Tecnología España , Palencia, Viernes, 25 de abril de 2014 a las 15:57

Un proyecto europeo mejorará la migración de peces en la cuenca del Segura

El Grupo de Ecohidráulica Aplicada (GEA) de la Universidad de Valladolid diseñará, ejecutará y evaluará ocho escalas o pasos para peces

Cristina G. Pedraz/DICYT La cuenca del Segura, en la Región de Murcia, cuenta con una importante problemática ambiental debido principalmente a la acción del hombre. La presión de la agricultura o el aprovechamiento del agua a nivel energético motivan que sea uno de los cauces con más obstáculos a lo largo de su recorrido de todo el continente. Presas y azudes impiden a los peces realizar sus movimientos naturales de migración entre los tramos altos y bajos del río, originando problemas de reproducción y que algunas especies, como la anguila, se encuentren en peligro de extinción.


Con el objetivo de paliar esta situación y de acercar al río Segura a su estado natural, cinco socios españoles han puesto en marcha el proyecto LIFE Segura Riverlink, con un presupuesto cercano a los 3’42 millones de euros cofinanciados en un 49`83 por ciento por la Unión Europea. En el proyecto, de cuatro años de duración (se inició en agosto del pasado año), participan la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) como entidad coordinadora, el centro tecnológico Itagra de Palencia, la Universidad de Murcia, la Dirección General de Medio Ambiente de la Región de Murcia y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE).


El centro tecnológico Itagra participa en el proyecto a través del Grupo de Investigación de Ecohidráulica Aplicada (GEA) de la Universidad de Valladolid, experto en el diseño y construcción escalas, estructuras de paso que permiten a los peces salvar los obstáculos que se encuentran en los ríos.


Francisco Javier Sanz Ronda, investigador del GEA, explica a DiCYT la necesidad de restauración fluvial en el Segura. “Existe una directiva marco europea que fomenta la continuidad longitudinal de los ríos para que los peces puedan realizar migraciones por ellos. Sin embargo, la cuenca del Segura es la única de España que no cuenta con escalas para peces, construcciones que permiten a los peces realizar la migración a través de las presas y de los azudes que se construyen en los ríos”, precisa.


El papel del Grupo en el proyecto se centrará en el diseño, ejecución y evaluación de pasos o escalas para peces en ocho de las nueve presas y azudes localizadas a lo largo del cauce, ya que una de ellas “se ha decidido demoler porque no tiene ningún uso”, aclara.


El proyecto se encuentra actualmente en su primera fase, dirigida a la redacción de los proyectos de pasos para peces. Esta tarea concluirá a finales del mes de abril y se espera iniciar la fase de ejecución de las obras después del verano. El objetivo, avanza el investigador, es que las escalas estén terminadas en 2016. “Posteriormente realizaremos una evaluación de su funcionamiento, para comprobar si los pasos son efectivos”, agrega.


La información que se va a extraer en el marco del proyecto “será muy importante desde el punto de vista científico, ya que sabemos aún muy poco sobre el comportamiento migratorio de nuestros peces, por lo que obtendremos datos de interés para aplicar en otros ríos de la península”, subraya. En este sentido, dos doctorandos del Grupo de Investigación de Ecohidráulica Aplicada de la Universidad de Valladolid recibirán financiación del proyecto para extraer conocimiento de los datos que se obtengan.


Restauración de riberas


Las actuaciones del proyecto LIFE Segura Riverlink se llevarán a cabo en un tramo de los ríos Segura y Moratalla que cuenta con zonas vinculadas a la Red Natura 2000. Paralelamente a la mejora de la conectividad de los cauces con la construcción de escalas para peces se prevé llevar a cabo una restauración ecológica de las riberas. “Es una cuenca en la que la agricultura y la horticultura ejercen una presión muy directa sobre el caudal del río y sobre las márgenes y orillas, por eso el proyecto se centra también en la restauración de determinados tramos, para recuperar las especies arbóreas que había originariamente y tratar de paliar en lo posible una especie invasora en los cauces del sureste de la península como es la caña”, detalla Sanz Ronda.


Por otro lado, se pondrá en marcha un programa de monitoreo a partir de indicadores biológicos, físico-químicos e hidromorfológicos, para determinar la validez de estas acciones y evaluar los resultados obtenidos; y se creará una red de Custodia del Territorio y un programa de voluntariado y educación ambiental para concienciar a la sociedad de la importancia de conservar los ecosistemas fluviales y fomentar su participación activa, con el fin último de garantizar la sostenibilidad de las actuaciones.