Ciencias Sociales España , Salamanca, Lunes, 07 de marzo de 2011 a las 17:48
MAÑANA, 8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

"No creo que ninguna mujer se vaya a sentir discriminada en el sistema de la Ciencia"

La investigadora de la Universidad de Salamanca Eva María Martín del Valle reflexiona sobre el papel de la mujer en la investigación

José Pichel Andrés/DICYT Eva María Martín del Valle es una de las investigadoras más destacadas en el ámbito de la Ingeniería Química en la Universidad de Salamanca. Dentro de un área de conocimiento tradicionalmente vinculada a los hombres, no sólo ha sacado adelante una brillante carrera docente e investigadora, sino que actualmente dirige uno de los proyectos de investigación más ambiciosos de la institución académica acerca de la búsqueda de vías de administración de quimioterapia para cáncer de pulmón basadas en microcápsulas, que cuenta con 1'4 millones de euros de financiación por parte del European Research Council (Consejo Europeo de Investigación) a través de las becas ERC Starting Grants, dirigidas a científicos que se encuentran en el inicio de su carrera. Ante la celebración mañana, 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer, reflexiona en una entrevista concedida a DiCYT sobre la situación de la mujer en la Ciencia y sus opiniones son poco convencionales.

 

¿Considera que la mujer carece de igualdad en el ámbito de la Ciencia?
En absoluto. Además, siempre he sido contraria a las leyes de paridad e igualdad, paradójicamente, desde mi punto de vista estas leyes nos han perjudicado a las mujeres que pensamos que estamos haciendo algo en el camino adecuado. Por ejemplo, cuando estás en una comisión ya no sabes si estás por tu valía, tu capacidad y tu desarrollo científico en un área o porque hay que cumplir una serie de normas. 

 

Por ponerla a usted de ejemplo, ¿cuáles han sido sus mayores logros?
Terminé aquí mi tesis doctoral y me trasladé a Estados Unidos para realizar otro doctorado a la vez que era profesora ayudante en el ámbito de la Ingeniería Química Mecánica del Aeroespacio. Más tarde, viajé al Reino Unido para tener mayor experiencia en la industria, aunque mi idea era volver para formar parte del sistema español de Ciencia y Tecnología, para lo cual regresé con una beca Ramón y Cajal. Así, me incorporé al Departamento de Ingeniería Química y Textil en 2003 y después pasé a ser profesora titular.

 

Y en ese momento inició sus investigaciones actuales...
Desde que me incorporé traté de establecer una línea de investigación nueva basada en los conocimientos que había adquirido fuera para desarrollar algo distinto a lo que se hacía aquí. Es cuando empiezo con la microencapsulación. Viendo las carencias que había en la empresa privada, consideré que había un espacio donde abrirse camino dentro de mis conocimientos. Por eso, conseguimos un proyecto nacional para desarrollar nuevas tecnologías de producción de cápsulas con diferentes aplicaciones, principalmente, focalizadas en biomedicina. Después surgieron varios contratos con empresas y proyectos de investigación universitarios y, finalmente, el logro más importante ha sido el proyecto de la beca Starting Grants para el desarrollo de una línea de investigación multidisciplinar en la búsqueda de nuevas vías de administración de quimioterapia en cáncer de pulmón que sean más efectivas y con menos efectos negativos para los pacientes. En este tiempo, sigo realizando estancias de investigación en Estados Unidos y en el Reino Unido, porque es bueno ver y que sean vistas las investigaciones que nosotros realizamos, además de fomentar que los estudiantes de doctorado viajen a centros de investigación con los que colaboramos.


¿Observa alguna diferencia en el papel de la mujer en la Ciencia entre España y otros países avanzados?

La verdad es que nunca he visto ninguna ley de paridad ni en Europa ni en América y, de hecho, cuando una comisión me evaluó el proyecto europeo, de 20 expertos creo que sólo había dos o tres señoras. Se ponía de manifiesto que el sistema paritario no estaba establecido, pero en Física y en Ingeniería hay antecedentes de que generalmente el número de mujeres orientadas a estas carreras era menor hace 20 ó 30 años. Actualmente las cosas están cambiando. Es verdad que hay mujeres que ocupan puestos de gran responsabilidad en empresas privadas y en Estados Unidos la presidenta de la asociación americana de ingenieros químicos es una mujer. Desde mi punto de vista nunca he percibido que, en mi campo de investigación, frente a una capacitación de una mujer haya un sistema discriminatorio, lo cual no quiere decir que no exista en otras áreas.

 

Sin embargo, el número de catedráticas y mujeres en otros puestos de responsabilidad sigue siendo muy bajo.

Eso tiene que ver con los antecedentes. En el año 1960 no había ninguna mujer cursando Ingeniería Industrial, Ingeniería Aeronáutica o Ingeniería Naval o había muy pocas, con lo cual es imposible que ahora haya catedráticas en este ámbito. Sin embargo, si le damos la vuelta y buscamos en otras carreras, tampoco hay hombres enfermeros, aquí el porcentaje de mujeres era mucho mayor. Esto se debe a que la sociedad focalizaba que las mujeres fueran a hacer unas determinadas carreras y los hombres otras. Sin embargo, este hecho no viene condicionado por una discriminación, sino por unos antecedentes sociales y culturales que hacían que las mujeres se decantaban por las Letras y las Filologías y los hombres, por las Ingenierías.


Algo que en la actualidad ha cambiado...
En Ingeniería Química tenemos un porcentaje equilibrado y, en algunas promociones, más chicas.
 

Aún así, ¿hay que mejorar algo en favor de la igualdad o es mejor no tocar nada?
Creo que lo hemos empeorado al haberlo tocado. Se ha creado una incertidumbre hasta el punto de que cuando te llaman para una comisión te preguntas internamente si te están llamando para cumplir con una normativa o si de verdad estás capacitada. Tanto para las comisiones como para diferentes sistemas de dotación de plazas o dinero no hay que hacer alusión a la paridad, sino buscar a los profesionales más competentes y competitivos. Estoy totalmente en contra de las leyes de paridad.

 

¿Es cierto que las mujeres pueden aportar una visión o una sensibilidad diferente a algunas actividades?

La sensibilidad es inherente a la persona. Por ejemplo, en mi experiencia de colaboración científica con profesionales de la Oncología no creo que por definición las mujeres seamos más sensibles para transmitir algo. Está más relacionado con la educación cultural como personas que con el hecho de ser hombre o mujer.

 

¿Qué le diría a una estudiante que no sabe si decantarse por la carrera investigadora teniendo en cuenta la situación económica actual?
Paradójicamente, en estas épocas de crisis es cuando el sistema de investigación puede generar un cambio social. El entusiasmo, la capacidad de trabajo, la creatividad y el inpput para pensar que se pueden hacer cosas para cambiar la situación es lo fundamental. Es precisamente en estos momentos complicados cuando el desarrollo de tecnologías y sistemas empresariales es más importante, el desarrollo de algo que nos permita ser competitivos es lo que puede dar lugar a cambio social.


Pero decidirse a ser investigador o investigadora, ¿no requiere un gran coste personal?
Cuando un alumno termina no suele saber qué quiere hacer. Algunos quieren incorporarse a la empresa y otros que quieren dedicarse a la docencia y la investigación, pero hay un gran abanico que no saben qué hacer porque no saben qué les va a aportar la investigación. Los conceptos externos que se tienen de la investigación pueden ser equivocados, pero la satisfacción de hacer algo útil para la sociedad es muy gratificante.


¿Y usted cree que no por ser mujer una investigadora lo va a tener más difícil?
En absoluto, ni muchísimo menos. Desde mi experiencia, puedo decir que jamás me he sentido discriminada ni creo que una mujer se vaya a sentir discriminada en el sistema de la Ciencia, sino todo lo contrario.