Ciencias Sociales Panamá , Panamá, Miércoles, 14 de enero de 2009 a las 17:22

Panamá hace una revisión exhaustiva de su Plan Estratégico de Ciencia, Tecnología e Innovación

El apoyo a I+D, el mejoramiento de la formación del recurso humano y la innovación en la educación escolar se perfilan como los objetivos del plan que mejor se han cumplido

Eva Aguilar/DICYT La Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá (SENACYT), inició el pasado mes de octubre una revisión exhaustiva de la implementación del Plan estratégico de ciencia y tecnología que ha regido las políticas científicas del país en los últimos tres años, con el fin de detectar cuál ha sido el nivel de cumplimiento de los objetivos y dejar recomendaciones a las futuras administraciones, antes de que el actual gobierno termine sus funciones este año. 

 

El Plan Estratégico para el Desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (2005-2010) fue aprobado oficialmente en diciembre de 2005, después de seis años sin que el país contara con un documento consensuado para dirigir las políticas científicas del país.

 

Los objetivos del plan estratégico panameño son básicamente: la innovación y modernización tecnológica del sector productivo; el incremento de las actividades en I+D y el fortalecimiento de la preparación académica y técnica de los investigadores; el fortalecimiento del aprendizaje escolar y no formal de ciencias; y el fortalecimiento institucional.

 

Si bien había pasado apenas un año desde su aprobación oficial, a finales del año 2006 el documento fue sometido a una revisión estructural. Entonces se decidió agregar a los objetivos originalmente propuestos elementos como la descentralización de las políticas de ciencia en un esfuerzo por extender sus beneficios a todo el país. Igualmente se incluyó la coordinación con los sectores encargados del medio ambiente.

 

"El plan original había soslayado prácticamente el área ambiental", explica a DiCYT Diana Candanedo, ex directora de Gestión de SENACYT y desde hace varios años la persona encargada de velar en cuerpo y alma por el manejo del Plan estratégico.


El proceso actual de revisión deberá concluir en marzo y un mes después SENACYT planea hacer público el informe que resulte de la evaluación. Son tres las reuniones que las diferentes comisiones sectoriales (salud, género, ingeniería, energía, entre otras) que trabajaron en la redacción del plan han sostenido hasta ahora, aunque SENACYT cuenta además con la asesoría de consultores externos, como es el caso de la corporación canadiense International Development Research Centre, y la empresa Mullin Consulting Ltd, autora de la revisión publicada en 1999 de las políticas científicas de Chile.

 

Resultados positivos

 

Aunque habrá que esperar a qué los resultados de la evaluación estén completos, la encargada del Plan estratégico cuenta que el punto del documento que tiene como objetivo el apoyo al sector de Investigación y Desarrollo (I+D), es uno de los que más y mejor se ha cumplido en los últimos años.

 

"En tres años se han invertido un poco más 14 millones de dólares [unos 10.6 millones de euros] en proyectos de investigación, siendo los sectores más beneficiados la biotecnología y las ciencias básicas", señala Candanedo. "Sectores como la arqueología y la agroindustria han tenido también una buena capacidad de propuesta. Las ayudas [económicas] se ganan por competencia y los sectores dependen de su habilidad para organizarse" a la hora de presentar sus propuestas durante los periodos de las convocatorias que lanza la secretaría.

 

Candanedo agrega que el apoyo a la formación de los investigadores en niveles superiores de educación y entrenamiento, también figura entre los objetivos del Plan estratégico que se han cumplido, gracias a los diferentes programas de becas que SENACYT comparte con el Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos de Panamá.

 

"Hasta el momento SENACYT tiene 416 becarios, prácticamente la misma cantidad de investigadores trabajando en jornada completa que el país tenía en el año 2004", señala Candanedo. "Si pensamos que de esos 416 becarios al menos el 60% son doctorales y postdoctorales, podemos decir que estamos aumentando la masa crítica de investigadores en más de la mitad de lo que ya existía".

 

De una forma más modesta, Candanedo menciona el avance que se ha logrado en la implementación de la metodología de la indagación como forma de aprender ciencia en las escuelas de todo el país, a través del programa Hagamos Ciencia.

 

"Este es un sector mucho más difícil, que no se mueve con la rapidez que quisiéramos. Pero si no cambiamos la base de la educación media, lo que le llega a las universidades son estudiantes que después dejan a Panamá muy atrás en las pruebas de matemática y ciencias".

 

Objetivos sin cumplir

 

Como puntos flacos del Plan estratégico de ciencia y tecnología de Panamá, Candanedo opina que uno de ellos es el tema de la descentralización: la política científica sigue beneficiando más a los investigadores e instituciones instalados en la capital y tiene menos impacto en el resto de las provincias. Igualmente, agrega Candanedo, es poco lo que se ha podido hacer en estos años en cuanto al fortalecimiento de las instituciones que forman parte del sistema de ciencia. "Aunque ha habido algunos logros independientes, no podemos decir que estas trabajen de forma articulada".

 

Candanedo hace énfasis en que la revisión del Plan Estratégico que está en proceso no consiste en la revisión de un documento sino en la implementación que se ha hecho del mismo. "Esto no es una evaluación de escritorio. SENACYT sigue el principio de la evaluación constante y para abril o mayo queremos tener un documento que incluya un aporte para la próxima administración; que le señale lo que se planteó hacer, lo que se logró, lo que faltó por hacer y lo que propondríamos que se siguiera haciendo", concluyó.