Ciencia Colombia , Bogotá D.C., Jueves, 17 de mayo de 2018 a las 07:27

Un marcador genético da pistas sobre cuerpos desaparecidos

Fragmentos presentes en el ADN de los cuerpos en descomposición, llamados científicamente indels, son ahora la clave para identificar con mayor precisión a las personas desaparecidas en Colombia

UN/DICYT El análisis de este material genético, implementado por entidades especializadas de otros países como la CIA, en los Estados Unidos, acaba de ser probado con éxito en restos óseos que responsaban en la Fiscalía General de la Nación y que se convirtieron en el objetivo de la tesis de la bacterióloga Anyi Marcela González en la Maestría en Genética Humana de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.). El resultado arrojó que se trataba de un hombre joven desaparecido en Nariño.

 

La estudiante explica que “el ADN se va desgastando a causa del medioambiente o las mismas condiciones fisiológicas del individuo, por lo que el material genético que se extrae de los restos muchas veces no tiene tejido. Por eso en algunos casos no se logra tener resultados de identificación”.

 

Datos de la Fiscalía señalan que se han exhumado cerca de 9.000 cuerpos de víctimas del conflicto armado, de los cuales solo 4.300 han sido identificados plenamente. No obstante, en algunos cuerpos aún no se han hecho los cotejos genéticos o las muestras biológicas de saliva o de sangre de los familiares.

 

Los indels son variaciones del ADN con poco poliformismo, pero se encuentran de forma abundante en los genomas de diferentes modelos animales, por lo que también se esperaría que sean numerosos en el genoma de los seres humanos.

 

La bacterióloga, quien se desempeña como perito en genética forense de la Fiscalía General de la Nación, señala que su estudio de indels autosómicos –o cromosomas que no son sexuales X e Y– es un avance para su área de trabajo debido a que aún hay cuerpos exhumados que no han sido identificados y entregados a sus familias.

 

La genética del Pacífico

 

Para desarrollar su estudio, la bacterióloga analizó muestras de 201 individuos de los cuatros departamentos de la región Pacífica: Nariño (64), Cauca (50), Chocó (56) y Valle del Cauca (31). Las muestras de sangre se obtuvieron del Laboratorio de Genética Forense de la Fiscalía, con fines académicos, y pertenecían a funcionarios del ente investigador.

 

Se extrajo el ADN de la sangre y se analizaron los indels autosómicos de los cromosomas que no son sexuales. Cuando se tuvo la tipificación de los perfiles genéticos de las 201 muestras se hizo la estadística para saber las frecuencias de esos indels en la población del Pacífico.

 

“Cuando tuvimos las tablas de frecuencias analizamos qué tan diferentes eran dentro de esa misma población según las frecuencias alélicas y si habían estructuras o subestructuras en la población. Se halló que los cuatro departamentos se comportan genéticamente igual, resultado que nos sorprendió sobre todo con respecto a Chocó, pues asumimos que por ser una región con mayor población afrodescendiente quizá su componente genético era diferente del resto de la población, pero no hay diferencias significativas”, afirma la investigadora.

 

También observamos otros parámetros, como el poder de discriminación, que identifica que el perfil genético de una persona no va a ser igual al de otra persona. En ese sentido no se hallaron similitudes entre las muestras analizadas.

 

Agrega que después, para demostrar la veracidad de su estudio, se practicó un análisis en restos óseos de los que no se habían tenido resultados concluyentes. Se analizaron los indels y se compararon con muestras de sangre de los familiares que habían reportado la desaparición de una persona en Nariño. Gracias a este procedimiento se logró identificar el cuerpo.

 

“Nosotros hacemos los análisis genéticos con respecto al lugar donde desapareció la persona, y no dónde nació. Sin embargo son muy pocos los casos de personas que desaparecen en un lugar distinto del de su origen”, señala.

 

A modo de ejemplo, la investigadora recuerda el caso de unos jóvenes antioqueños contratados para procesar coca en Putumayo, a quienes tiempo después sus familiares los reportaron como desaparecidos.

 

Luego se realizaron unas exhumaciones en Putumayo y se asociaron los cuerpos hallados con familias de esta región del país que también habían reportado a sus hijos como desaparecidos. Sin embargo, al cotejar la información genética de los restos óseos y de los reclamantes, se halló que no había similitudes en su ADN.

 

Al descartarse esta posibilidad, el ADN de los restos fue ingresado a una base de datos de perfiles y ahí se comparó con todas las muestras de los familiares del país que habían reportado casos de desaparición. Tras hacer el cotejo y hallar coincidencias, se pudo establecer similitudes entre una mamá de Antioquia, quien reportó a su hijo como desaparecido.