Alimentación Colombia , Valle del Cauca, Viernes, 30 de junio de 2017 a las 07:39

Orquídeas tropicales adaptan sus hojas para buscar la luz

La orquídea tropical Rodriguezia granadensis aprovecha la arquitectura de sus hojas para aumentar la captura de luz en el ambiente en que crece, sobre los árboles

UN/DICYT Estas plantas demostraron que sus hojas adoptan posiciones horizontales, como si fueran pequeños paneles solares, con el fin de recibir más luz.

 

La captura de luz aumenta en latitudes tropicales pues el Sol incide desde el cenit durante casi todo el año. Si el Sol incidiera desde una dirección más horizontal, como sucede en latitudes más altas, la posición de la hoja tendría que ser vertical. Es decir que estas plantas se adaptan más a la dirección de procedencia de la luz que a la cantidad de esta.

 

Sin embargo se ha estimado que la cantidad de luz que recibió cada planta (no la que capturaba) en diciembre fue muy variable entre plantas, debido a que la cobertura arbórea no proyecta la misma sombra en todos los lados.

 

Así, la orquídea que recibió menos luz obtuvo ocho veces menos cantidad que aquella que obtuvo más. Esa diferencia es grande y la tendencia a presentar ángulos horizontales fue generalizada.

 

“Tener más luz no significa que tengan toda la que necesitan”, aclara la investigadora Agustina Ventre-Lespiaucq, bióloga de la Universidad Complutense de Madrid y doctora en Ecología, Conservación y Restauración de Ecosistemas.

 

El resultado de este estudio demuestra que efectivamente estas orquídeas se comportan como si fueran plantas que no tienen toda la luz que necesitan y deben esforzarse por capturar más.

 

Esta es la conclusión más importante, pues los investigadores asumían que desde la altura en que estaban dichas orquídeas tenían suficiente entrada de luz.

 

La investigación se realizó en el entorno de la Reserva Natural Bosque de Yotoco, en el Valle del Cauca, con una población de 110 individuos de R. granadensis, restringiéndose a orquídeas adultas.

 

Para el trabajo se eligió esta orquídea tropical porque es un modelo con buenas características y crecen en lugares alterados, como potreros donde se dan guayabos que facilitan su acceso. Además tienen un número escaso de hojas –entre tres o cuatro–, arquitectura que permite identificar cómo funciona la planta en su totalidad.

 

Para desarrollar la investigación se tomaron medidas en campo sobre la cantidad de luz que recibía cada orquídea; también se midieron los ángulos de las hojas con la aplicación Ahmes, desarrollada en la Universidad Complutense de Madrid y disponible en Google Play.

 

Después de conocer las medidas se realizó un análisis estadístico en el que se evaluó si las hojas tenían un pico de captura de luz a una hora específica, para identificar el momento del día en que la luz resultaba interesante para la planta, por su exposición.

 

También se realizaron análisis para determinar si existe una correlación entre el tamaño de cada planta (medido como la suma del área de todas sus hojas) y la cantidad de luz que recibía cada una de ellas.

 

En el caso de R. granadensis no se halló una relación directa entre la cantidad de luz y el tamaño, lo que significa que este último debe estar influido por otros factores. Sin embargo se observó que las que se encuentran al borde del bosque eran en promedio más grandes que las del potrero, aunque no se sabe en qué difieren estos dos hábitats para afectar el tamaño.

 

Este resultado indica que es importante realizar estudios más exhaustivos sobre el efecto de la transformación del hábitat en las orquídeas epífitas, que puedan proporcionar información para mejorar las estrategias de conservación de estas pequeñas joyas de la biodiversidad colombiana.

 

El proyecto, que aporta nueva información teórica a ese campo se denomina “Copa y Concierto”, es dirigido por el doctor Luis Balaguer y fue financiado por del Ministerio de Ciencia e Innovación de España y la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado (AUIP).

 

La investigación formó parte de la tesis de Agustina Ventre-Lespiaucq, que fue dirigida por el profesor Luis Balaguer, de la Universidad Complutense de Madrid, y contó con la participación de la docente Nicola Flanagan, de la Universidad Javeriana Sede Cali, el docente Tupac Joel Otero, de la U.N. Sede Palmira y el Grupo de Investigación de Orquídeas de la Institución.