Ciencia España , Burgos, Martes, 20 de junio de 2006 a las 19:10

Una tesis doctoral ofrece una nueva visión de los hábitos de vida de los neandertales de Atapuerca

Marta Navazo aborda los movimientos de los homínidos en esta sierra durante el Paleolítico medio

IR/DICYT La tesis doctoral realizada por Marta Navazo, calificada de sobresaliente cum laude en la Universidad de Burgos, ha abordado por primera vez la forma de vida de los neandertales que habitaban la sierra de Atapuerca en el Paleolítico Medio, estableciendo que dichos homínidos formaban sociedades cazadoras-recolectoras en contra de la imagen de nomadismo errático con la que se ha identificado siempre a este grupo.

El estudio de Navazo, realizado en el marco de la Cátedra Atapuerca (una iniciativa común de las fundaciones Duques de Soria y Atapuerca) se ha basado en el diseño de un nuevo método de prospección del entorno de la sierra burgalesa mediante el cual se han localizado numerosos sitios arqueológicos fechados desde el Paleolítico Inferior a la Edad del Bronce. Para la tesis, la autora ha seleccionado una treintena de ellos, correspondientes al Paleolítico Medio, con el objetivo de identificar la tecnología de los neandertales, la selección de espacios habitados y los movimientos establecidos entre ellos.

Entre las conclusiones planteadas en el trabajo de investigación destaca que este grupo de homínidos no se ciñó ni a un tipo de hábitat ni a un modelo de ocupación concreto, así como que existieron patrones de ocupación variados en cuevas, al aire libre, en laderas y en terrazas. El trabajo de Marta Navazo también señala que los neandertales no condicionaron sus movimientos a los grandes ríos o los valles, sino que el tránsito se desarrolló a través de pequeños ríos como el Pico.

Abastecimiento de materia prima

Para realizar su tesis, Marta Navazo ha concretado las zonas en las que los homínidos extraían los nódulos y bloques silícieos para tallar sus instrumentos. De esta forma, estudiando la cadena de transformación de las rocas duras, ha logrado reconstruir la tecnología empleada y los formatos elegidos para producir sus herramientas, concluyendo que los grupos humanos hacían sucesivas visitas a los mismos lugares a lo largo del tiempo para obtener estos materiales. Para deducir este último aspecto, Navazo se ha apoyado en un estudio de las pátinas de los objetos y de las variaciones en los tamaños de los filos de los mismos.

La tesis doctoral viene a reforzar la ya conocida riqueza de los yacimientos cavernarios de Atapuerca, demostrando por vez primera que esa misma intensidad de doblamiento es reconocible gracias a los centenares de sitios arqueológicos que rodean la sierra. No en vano, Atapuerca fue territorio económico para numerosas generaciones de homínidos, debido, en gran parte, a la abundancia de agua, materia prima, animales y recursos vegetales.