Alimentación Costa Rica , San José, Lunes, 18 de julio de 2011 a las 09:57

Un banco de semillas y plantas para el presente y el futuro mundial

Colecciones de germoplasma conservadas por el CATIE son rejuvenecidas y enviadas a otras partes del mundo para garantizar su existencia

CATIE/DICYT Las colecciones de germoplasma del CATIE desde el año 2008 están siendo parte de un proceso de regeneración, con el fin de conservar y garantizar su permanencia para el uso de las presentes y futuras generaciones. Para lograr esto, el CATIE, en asociación con Global Crop Diversity Trust (GCDT), impulsó esta iniciativa para rejuvenecer las semillas de cultivos agrícolas esenciales para Latinoamérica, como son las variedades de café, tomate, chile, frijol, maíz, ayote, entre otros. Estas colecciones, que poseen unas 11.400 muestras, se mantienen como semillas reservadas en cámara fría o como plantas completas en el campo, siendo a una de las colecciones más antiguas que existen.

 

La persona encargada de ejecutar el proyecto de regeneración es William Solano, investigador en recursos fitogenéticos y biotecnología del CATIE, quien considera que es muy importante proteger tantas variedades como sea posible en los cultivos que sustentan a las Américas. Añadió que muchos de los cultivos que tiene el CATIE fueron los que permitieron a los mayas y aztecas expandirse y crecer, por lo que llevan miles de años en nuestro territorio, teniendo un potencial de rendimiento fuertemente ligado a su diversidad genética.

 

La conservación de las semillas debe realizarse según el tipo y características que posean, por ejemplo, a las semillas ortodoxas (frijol, chile, maíz, ayote, amaranto, tomate, entre otros) se les puede reducir la humedad en un 5% y pueden mantenerse a una temperatura de -17°C. El proceso de secado y almacenamiento en la cámara fría se realiza en el CATIE, y es allí donde muchas de ellas han permanecido por décadas.

 

Otro tipo de semillas, conocidas como recalcitrantes, corresponden a las que no pueden conservarse en cámaras, sino que se mantienen como plantas vivas en el campo, estando entre ellas el pejibaye, el café, el cacao, la guanábana, la guayaba y los cítricos. Algunas de estas plantaciones se ubican en los terrenos de la finca Cabiria del CATIE y llevan allí cerca de 50 años.

 

De acuerdo con Solano, el CATIE mantiene una de las colecciones más diversas de café arábica en el mundo, el cual es un importante cultivo comercial para muchos de los países latinoamericanos. Dentro de las muestras de café que existen están muchos materiales silvestres, que se recogieron hace muchas décadas en Etiopía y África oriental. De igual forma, hay una variedad conocida como Geisha, que ahora se vende en Taiwán y Japón como un café gourmet.

 

Dada la importancia especial que tiene la colección de café, el CATIE está trabajando para asegurarla de una mejor manera. Adicionalmente a la regeneración en campo, con injertos, las semillas se almacenan a temperaturas muy bajas, a través del proceso conocido como crioconservación, el cual consiste en sumergir la muestra en nitrógeno líquido a una temperatura de -196°C.

 

En el caso del ñame y la yuca, el CATIE posee colecciones únicas en campo que están siendo regeneradas in vitro. Para la regeneración para el pejibaye, se recurre a esta técnica, propiciando el crecimiento de la planta en el laboratorio, y cuando ya está lista, se aclimata para luego proceder a su siembra en campo.

 

Todas las semillas que se han sacado de su reposo y almacenamiento, se están plantando con el fin de obtener la reproducción de nuevas muestras. “Sabíamos que era probable que algunas de las semillas de la colección ya no iban a ser viables, por lo que era urgente actuar para asegurar y regenerar la mayoría que todavía estaban vivas”, mencionó Solano.

 

Esta labor debía realizarse en el CATIE por otras razones que tenían que tomarse en consideración, y que se relacionan a las amenazas que pueden presentarse. En el caso de Turrialba, zona en donde se localiza el campus y las colecciones, en 2010 se presentó la creciente actividad del volcán Turrialba, que amenaza con una posible erupción o la emisión de gases, que podrían afectar las plantaciones. De igual forma, amenazas comunes como el daño de los sistemas de refrigeración, podrían ocasionar el deterioro de la colección de semillas ortodoxas.

 

Es por estas razones y por motivos de seguridad, que en este proceso las semillas y plantas se están duplicando, y están siendo enviadas a otros bancos de germoplasma, como la Bóveda Global de Semillas, ubicada en Svalbard, Noruega.

 

 

Personal del CATIE durante el proceso de extracción de la humedad y secado de las semillas. Personal del CATIE empacando las semillas para ser enviadas a Noruega. Bóveda Mundial de Semillas, ubicada en Svaldbard, Noruega. Foto cortesía de NordGen. Forma en que son conservadas las semillas en la bóveda en Svaldbard. Foto cortesía de NordGen.

 

“Recién en el mes de junio, se enviaron 249 accesiones correspondientes a 10 cultivos, consistiendo en el primer envío de semillas de un banco de germoplasma latinoamericano, que no pertenece a un centro del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR, por sus siglas en inglés), a esta bóveda mundial”, confirmó Solano.

 

Finalmente, este amplio trabajo de conservación que se realiza en el CATIE, también da la oportunidad para estudiar cómo los cultivos sobrellevan las nuevas condiciones climáticas o del suelo, entre otros, lo cual permite un mayor conocimiento para el futuro uso de los cultivos por parte de toda la humanidad.