Salud España , Salamanca, Jueves, 07 de junio de 2012 a las 18:53

Un estudio asegura que la cerveza sin alcohol mejora la capacidad antioxidante de la leche materna

Tomar dos vasos de cerveza sin alcohol al día reduce el daño oxidativo tanto en las madres como en sus recién nacidos

EFB/DICYT Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Valencia y el Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia y presentada esta mañana en el Colegio Profesional de Enfermería de Salamanca por el Centro de Información Cerveza y Salud indica que el consumo de cerveza sin alcohol puede optimizar la capacidad antioxidante de la leche materna en un 30%.
 

En el estudio participaron 80 madres lactantes y a la mitad de ellas se le incluía en la dieta cerveza sin alcohol (dos unidades por día durante 30 jornadas), mientras que a la otra mitad no, para realizar una posterior comparación. “Hemos observado una disminución de la actividad antioxidante a medida que la leche humana va madurando y hemos comprobado que enriquecer la dieta de las madres lactantes con cerveza sin alcohol aumenta hasta un 30% la capacidad antioxidante de la leche materna”, ha explicado Victoria Valls, coautora de la investigación.


Acompañada de Carmen Sánchez, presidenta del Colegio Profesional de Enfermería de Salamanca, y Jesús Román Martínez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Valls ha contado que durante toda la vida el ser humano está sometido a un estrés oxidativo, o a una oxidación celular, pero que al mismo tiempo tiene un sistema de defensa que actúa contra este fenómeno. Sin embargo, en determinados momentos esa defensa es insuficiente, como en el caso de la madre durante el embarazo y, posteriormente, durante el parto.
 

Un antioxidante es una molécula que se encuentra en los alimentos y que en pequeñas cantidades reduce ese daño oxidativo. A través de la medición de estados redox de oxidación (miden cuánto se reducen y oxidan los compuestos) los investigadores determinaron la actividad antioxidante de la leche materna para ver si esta había sufrido algún cambio.
 

La capacidad antioxidante ya se demostró efectiva en la reducción de riesgo cardiovascular o en la reducción del riesgo de osteoporosis en mujeres alrededor de la menopausia, por lo que creyeron necesario estudiarlo también en este campo. “¿Por qué cerveza? Porque hace 15 años nadie se había dedicado a investigar sobre una bebida que la gente consume. Se trata de una bebida que, dado el proceso de producción queda exenta de gérmenes, además de contener vitaminas B1, ser hidratante y tener diferentes minerales en función del agua con el que se fabrique”, indican los investigadores.
 

La capacidad antioxidante en los bebés

 

Al igual que la madre, el bebé también necesita, según Valls, un mayor aporte de antioxidantes y muchas de las variables de la leche materna se pueden manipular a través de los hábitos alimentarios de la misma. “El neonato está sujeto a grandes cambios, pasa de un medio intrauterino a uno extrauterino, con lo cual el consumo de oxígeno es más elevado, lo que implica un mayor estrés oxidativo. En ellos el sistema de defensa antioxidante prácticamente no existe”, cuenta la doctora.


Además de estudiar el daño oxidativo producido en la madre y ver que se había reducido, también estudiaron parámetros en la orina de aquellos niños cuyas madres habían bebido cerveza sin alcohol. Como adelanta la investigadora, “estos tenían un menor daño celular”.

 

La cerveza en nuestra dieta
 

Tanto Victoria Valls como el doctor Román coinciden: “Utilizamos cerveza, entre otras cosas, porque es muy fácil introducirla en las principales comidas, más que un alimento”. Pero lo importante, cuentan ambos, es seguir una dieta variada.


En cuanto al gran dilema de si la cerveza engorda, Valls asegura que en el estudio ni las madres de un grupo ni del otro no habían presentado una subida de peso. “Depende del contexto que la cerveza engorde o no, son las ‘tapitas’ que la acompañan”, afirma. “La cerveza sin alcohol tiene entre 7 y 14 calorías por 100 mililitros. La obesidad es un exceso de calorías, por lo que viene más con las comidas”, añade Román.
 

Según cuenta Valls, otro de los grandes beneficios de esta bebida es que “contiene ácido fólico, muy importante en el embarazo, pero hay que tener en cuenta que no debe tomarse como un sustituto del mismo” dice Valls. Una idea en la que insiste Román: “Los alimentos son alimentos, no son medicamentos”.