Alimentación Costa Rica , San José, Jueves, 29 de octubre de 2009 a las 13:20

Un producto elaborado en Costa Rica contribuye al control de la Sigatoka

Elaborado a base de grasa y 谩cidos grasos del aceite de palma, contribuye a paliar este hongo que afecta las plantaciones bananeras y de pl谩tano

UCR/DICYT En 1992 ocurrió una escasez mundial de cera carnauba, la cual se utilizaba para elaborar un producto que ayudaba a mantener frescos y sanos los vegetales. Frente a esa necesidad el microempresario Fernando Segura López, del Consorcio de Especialidades Químicas (CEQSA), se acercó a la UCR en busca de colaboración. Para ello se firmó un contrato de transferencia tecnológica y la investigación estuvo a cargo del doctor Julio Mata Segreda, del Laboratorio de Química Biorgánica de la Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica y el estudiante Joaquín Jiménez Antillón. La investigación duró tres años y llevó a la elaboración de un producto actualmente conocido bajo el nombre de Frutiver 6.1 para utilizarse como protectante (capa protectora invisible) en productos agrícolas perecederos, principalmente de exportación, como papaya, piña, banano, mango, fresa, melón y otros. 

 

La materia prima principal es grasa y ácidos grasos derivados del aceite de palma, por lo que es un producto totalmente natural que no tiene efectos negativos para el ambiente ni para la salud humana. La empresa comenzó a comercializar el producto en 1995 en el mercado nacional y muy pronto rebasó las fronteras para venderlo en varios países de América Latina, América del Norte, el Caribe y África. Actualmente tiene presencia en más de 30 países y cerca del 85% de las ventas se realizan en el exterior.

 

Con el tiempo surgieron otros productos con semejantes o mejores características para el uso que se le había dado hasta entonces. Sin embargo, actualmente la empresa tiene filiales en Chile y Ecuador que elaboran el producto para utilizarlo en manzanas, uvas, peras y otros productos de la región andina. Recientemente, luego de realizar ensayos, se comprobó que las propiedades que tenía Frutiver 6.1 eran muy efectivas para otros usos, pero ya no en poscosecha para proteger los productos alimentarios perecederos y mantener su frescura, sino en pre-cosecha.


Control de la Sigatoka

 

De acuerdo con Manuel Acuña Hernández, director administrativo de Agroambiente de Costa Rica, hace poco más de un año Frutiver 6.1 comenzó a utilizarse como coadyuvante en el control de la Sigatoka (Mycosphaerella musicola), un hongo que afecta las plantaciones bananeras y de plátano. “Hasta ahora en el control de la Sigatoka se ha usado como vehículo para la aplicación de fungicidas en plantaciones bananeras el aceite agrícola, que es un producto químico derivado del petróleo. Frutiver 6.1 permite reducir el consumo de aceite agrícola con los consiguientes beneficios ambientales”, agregó.

 

Según explicó Acuña, Frutiver 6.1 permite al fungicida que se aplica sobre las plantas, ya sea por vía aérea o manual, adherirse por más tiempo, lo que le da mayor efectividad sin que esto impida el intercambio de oxígeno ni la fotosíntesis. De acuerdo con el funcionario, actualmente se exportan más de 100 mil litros por mes y en los próximos tres meses serán 400 mil, a Belice, Ecuador, México, Colombia y Panamá. Además ya se iniciaron contactos para comercializarlo en algunos países de África y Filipinas.


Alianza exitosa


De acuerdo con el doctor Julio Mata, la relación de cooperación entre la Universidad de Costa Rica y la empresa Agroambiente de Costa Rica representa un modelo de una alianza exitosa entre la universidad y el sector empresarial de nuestro país. “Esta le ha permitido a la Institución colaborar con la producción, al tiempo que genera recursos para mejorar su infraestructura, mientras que la empresa crea fuentes de empleo, potencia la producción de un sector económico y genera divisas a través de la exportación del producto sin perjudicar el medio ambiente”, agregó el investigador.

 

La Sigatoka
La Sigatoka es una enfermedad del banano causada por el hongo Mycosphaerella musicola. Su nombre proviene de un valle de las islas Viti Levu, de Fiji, en donde fue diagnosticada por primera vez en 1912, aunque ya había aparecido en Java diez años antes. En 1934 apareció en América, primero en Surinam y Trinidad y en agosto de 1935 en Honduras, en donde afectó cerca de 9.000 hectáreas en poco más de un año. Actualmente esta enfermedad está propagada en todo el trópico. Con el descubrimiento de otras enfermedades de manchas de hoja, llamadas Raya Negra y Sigatoka Negra, causadas por diferentes especies o variedades del mismo hongo, el nombre Sigatoka o Sigatoka Amarilla pasó a denominar la enfermedad inicialmente descrita. Hasta hace pocos años, la Sigatoka Amarilla era la enfermedad del follaje más importante a nivel mundial; hoy día la aparición de otras enfermedades foliares más agresivas y el uso de medidas de combate más estrictas, ha motivado que la se haya convertido en un patógeno de menor importancia, a pesar de que en algunos países aún sigue siendo la enfermedad más limitante.