Alimentación España , Salamanca, Mi茅rcoles, 09 de julio de 2008 a las 18:51

Nuevos sensores detectan si un vino ha envejecido o no en barrica de roble

Un grupo de la Universidad de Valladolid ha presentado esta investigaci贸n en el congreso internacional sobre sensores celebrado en Salamanca

JPA/DICYT En el sector del vino, algunos productores recurren al fraude al comercializar sus caldos como envejecidos en barrica de roble cuando en realidad han estado en recipientes de acero inoxidable en los que se han introducido trozos de madera, según los expertos. Para detectar el engaño, un grupo de la Universidad de Valladolid trabaja con unos detectores que ya están en el mercado, pero que podrían servir para analizar mejor los componentes del vino tras una puesta a punto, según han explicado hoy en Salamanca dentro de un congreso internacional sobre sensores de gases y radiaciones.

 

Natalia Prieto, investigadora del Departamento de Física de la Materia Condensada que realiza su tesis sobre este asunto ha explicado el mecanismo. "Tenemos una red de sensores comerciales que tienen capacidad para detectar compuestos volátiles y la estamos adaptando a este tipo de trabajos, para ver los compuestos que hay en el vino", ha comentado en declaraciones a DiCYT.

 

Para ello, "recogemos una muestra y la tratamos con un determinado software en el ordenador que nos permite conocer si ha sido envejecido en barrica o en acero", explica. Este sistema, que entra dentro del concepto de "nariz electrónica" consiste en "una red de sensores que se acopla a un sistema de reconocimiento de patrones de las señales eléctricas que aportan dichos sensores al reaccionar en contacto con el vino", según la experta.
 

Cambio de color en función de la temperatura 
La última jornada del congreso Gas and radiation sensors, que ha celebrado durante esta semana en Salamanca, ha servido para exponer los pósters de los investigadores españoles más jóvenes en este campo y para finalizar las conferencias de los expertos internacionales. Así, la investigadora Svetlana Mintova, de la Universidad Haute Alsace, en Alsacia (Francia), ha explicado su trabajo con un tipo de sensores ópticos sensibles a la luz que podrían instalarse como recubrimiento de los edificios. Esto haría posible que en un día con temperatura exterior alta, los materiales exteriores cambien de color de forma que reflejen toda la luz y el interior no se caliente. Por el contrario, un día de invierno, con poca temperatura, el sistema dejaría pasar la luz para calentar el interior.