Salud España , Salamanca, Lunes, 18 de octubre de 2004 a las 17:48

Más de 100 especialistas se darán cita en las jornadas de la Sociedad Española de Química Terapéutica

El encuentro analizará, a partir de este jueves, las novedades en el diseño de nuevos fármacos

AVPR/DICYT El jueves día 21 comienzan las VI Jornadas de la Sociedad Española de Química Terapéutica (SEQT) que en esta ocasión se celebran en Salamanca bajo el título Estrategía y nuevas tecnologías en el diseño y obtención de fármacos. Marina Gordaliza, profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca y miembro del comité organizador, ha expresado a DICYT su satisfacción "por el hecho de que el programa científico que hemos elaborado haya despertado el interés de más de 100 profesionales".

 

Durante las jornadas, en cuyo comité científico están representados el sector de los laboratorios farmacéuticos, como Glaxo Smith Kline y Almirall-Prodesfarma, institutos de investigación (CSIC) y entidades docentes, como la propia Universidad de Salamanca, se tratarán temas más específicos relacionados con las nuevas tecnologías que, procedentes de la Química, la Biomedicina o la Informática, se emplean actualmente en el diseño de fármacos.

 

Se trata de un programa muy completo en el que se tocan temas punteros en el diseño de tratamientos farmacológicos. Durante los dos días que dura el congreso se ha previsto la intervención de 10 investigadores procedentes de los principales laboratorios farmacéuticos europeos y de diversas universidades. Entre ellos destacan las intervenciones de Carmen Nájera, profesora de la Universidad de Alicante, y del científico del Instituto Munincipal de Investigación Médica de Barcelona Jordi Mestres.

 

Precisamente Mestres será el encargado de exponer los avances que se están desarrollando en una de las áreas más recientes del diseño de fármacos como es la quimiogenómica. Esta disciplina se dedica al desarrollo y aplicación de herramientas informáticas para facilitar las labores de identificación de moléculas activas, así como de familias enteras de proteínas que puedan utilizarse bien como sondas químicas, bien como dianas moleculares.

 

Las sondas químicas se utilizan para comprobar que una diana terapéutica es válida, es decir, que se está atacando uno de los puntos débiles de la enfermedad a la que se está combatiendo. Por su parte las dianas moleculares se utilizan para la generación de cabezas de serie dentro del proceso del descubrimiento de fármacos.