Ciencia México San Luis Potosí, México, Lunes, 27 de octubre de 2008 a las 18:29

México celebró su XV Semana de la Ciencia y la Tecnología, con la Tierra como invitada de honor

Llevar de la mano el conocimiento básico y el de última generación a millones de niños y jóvenes, es el mayor reto del evento de divulgación más importante del país

Eva Aguilar/DICYT La Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología de México cumplió recientemente 15 años como la actividad divulgativa más importante del país. Entre el 20 y el 24 de octubre pasados, funcionarios, científicos, divulgadores, instituciones y organizaciones de ciencia se unieron una vez más en este esfuerzo anual por despertar en los niños y jóvenes el interés por las disciplinas científicas y motivar su curiosidad por el mundo del conocimiento.

 

El evento, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), tuvo este año como sede nacional al estado de San Luis de Potosí, y a Tijuana, en el estado de Baja California, como subsede.

Para esta ocasión, los organizadores decidieron hacer de las peculiaridades de la Tierra y sus problemas el tema central de la actividad, como apoyo a la iniciativa de la UNESCO de designar el 2008 como el Año Internacional del Planeta Tierra.

 

Miguel Ángel García, director de Divulgación y Difusión Científica y Tecnológica de CONACYT y coordinador de la Semana de la Ciencia, explicó a DiCYT que la decisión se tomó a partir de una convocatoria internacional que hizo la UNESCO para que “nos sumáramos a una serie de actividades que se están llevando en el mundo”.

 

“Uno de los objetivos de estas actividades es tener una base de datos de los principales científicos e investigadores del mundo que están trabajando en los diez temas que tienen que ver con el planeta Tierra”, dice García.

 

Estos diez temas elegidos por la UNESCO abordan aspectos relacionados con el bienestar de las sociedades humanas: la salud, el clima, los acuíferos, los océanos, los suelos, las capas profundas de la Tierra, las megalópolis, las catástrofes, los recursos naturales y la vida. Y en base a ellos, museos en cada una de las sedes de la Semana de la Ciencia mexicana ofrecieron exhibiciones y talleres relacionados, entre otros aspectos, con la vida en nuestro planeta y el cambio climático.

 

El director de Divulgación de CONACYT señala que aunque la Tierra fue la invitada de honor, ninguna de las otras áreas del conocimiento científico se quedó por fuera de la celebración general. La física, la química, la biología y las ciencias sociales, fueron tan protagonistas como las ciencias ambientales.

 

Para los organizadores, la Semana de la Ciencia también pretende ser un evento en el que los jóvenes comprendan la intrínseca relación que existe entre la investigación científica y la generación de conocimiento, y el desarrollo económico de los países.

 

“Lo que hacemos es invitar a los investigadores que están generando conocimiento de frontera [en áreas como] nanotecnología y biotecnología. También hemos buscado que participen empresas para que los niños vean cómo se vincula el conocimiento científico a los negocios; cómo la base de cualquier sociedad moderna que se precie de serlo tiene que estar fundamentada en el conocimiento y la innovación”, explica García. “Por eso buscamos que los niños visiten fábricas, laboratorios y puedan entender la vinculación estrecha entre ciencia, tecnología, innovación y negocios, porque esta es además la única salida que nos queda como país para ser competitivos, ofrecer mejores empleos y un mayor desarrollo”.

 

Después de tres lustros de celebración, el responsable de la Semana de la Ciencia reconoce que el mayor reto en la organización del evento es lograr la coordinación entre todos los estados mexicanos, pero, sobre todo, seguir el paso vertiginoso de los avances científicos y tecnológicos para llevarlos frescos y perfectamente presentados a los aproximadamente 12 millones de niños y jóvenes que participan en la actividad.

 

“Cómo actualizar cada año los contenidos para que niños y jóvenes tengan a su alcance el conocimiento científico de última generación de una manera sencilla y lúdica es un gran desafío”, señala García. “Ciertamente hay que saber cuáles son las leyes fundamentales de la física de Newton, pero qué ha pasado con la nueva física, con la física cuántica, qué está pasando, por ejemplo, con el Colisionador de Hadrones, adónde vamos, qué vamos a descubrir, ese es el reto fundamental”.