Alimentación España Ávila, Ávila, Lunes, 14 de mayo de 2007 a las 14:22

Un libro editado por la Diputación de Ávila recoge 42 árboles singulares de la provincia

Entre los seleccionados destacan varios ejemplares milenarios, como el castaño de El Tiemblo o el pino aprisquillo, en La Adrada

MMG /DICYT El presidente de la Diputación Provincial de Ávila, Agustín González, ha presentado hoy el libro Árboles singulares de la provincia de Ávila. Se trata de un volumen que recoge 42 ejemplares únicos en la zona y que ha sido elaborado bajo la coordinación de Enrique Fernández Villamor, biólogo de la Diputación.

Son en total 42 ejemplares de 15 especies autóctonas y dos alóctonas que han merecido el reconocimiento y protección de la Diputación de Ávila y que González ha destacado tanto por su belleza como por la importancia que tienen en su entorno más inmediato. "Lo cierto es que todos son joyas", ha señalado el biólogo de la Diputación, que no ha podido determinar con exactitud cuál de todos los árboles seleccionados es el más viejo, pero que sí asegura que varios de ellos sobrepasan con creces los mil años de vida.

Es el caso del tejo de El Barraco, un espectacular ejemplar de 7'7 metros de perímetro. "El tejo, un árbol que se va generando por dentro, es uno de los árboles de crecimiento más lento", ha asegurado Fernández Villamor, por lo que el grosor de este ejemplar da una idea de su larga vida. según apunta.

También descataca por su longevidad el castaño de El Tiemblo, El abuelo, un árbol de casi 16 metros de perímetro, o el enebro de La Cancha, ubicado en la localidad de Santa María del Tiétar, y cuyo crecimiento se asemeja mucho al de los tejos.

Respecto a la altura de los ejemplares, en Ávila también se encuentran árboles, sobre todo pinos, con una talla sobre la media nacional. El más alto con diferencia es el pino gordo, en El Barraco, con 44'50 metros de altura y 5'25 de perímetro. Se trata de un pino laricio de algo más de 400 años que se encuentra ubicado dentro de la Reserva Natural del Valle de Iruelas y en una Zona de Especial Protección para las Aves y que destaca por encontrarse en una cota mucho más baja que otros ejemplares de la Península, que suelen vivir entre los 800 y los 1.500 metros sobre el nivel del mar.

El pino aprisquillo, en La Adrada, también destaca por su altura. Se trata de un ejemplar de 43'50 metros y un perímetro de algo más de cinco que se ha convertido en uno de los pocos cascalbos que ha sobrevivido a los últimos incendios.