Ciencia España , León, Viernes, 08 de septiembre de 2006 a las 16:43

Los últimos estudios arqueológicos constatan que las murallas del noroeste de la Península sufrieron numerosas modificaciones durante el siglo V

Estas novedades han sido presentadas hoy en el congreso sobre Estudios de la Frontera Romana que se celebra en la capital leonesa

MJF/DICYT Las murallas situadas al noroeste de la Península Ibérica fueron modificadas considerablemente durante el siglo V para brindar una mayor protección ante los flujos migratorios ocasionados por las invasiones bárbaras. Éstos son los resultados que arrojan los últimos estudios arqueológicos realizados sobre la materia y que ha desgranado hoy la catedrática en Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, Carmen Fernández Ochoa, en el congreso de Estudios sobre la Frontera Romana que se celebra en la capital leonesa.


Las modificaciones efectuadas en los recintos amurallados se deben "a que hay una situación diferente a causa de los flujos migratorios por las invasiones bárbaras, que en realidad son pasos consentidos de gente nueva", señala Carmen Fernández Ochoa. Este contexto, tal y como explica, "crea en el poder público y en los municipios un cierto temor evidente hacia una amenaza, aunque ésta no sea tan real como lo había sido en tiempos anteriores, pero el Estado se protege y crea unas murallas y unos centros de protección como puntos de apoyo".

Las modificaciones efectuadas consisten en la reducción de los dos vanos de las puertas a uno y en la eliminación de los denominados cuerpos de guardia habitualmente existentes en la entrada. La arqueóloga indica que además se decrecen las calles y sólo se deja un vano muy pequeño en las puertas para controlar el acceso.

Esta serie de constataciones se han descubierto mediante los restos que han ido apareciendo en excavaciones arqueológicas como la de Puerta Obispo, en la capital leonesa, y Castroventosa, en la localidad leonesa de Cacabelos, en las que se han encontrado "materiales de importación que proceden de otras zonas, como del valle del Ebro, que se van sucediendo en varios rellenos", indica la arqueóloga, quien también resalta que "las cerámicas y las monedas también encontradas nos hablan de esa secuencia".

Otra de las revelaciones a las que ha dado lugar la elaboración de los últimos estudios arqueológicos es una militarización o tendencia militar importante. "Estamos constatando que aunque las murallas son recintos civiles, en ellos tiene una mano muy fuerte el ejército, probablemente porque los municipios se apoyaban en la presencia de tropas en la zona para que les ayudaran a hacer esas estructuras", apunta Carmen Fernández Ochoa. Esto se refleja en semejanzas estructurales en las que se nota esa influencia militar en las murallas de todo el noroeste de la Península y "prácticamente en todas las del norte".