Alimentación Colombia , Valle del Cauca, Viernes, 26 de julio de 2013 a las 10:40

Rana rubí logra adaptarse a ecosistemas intervenidos

Pertenece al género Ranitomeya y a la familia Dendrobatidae, de la cual han sido descritas 28 especies a lo largo y ancho de Suramérica

UN/DICYT Investigadores de la Universidad Nacional (UN) en Palmira han encontrado que esta especie de rana sobrevive en este tipo de ecosistemas, en especial en bosques reforestados; una tranquilidad para la conservación anfibios. La Ranitomeya bombetes, más conocida como la rana rubí, es una especie categorizada como vulnerable (VU) en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y ha sido símbolo de los ecosistemas boscosos del suroccidente colombiano.

 

Pertenece al género Ranitomeya y a la familia Dendrobatidae, de la cual han sido descritas 28 especies a lo largo y ancho de Suramérica, que están distribuidas específicamente en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y la Guayana Francesa.

 

Según el profesor Carlos Alberto Jaramillo, director de la Reserva Nacional Forestal Bosque de Yotoco (RNBY), “este dendrobates habita parches de bosque primario o secundario conservado, agroecosistemas complementados con hojarasca y bromelias epifitas de grandes dimensiones y alta capacidad de almacenamiento de agua”.

 

Precisamente, para conocer mejor esta especie que se distribuye sobre la vertiente occidental de la cordillera central en los departamentos de Quindío y Risaralda, así como en las dos vertientes de la cordillera occidental sobre el Valle del Cauca, el grupo de investigación de la RNBY ha estudiado por años su hábitat y sus poblaciones.

 

“Determinamos el uso de microhábitats durante el día por parte de la especie, así como la abundancia poblacional en dos tipos de hábitats: un bosque altamente intervenido y otro con poca intervención humana, lo que nos arrojaría resultados sobre el uso de su entorno”, cuenta Elizabeth Mora, zootecnista e investigadora de la RNBY.

 

Durante las observaciones de la especie, los científicos han encontrado muchas poblaciones de machos y hembras, sin encontrar ningún individuo joven.

 

“Estos resultados son bastante interesantes y muestran que los machos y hembras usan los sustratos disponibles; que se ocultan entre la hojarasca, bajo troncos y ramas en el suelo y raíces fúlcreas; y que los machos están en bromelias, donde cuidan a sus crías”, detalla el profesor Jaramillo.

 

Esto indica que la especie se encuentra más en los ecosistemas intervenidos y bordes de bosques donde hay mayor disponibilidad de bromelias a bajas alturas y mayor proliferación de presas para su consumo.

 

Elizabeth Mora lo explica: “Eso quiere decir que las ranitas se han adaptado a las condiciones de ecosistemas intervenidos, en especial las encontradas en la reserva, que es un bosque reforestado; lo que nos da tranquilidad como conservadores de anfibios”.

 

Estos anfibios son bastante exóticos. La hembra en estado adulto solo alcanza a medir 23 milímetros, y el macho es quien cuida y alimenta a los renacuajos hasta que estos maduran y se pueden valer por sus propios medios.

 

La hembra deposita un único huevo y, una vez eclosionado, el macho insta a su cría a que suba a su lomo. Así, emprende un titánico ascenso a través de los árboles, de entre 8 y 15 metros, en busca de una flor con características únicas para el desarrollo de la nueva rana: una bromelia. En ella, el renacuajo encontrará alimentación y ambientes propicios para su desarrollo, mientras el padre lo cuida.