Ciencia España , Burgos, Miércoles, 05 de septiembre de 2012 a las 17:42

Nuevas teorías asocian el canibalismo entre 'Homo antecessor' a la defensa y ampliación del territorio

La abundancia de niños y adolescentes en el canibalismo documentado sugiere que estos homínidos atacaban a grupos de poco riesgo

CGP/DICYT Desde hace ya algún tiempo se sabe que el Homo antecessor, una especie homínida que vivió hace cerca de 800.000 años en la Sierra de Atapuerca, en Burgos, practicaba el canibalismo, pero nunca ha quedado claro por qué lo hacía. Un estudio publicado recientemente en el Journal Human Evolution (JHE) sugiere la posibilidad de que el infanticidio y el canibalismo se practicaron por la defensa y ampliación de un territorio rico en recursos. Los ejemplares capturados eran mayoritariamente individuos inmaduros a los que se sometía a los mismos procesos de carnicería que los animales.


Para llegar a estas conclusiones, "se ha comparado el canibalismo practicado por chimpancés, humanos modernos y casos arqueológicos con las evidencias del nivel TD6 del yacimiento de la Gran Dolina (Sierra de Atapuerca) y de esta manera explorar las posibles causas que motivaron esta conducta en el Pleistoceno inferior, aproximadamente hace 800.000 años", indica Palmira Saladié, investigadora principal que firma el artículo y miembro del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).


En el artículo, titulado Intergroup cannibalism in the European Early Pleistoceno: The range Expansión and imbalance of power Hypotheses, se constata cómo al comparar las modificaciones o marcas de corte producidas durante la descarnación de las carcasas o fracturación de los huesos de restos Homo antecessor para el consumo del tuétano con las localizadas en otros animales no se observan diferencias en el tratamiento, según la información del IPHES recogida por DiCYT.


"De este modo las modificaciones encontradas en Homo antecessor y los huesos de otros animales indican que el proceso de carnicería fue el mismo sobre las diferentes especies y que los restos una vez consumidos se descartaban sobre el suelo de hábitat de la misma manera", apunta Palmira Saladié. "Esto sugiere, tal y como ya se publicó en 2010 en la revista Current Anthropology, que los homínidos que utilizaron Gran Dolina como campamento cazaban y consumían individuos de otros grupos de manera recurrente, incluyendo esta conducta en su sistema cultural", añade la misma investigadora.


Aunque hay un número creciente de restos humanos con claras evidencias de canibalismo en yacimientos prehistóricos de Europa, este tipo de registro es aún escaso como para poder extraer conclusiones generales. En el caso de conjunto de TD6, la información principal que tenemos es la siguiente: "en primer lugar, los diferentes eventos de características similares se llevó a cabo sucesivamente, y segundo, el consumo de los restos era para fines nutricionales. Ambas inferencias sugieren la naturaleza funcional del canibalismo en este lugar", indica Palmira Saladié.


Mayoritariamente niños


Por otro lado, el equipo que firma el artículo ha visto que los homínidos consumidos eran mayoritariamente individuos inmaduros, "lo que es una indicación del consumo de los individuos relacionados con el menor riesgo para el agresor durante su captura. Esta se habría producido en un intento de proteger el territorio de influencia posiblemente de grupos de vecinos o de nuevos grupos entrantes en la misma zona. Los atacados probablemente habrían sido formados en el momento del asalto por pocos individuos, incluidos niños y adolescentes, acompañados de machos y hembras adultos", señala.


Concretamente, el canibalismo documentado en TD6 incluye principalmente el consumo de individuos inmaduros, entre los que se encuentran varios niños. La distribución de edades de los homínidos canibalizados no es consistente con la que muestran otros casos de de exocanibalismo practicado por grupos de homínidos o humanos. En cambio, es similar a los perfiles de edad que se observan en el canibalismo asociado con la agresión intergrupal en los chimpancés. "Por ello, hemos utilizado una analogía con la conducta de estas primates para proponer que los homínidos de TD6 llevaban a cabo ataques de bajo riesgo sobre miembros de otros grupos para defender el acceso a los recursos dentro de los propios territorios y tratar de ampliar estos espacios en detrimento de los grupos vecinos", apunta Palmira Saladié.


El canibalismo conocido tanto históricamente como etnográficamente se llevó a cabo entre las sociedades productivas, estructuradas y jerárquicas, y con cargas simbólicas muy complejas. Estas sociedades suelen poseer mitos complejos, en los que el canibalismo se incluye dentro de su concepción del mundo y de las personas que conforman las suyas y otras sociedades. Por ello, el canibalismo es generalmente abordado en el marco de las explicaciones sociales, políticas o religiosas. "Sin embargo, esta complejidad -explica Palmira Saladié- no se puede transferir directamente a las sociedades cazadores y recolectores del Pleistoceno, para quienes la práctica de esta costumbre puede haber sido impulsada por circunstancias ecológicas, o por la combinación de ambas razones, aunque no son fácilmente visibles en el registro arqueológico".