Salud España , Salamanca, Mi茅rcoles, 20 de abril de 2016 a las 16:50

Plataforma para la b煤squeda de f谩rmacos contra la degeneraci贸n macular

Investigaci贸n del Instituto de Neurociencias de Castilla y Le贸n

USAL/DICYT Desde los inicios el hombre parece abocado a una búsqueda continua del elixir que le otorgue la inmortalidad. Sin embargo, ese bonus de años que ha ido añadiendo a su bolsa de vida eterna gracias al avance de la medicina y ciencia también trae consigo la manifestación de una serie de dolencias asociadas inevitablemente al envejecimiento de su organismo. Vivimos más, envejecemos más.

 

Este es el caso de una patología ocular común en la población mayor de 60 años denominada “Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)” y para la que la científica Conchi Lillo, adscrita al Instituto de Neurociencias de Castilla y León de la Universidad de Salamanca, trabaja con el objetivo de crear una plataforma pionera a nivel internacional con la que impulsar la creación y el ensayo de fármacos en la lucha de esta enfermedad para la que, a día de hoy, sólo existe tratamiento paliativo.

 

El objetivo final del estudio de los investigadores de la Usal es patentar una herramienta con la que “poder hacer ensayos de los fármacos actuales, y futuros, utilizados en la clínica de la DMAE. Esta herramienta nos permitiría ver cómo actúan en el desarrollo de la patología”, apunta Lillo a Comunicación Usal. Y aún más, a partir de entonces sería posible comprobar de primera mano “cómo afecta el fármaco a la estructura celular del epitelio pigmentario, tipo de célula especialmente afectada cuando hay DMAE, así como la sintomatología y los posibles efectos secundarios y, todo ello, evitando la experimentación directa en el paciente”, añade la científica.

 

La investigación, titulada “Validación de un modelo de cultivo de epitelio pigmentario humano para el estudio de la DMAE y el ensayo de terapias farmacológicas” dio comienzo en enero y se desarrollará a lo largo de los próximos 3 años. Discurre en colaboración con diferentes grupos de oftalmología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca y del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal). Asimismo, está auspiciada por el Ministerio de Economía y Competitividad y el Instituto de Salud Carlos III a través de la convocatoria del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) y cuenta con una dotación económica de 120.000 euros.

 

Línea de cultivo de epitelio pigmentario: punto de partida

 

El punto de partida de la iniciativa tiene su origen en el talento del joven investigador doctoral Antonio Escudero, discípulo de la profesora Lillo, que ha logrado estabilizar por primera vez con éxito una línea de cultivo de células de epitelio pigmentario humanas, en vivo, que mantienen las mismas características reales que en su entorno natural en el ojo y que las hacen idóneas para la experimentación.

 

Escudero consiguió este hito tras una estancia de investigación en EE.UU con el científico David Williams en el centro Jules Stein Eye Institute (Los Ángeles), donde aprendió diferentes técnicas relacionadas con el epitelio pigmentario y las inyecciones de vectores víricos en retinas de animales de experimentación. A partir de esta línea de cultivo y con el suero de pacientes del Hospital Clínico de Salamanca diagnosticados con DMAE los investigadores tratarán de determinar si existe algún tipo de biomarcador de la patología en ellos.

 

En definitiva, se tratará de “exponer las células de nuestro cultivo al suero del paciente y ver si desarrollan la patología que esta persona muestra. A la vez, se experimentará en los cultivos que presenten la patología con la farmacología utilizada en DMAE para determinar si el fármaco actúa a favor o en contra de la salud de estas células de epitelio pigmentario”, concluye la investigadora de la Usal.

 

DMAE y sus factores de riesgo: edad, ambiente y hábitos de salud

 

La degeneración macular es un trastorno ocular, más común en personas de más de 60 años, que destruye lentamente la visión central y aguda dificultando la lectura y la visualización de detalles finos. La enfermedad está causada en su origen por el daño del epitelio pigmentario, que conlleva la muerte secundaria de los fotorreceptores y, en los casos más severos, una proliferación anómala de vasos sanguíneos que irrigan la mácula.

 

Las células del epitelio pigmentario tienen la función diaria y continua durante toda nuestra vida de reponer ciertas funciones de los fotorreceptores, agentes protagonistas en la visión. El desgaste prolongado que con el paso del tiempo sufren estas células del epitelio se refleja en la acumulación de una serie de detritos, o depósitos de basura, que son incapaces de eliminar por sí mismas y que forman un entorno tóxico que afecta seriamente a su funcionamiento, llegando a ocasionar su muerte.

 

Además del factor edad como agente fundamental en el desarrollo de DMAE, también hay algunos genes responsables de que una persona pueda llegar a expresar o no esta patología. No obstante, Lillo considera más determinantes los factores ambientales, como la fotoexposición del ojo sin protección adecuada, o los malos hábitos de salud que derivan en la acumulación de toxinas en nuestro organismo. En este sentido, la ingesta de “ácidos grasos (colesterol) y el consumo de tabaco y alcohol acumulados en sangre produce una toxicidad excesiva en todas las células, inclusive en las del epitelio pigmentario, afectando a su correcto funcionamiento. Nuestros ojos también se ven afectados”, alerta la científica.

 

En la investigación participan: Conchi Lillo y Almudena Velasco Arranz del Incyl; Inés Franco, Lourdes de Juan, David Barreda, Rebeca Castro, Isabel Gómez y Mª Ángeles de Santiago oftalmólogos del Hospital Clínico. Todo el grupo es, además, personal del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca.

 

El suero que utilizarán para el estudio proviene de pacientes del Servicio de Oftalmología del Hospital Clínico Universitario que presenten desarrollada diferentes tipos de degeneración macular con el fin de conformar una muestra fiable de los dos tipos de DMAE existente, seca y húmeda.