubio, y al que ha tenido acceso DICYT.

 

Según dicho análisis, si se toma como referencia la gran crecida de 1939, la siguiente podría producirse
en el año 2090. Pero si los datos se remontan a la crecida del año 1860 entonces la siguiente gran riada
podría tener lugar a corto plazo, en los próximos cinco o seis años.


En dicha publicación sobre el agua se explica como desde dicha institución provincial se ha se ha
trabajado desde 1970 en la difícil tarea de llevar a todos y a cada uno de los municipios de la provincia
el agua corriente. Actualmente, las redes de abastecimiento llegan a la totalidad de los núcleos urbanos y alcanzan los 1.803 kilómetros de longitud.


En esta recopilación, se relata también otro gran problema que sufren los ríos de la provincia a causa
de los vertidos de aguas residuales urbanas sin depurar. En la provincia sólo existen depuradoras de vertidos en Zamora, Toro y Benavente (aunque esta última no ha entrado aún en funcionamiento), es decir en las grandes poblaciones y en el entorno del lago de Sanabria, por su situación especial desde el punto de vista medioambiental. Además, se describe otra dificultad que afecta a las grandes infraestructuras como los embalses, que según los especialistas “modifican la sedimentación de los cauces y provocan disminución en el aporte de nutrientes que necesitan los ecosistemas de los ríos”. De esta forma logra reducirse su capacidad de autodepuración y regeneración.


La publicación editada por la institución provincial, y que será repartida junto a los 11.500 calendarios sobre los recursos hidráulicos de la  provincia, se especifica que la presencia de agua en la provincia es escasa, irregular y cíclica. Lo habitual es que en la capital las lluvias no alcancen los 400 milímetros(387'59 milímetros de media entre los años 1961 y 2004).