Alimentación México Monterrey, Nuevo León, Lunes, 20 de septiembre de 2010 a las 17:28

Que se encarguen los supermercados y el maíz

La Ley de Residuos Sólidos contempla la creación de una norma que regule que las bolsas que se entregan en los supermercados sean degradables o biodegradables.

JST-Tec de Monterrey/DICYT La Ley de Residuos Sólidos publicada en 2009 contempla la creación de una norma que regula que las bolsas que se entregan en los supermercados sean degradables o biodegradables además, prohíbe que las que se regalen sean de plástico. A ello se ha resumido en la opinión pública la búsqueda por disminuir los problemas de contaminación por estos residuos en el Distrito Federal.

 

Dicha ley contempla varios capítulos y disposiciones particulares, pero la discusión sobre la norma que entró en vigor el pasado 19 de agosto y que se acota a las bolsas en cuestión, da pie para aclarar si realmente está única medida que propone cambiar estos recipientes plásticos por biodegradables representa una solución ambiental integral.

 

Además, en análisis se extiende a que esto se esté limitando a la operación de los supermercados cuando ni siquiera se entiende al cien qué significa el término y la realidad y consecuencias de lo biodegradable; al mismo tiempo que la responsabilidad del cuidado del ambiente se traslada a los supermercados cuando quedan fuera muchos otros establecimientos que ofrecen estas bolsas y cuando es mucho más amplio el concepto de la ley en discordia que lo que realmente debería comunicar es su esencia de reducir la contaminación por desechos sólidos mediante programas integrales en materia ambiental.

 

El académico Uriel Beltrán Pérez, director de la carrera de Ingeniero en Biotecnología en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, señala en un artículo que él mismo escribe en CNN Expansión, que la ley de residuos sólidos que entró en vigor en la Ciudad de México busca disminuir los problemas de contaminación de la ciudad al restringir el uso de bolsas plásticas no biodegradables exigiendo a las empresas de autoservicio que comúnmente utilizan bolsas plásticas para entregar sus productos al consumidor, que utilicen solamente bolsas biodegradables y que cobren cierta cantidad por éstas. A las empresas que no cumplan esta nueva ley, se les aplicará una multa que puede ir desde los 57 mil hasta 1 millón de pesos.

 

¿Recipiente, combustible o comida?

 

Una bolsa plástica biodegradable, explica el maestro Beltrán, está elaborada a partir de un bioplástico, es decir un tipo de plástico confeccionado de un materia que puede ser degradada por microorganismo de una manera más rápida a la que normalmente ocurre una degradación, "que dicho sea de paso, depende de muchos otros factores tanto químicos como ambientales, como temperatura, humedad y acidez, sólo por mencionar algunos", acota.

 

Los plásticos biodegradables que más se utilizan en la actualidad son los que se obtienen de un compuesto natural de fácil degradación llamado PLA (Ácido poliláctico por sus siglas en inglés). El proceso de obtención de este compuesto es a partir del almidón del maíz, lo cual representa una alternativa mucho más atractiva ambientalmente hablando para producir plásticos, a diferencia de los que se obtienen del petróleo.

 

 

 

Sin embargo, señala que esto podría provocar a la larga y de aplicarse como única medida, un desabasto alimenticio, ya que el maíz es uno de los cereales de mayor consumo a nivel mundial. "Sólo el hecho de tener que destinar cultivos de maíz para solventar las necesidades alimenticias de la población, ya es bastante como para solventar las necesidades de fabricar bioplásticos y por si fuera poco, producir biocombustibles", dice. Y agrega que esto genera una controversia entre definir cuál es la prioridad: alimentar a la población o utilizar el maíz con fines energéticos, y que esto eventualmente se traduciría en aumento de costos de maíz y sus derivados alimenticios debido a que una gran cantidad de los cultivos se destinarían a bioplásticos y biocombustibles.

 

No todo lo que se desintegra es biodegradable

 

Por otro lado, si bien los bioplásticos son biodegradables, es decir que son degradados por microorganismos a elementos inocuos al medio ambiente, el tiempo de biodegradación de un bioplástico, dice Beltrán Pérez, en el mejor de los casos y en condiciones ideales, dependiendo de su proceso de producción, es de aproximadamente tres años.

 

"Si se toma en cuenta el ritmo de desecho de bolsas de plástico que se tiene actualmente en urbes como la Ciudad de México, incluso en condiciones ideales, los depósitos de basura quedarían saturados de bolsas de plástico biodegradables, debido a que la tasa de utilización de las bolsas plásticas es mucho mayor a la tasa de degradación de estas, sobre todo tomando en cuenta que los depósitos de basura distan mucho de proporcionar las condiciones ideales para una biodegradación", dice.

 

La solución somos todos

 

Una solución al problema de contaminación en las ciudades debido a bolsas plásticas sería utilizar menos y sobre todo, llevar a cabo un proceso de reciclaje de plásticos eficiente. Para ello, opina el académico, tiene que haber compromiso tanto de los ciudadanos, como de las autoridades así como de la iniciativa privada.

 

Pero una solución alternativa y por supuesto menos "blanco o negro" a este asunto, sería ir más allá de la prohibición de las bolsas de plástico en los supermercados. "Crear una infraestructura que permita iniciar una campaña de reciclaje y reutilización de basura, partiendo de lo básico como es separar la basura orgánica e inorgánica, plástico o aluminio, así como incentivar la creación de empresas gubernamentales o de la iniciativa privada que se dediquen exclusivamente a la reutilización de la basura, sería una solución integral", dice.

 

El problema de contaminación causado por las bolsas de plástico no biodegradables en Ciudad de México, opina Beltrán, no se debe a si el plástico se degrada o no, se debe a lo que hacemos con dicho plástico.

 

"Si los plásticos o bien la basura en general, se reciclara de manera eficiente, los niveles de contaminación se reducirían de manera drástica y no sólo la contaminación la causada por los éstos; también la de materiales como vidrio cartón, orgánicos, etcétera, bajo la premisa de que cualquier desperdicio que se recicle, se convierta en materia prima".

 

El dilema al que se enfrenta Ciudad de México con respecto a los problemas ambientales, no es un problema que se pueda acotar al ámbito científico-tecnológico y menos aún adjudicar a sectores particulares de la sociedad.

 

"El problema es de carácter social, por lo que la solución si bien puede ser en parte tecnológica, como la implementación de bolsas elaboradas a partir de bioplásticos, si la sociedad continúa con el ritmo de consumo de plásticos y no comienza a hacer una reciclaje integral de los plásticos y desperdicios en general, el problema persistirá".

 

Así que ni los supermercados ni los sembradíos de maíz son la solución para disminuir o terminar con la contaminación de residuos plásticos.