Alimentación España Salamanca, Salamanca, Viernes, 02 de febrero de 2007 a las 18:26
Día Mundial de los Humedales

Los humedales de Castilla y León acogen cada invierno a 130.000 aves acuáticas

Las lagunas de la región son muy sensibles a las lluvias y ven alterada su población en función de las temperaturas

José Pichel Andrés/DICYT Los humedales de Castilla y León acogen cada invierno a 130.000 aves acuátiacas, según los datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). La mayor parte de las especies se concentran en las Lagunas de Villafáfila, en Zamora (con 33.500 ejemplares registrados en 2006) y en las palentinas de La Nava (27.100) y Boada (20.000). Sin embargo, la población puede variar de forma sensible de un año a otro en función de las temperaturas.

 

En el conjunto de España se contabilizan 1.800.000 aves acuáticas en los meses invernales y algunos humedales superan o se acercan a la cifra global de las registradas en toda Castilla y León, como es el caso de Doñana, donde pasan los meses de frío unos 200.000 ejemplares, o el delta del Ebro con unas 120.000 aves censadas. Gaviotas, garzas, patos y somormujos son las especies más comunes en las zonas húmedas de la Península Ibérica, sin embargo, las particulares características de los humedales de Zamora y Palencia, con aguas salinas y de poca profundidad, hacen que sus pobladores sean gansos, azulones y especies no buceadoras.

 

Estas lagunas son endorreicas, es decir, que sus aguas proceden de la lluvia y se encuentran estancadas, sin desagües hacia el exterior y sin aporte de lagos o ríos, lo que repercute en que, tanto los humedales de Villafáfila, como los de Boada y La Nava sean muy sensibles a los régimenes de lluvias, según ha explicado a DICYT Juan Carlos del Moral, técnico del Departamento de Proyectos de SEO/BirdLife. Al margen de estos humedales, las aves acuáticas en Castilla y León se concentran también en algunos embalses, pero en ningún caso superan los 5.000 ejemplares.

 

El número de aves de las lagunas zamoranas y palentinas se ha mostrado muy sensible a los cambios en las temperaturas. De hecho, el pasado mes de diciembre los responsables de la Reserva Regional de Caza de Villafáfila estimaron que la población de ánsares o gansos, la especie mayoritaria, apenas alcanzaba la mitad que en años anteriores (15.000 frente a los casi 30.000 habituales), probablemente motivado por las altas temperaturas registradas en el norte de Europa, de donde llegan cada invierno. "En Villafáfila nunca se registran máximos, porque si no hace mucho frío las aves se quedan en Francia, y si lo hace, emigran hasta Doñana", explicó Juan Carlos del Moral.

 

Nuevas tendencias

 

A pesar de que las últimas informaciones sobre el cambio climático y el aumento de las temperaturas en los últimos años invitan a pensar en una reducción de aves acuáticas migratorias, como ha sucedido este invierno en Villafáfila, SEO ha registrado en el conjunto de España un leve incremento del número de aves, un 5% más en los últimos 15 años. Eso sí, con excepciones como el avefría, que en los últimos años emigra en menor medida desde Alemania, Suecia o Noruega. Además, también existe el fenómeno contrario, cuyo mejor ejemplo es la cigüeña. Una especies que emigraban a África y ahora permanecen cada vez más en España, como también ocurre con la abubilla o el águila calzada.

 

En opinión de Juan Carlos del Moral queda mucho por hacer en humedales como los de Castilla y León. Sin embargo, también cree que están mucho mejor que hace años, especialmente en el caso de las lagunas palentinas, desecadas hace décadas para destinar su superficie a la agricultura. "La Nava estaba a punto de desaparecer y Boada estaba totalmente desaparecida. Ahora empiezan a tener los niveles de antes, pero es imposible que se recuperen del todo, especialmente La Nava, que está partida por una carretera", apunta.

 

En busca de voluntarios para contar pájaros
En la actualidad, no de los objetivos de la SEO es elaborar un censo sobre la población de aves acuáticas que permanecen en los humedales españoles. Desde hace más de 20 años se contabilizan los ejemplares presentes durante el invierno, pero nunca se ha hecho lo mismo en primavera en el conjunto de España. Con esta carencia es imposible tener información fiable ante casos como la gripe aviar. "No se puede evaluar el riesgo si no sabemos si las aves vienen de otros países o de una provincia de al lado, porque algunas especies pueden proceder de ríos o lagos cercanos", declara Juan Carlos del Moral. Por eso, la SEO movilizará a cerca de 1.000 voluntarios, más de un centenar en Castilla y León, para realizar este novedoso e importante censo.