Medio Ambiente España , Granada, Lunes, 01 de abril de 2019 a las 11:44

Primeras imágenes de la estructura de dos importantes volcanes submarinos antárticos

Los datos se han obtenido en el marco de la Campaña Antártica española 2018-2019, que acaba de finalizar

DICYT - Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han logrado obtener imágenes de la estructura de dos de los volcanes submarinos más importantes del Estrecho de Bransfield, en la Antártida, en el marco de la Campaña Antártica española 2018-2019, que acaba de finalizar.

 

La UGR lidera el proyecto de investigación “BRAVOSEIS: Estudio sismológico de los volcanes submarinos del Estrecho de Bransfield (Antártida)”, un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia y Universidades, en colaboración con grupos nacionales y extranjeros, y que se desarrolla en el periodo 2017-2020.

 

El Estrecho de Bransfield está situado entre la Península Antártica y las islas Shetland del Sur, en las que España tiene dos Bases Antárticas. Es una zona de extensión que está dando lugar a la apertura de un rift oceánico, es decir, una fractura en la corteza por la que puede ascender material del interior.

 

Uno de los fenómenos asociados a este proceso es el desarrollo de volcanismo activo. En el Estrecho de Bransfield hay varios edificios volcánicos, y la mayoría son todavía submarinos (exceptuando las islas Decepción, Penguin, y Bridgeman).

 

El proyecto BRAVOSEIS pretende investigar la actividad de esos volcanes submarinos del Estrecho de Bransfield, de los que se sabe muy poco. El conocimiento generado supondrá un avance muy importante tanto a nivel teórico como práctico, especialmente en esta zona donde se concentra la mayor densidad de bases científicas de toda la Antártida. Para conseguir este objetivo, se está realizando un estudio basado en el despliegue de una red sísmica densa y perfiles de geofísica marina, que se extenderá durante tres campañas de investigación en la Antártida en el periodo 2017-2020.

 

En la campaña que acaba de finalizar, un grupo formado por unos 30 investigadores se ha desplazado a la Antártida entre enero y febrero de 2019. El objetivo era realizar tres tareas fundamentales: completar una red sísmica terrestre, formada por 17 sismómetros de banda ancha situados en las islas Shetland del Sur y la Península Antártica; desplegar una red sísmica marina, formada por 24 sismómetros de fondo oceánico (OBS) y 6 hidrófonos de anclaje; y realizar estudios de geofísica marina (batimetría, perfiles sísmicos, gravimetría, magnetismo) sobre los volcanes submarinos, para entender la estructura tridimensional tanto a nivel local como regional.
 

Medidas geofísicas

 

A pesar de las adversidades debidas al mal tiempo, al estado de la mar, presencia de grandes icerbergs, etc, “hemos conseguido realizar la mayor parte de las actividades previstas, instalando todas las estaciones sísmicas y consiguiendo medidas geofísicas a lo largo de unos 1500 kilómetros de perfiles”, explica el investigador de la UGR Javier Almendros González, quien ha participado en la campaña.

 

Todos los instrumentos se han diseñado para que puedan funcionar de forma autónoma durante un periodo de un año. “Ahora solo tenemos que esperar que los instrumentos funcionen correctamente, y en 2020 regresaremos a la Antártida para extraer los datos registrados”, apunta el investigador.

 

En el trabajo han colaborado investigadores pertenecientes a instituciones nacionales y extranjeras. Entre ellos hay que resaltar la participación de la Universidad de Wahington y la National Oceanographic and Atmospheric Administration (NOAA) de Estados Unidos, así como del Geoforschung Zentrum Potsdam (GFZ) y el Alfred Wegener Institute (AWI) de Alemania, según la información de la UGR recogida por DiCYT.

 

A nivel nacional, la UGR cuenta con colaboradores de varias instituciones, como la Universidad de Jaén, el Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto Geográfico Nacional, la Universidad Politécnica de Madrid, etc. La logística y los medios los ha aportado la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, gracias al apoyo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa.