Ciencias Sociales España , Burgos, Mi茅rcoles, 28 de abril de 2010 a las 12:21

Se recupera una gran huella de dinosaurio en la comarca burgalesa de Salas de los Infantes

Pertenece a un dinosaurio Iguanod贸ntido que vivi贸 hace 135 millones de a帽os

ERM/DICYT Una intervención conjunta del Museo de Dinosaurios salense y de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León ha permitido la recuperación de una gran huella de dinosaurio que corría peligro de destrucción por factores climatológicos y por expolio. El hallazgo fue realizado en el curso de los trabajos de prospección de un proyecto de paleobotánica promovido por la Junta de Castilla y León y que desarrolla actualmente la empresa salense DINOCYL S.C. y el Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas, C.A.S. En el trabajo de campo de 2009 los investigadores salenses localizaron el fósil al noreste del municipio serrano; se trata de una réplica natural y es un hallazgo aislado.

 

Según explica Carmen Valcárcel, gerente de la Fundación para el estudio de los Dinosaurios, hay más casos de aparición de este tipo de fósiles en la comarca serrana, como se exponen en el Museo de Dinosaurios salense. Pero la huella ahora recuperada destaca por su tamaño. 65 cm de largo por otros 65 cm de ancho. Sus características son: dedos cortos y grueso, redondeados; un área plantar muy amplia; talón o zona posterior ancha y redondeada. Esta morfología permite identificarla como la huella de un dinosaurio Iguanodóntido, un herbívoro muy frecuente en Europa durante el Cretácico inicial, hace 135 millones de años. Los iguanodóntidos tienen como característica más llamativa su dedo pulgar convertido en un grueso espolón. Las dimensiones de la huella permiten a su vez deducir la envergadura del autor de la pisada: sus patas tendrían más de 3,20 metros de altura hasta la cadera, y su longitud total, desde la cabeza al extremo de la cola podría haber superado los 12 metros. Junto al dinosaurio hallado en el yacimiento de La Tejera en 2007, al norte de Barbadillo del Mercado, y a otros restos procedentes de Cabezón de la Sierra, la huella representa a uno de los iguanodóntidos más grandes de los que se tiene registro en la comarca serrana y, por extensión, es una de las mayores huellas de este tipo de dinosaurios encontrada en la Península Ibérica, destaca Valcárcel.

 

Este tipo de réplicas se origina cuando el dinosaurio pisa en un suelo muy blando de barro arcilloso; el hueco formado se rellena posteriormente de una capa de otro tipo de sedimento, en este caso, arenas. Al enterrarse las dos capas por otras más que se depositan encima, los sedimentos sueltos se compactan y cementan, convirtiéndose en rocas: arcilla y arenisca. Cuando mucho más tarde la erosión deja al descubierto el yacimiento de huellas, la arcilla desaparece por la acción del agua, pues es relativamente blanda y poco cohesionada; sin embargo la arenisca soporta mucho mejor el desgaste erosivo, por lo que de la huella original permanece un contramolde o réplica natural.

 

El rescate de la huella contó con la aprobación de la Junta de Castilla y León, a quien se consultó sobre la necesidad de retirarla del monte. En las labores de extracción colaboró el servicio de Guardería Forestal así como el salense José Montero, colaborador habitual del museo salense. El paso siguiente ha sido la donación del fósil al Museo de Dinosaurios, donde se estudiará y donde quedará expuesta al público en un plazo breve de tiempo. De esta manera el Museo de Dinosaurios cumple las funciones propias que derivan de su integración en el sistema de Museos de Castilla y León: recuperar y tratar adecuadamente bienes del patrimonio arqueológico y paleontológico; desarrollar tratamientos de consolidación para garantizar su preservación e integridad; difundir este patrimonio en ámbitos científicos y su puesta en valor mediante la exposición permanente del Museo. Éste suele recibir donaciones de fósiles y otras piezas patrimoniales por parte de personas que han realizado hallazgos casuales en la comarca. La actitud de colaboración de estos donantes permite que el patrimonio paleontológico se recupere, preserve y difunda adecuadamente para beneficio de toda la sociedad.