Alimentación España , Segovia, Martes, 25 de noviembre de 2008 a las 16:13

En busca del imitador de tumbas

Un equipo de arque贸logos en el que participan investigadores del IE Universidad buscan la momia de Montuemhat en Egipto

Sara Ayuso/DICYT Tiene unas dimensiones excepcionales. Es el hipogeo más grande realizado para un privado en Egipto, superior a cualquier monumento funerario de los faraones del Valle de los Reyes. Y aún no se ha explorado en su totalidad. Tras dos periodos en los que se ha excavado en este yacimiento, en los años 50 y en los 70, el Ministerio de Patrimonio Egipcio, el IE Universidad y Turingham llevan desde 2005 colaborando en esta investigación. Y en tres meses podrían encontrar el sarcófago con la momia de Montuemhat, el alcalde de Tebas que vivió en el siglo octavo antes de Cristo y que mandó construir esta tumba de colosales proporciones.


En las excavaciones realizadas en la tumba de Montuemhat en anteriores campañas se ha descubierto la cripta donde supuestamente estaba enterrado el gobernante egipcio. Allí se han encontrado 6 estatuas pero no su sarcófago. Esta circunstancia era habitual, para así evitar la profanación de las momias; de hecho, el enterramiento del sobrino del diplomático, se halló escondido bajo una escalera. Sin embargo, un equipo de paleopatólogos de la Universidad de Barcelona y del Museo Nacional de Cataluña, coordinado por Emilio Illarregui, actual responsable de los trabajos arqueológicos y de campo, y profesor de la Unidad de Arqueología del IE Universidad viajarán a Tebas el próximo 9 de enero para tratar de localizar la sepultura. “Si el cadáver de Montuemhat está en la tumba y el georradar nos muestra las anomalías que esperamos, lo encontraremos” afirma Illarregui.


Este equipo de paleopatólogos tratará además de establecer una línea de filiación genética entre las 70 momias que, de momento, han encontrado los arqueólogos. “Tenemos por inscripciones todo el árbol genealógico de Montuemhat y vamos a ver quién está enterrado ahí”, explica el responsable de los trabajos arqueológicos a Dicyt.


Confirmar que el alcalde de Tebas está enterrado en el grandioso panteón que mandó construir es un paso más de los muchos que quedan por dar en esta excavación. Por ejemplo, en el último año se ha descubierto una muralla de 140 por 70 metros, de adobe con las marcas de Montuemhat, que rodearía la parte superior. Estaba forrada con alabastro, aunque no se terminó, según las hipótesis de los arqueólogos, porque murió la persona que lo financiaba. “Aparecen mazos de cantero de madera enteros, junto a piezas a medio terminar”, explica Illarregui; además, en una esquina han encontrado la ofrenda de los trabajadores que “para intentar llegar al Más Allá, como no tenían recursos, metieron en una esquina 20 ofrendas y un collar con sus nombres”. También, durante el estudio de la zona superior, los investigadores han descubierto un templo de 32 por 32 metros, con enterramientos votivos y dos estatuas, lo que da una idea de lo que aún queda por estudiar.

De “palacio funerario” a comuna okupa


Para legitimar su poder en el Sur de Egipto Montuemhat mandó construir la mayor tumba de todo el valle, absolutamente descomunal, imitando el estilo de los grandes faraones, mil quinientos años atrás, y así reforzar la antigüedad de su familia.


Está ubicada en la zona más alta de Asasif, en la llanura encerrada en los acantilados de Deir el-Bahari. Lo que más destaca de esta necrópolis es el estado de conservación del primer pilono, una puerta monumental construida en adobe y forrada con mármol o alabastro. Cuenta, además, con un segundo pilono, poco habitual en los edificios funerarios. También son interesantes los grandes papiros pareados que ornamentan el gran patio solar. Este es un motivo ornamental frecuente en la iconografía egipcia, que supera los tres metros de altura, aunque no del tamaño con el que Momtuemhat diseñó los de su tumba.


Las 68 cámaras y habitaciones que se distribuyen en el interior del monumento funerario fueron ocupadas y utilizadas como viviendas por las distintas civilizaciones que pasaron por Tebas. Nada más entrar, después de atravesar los dos pilones y bajar unas grandes escaleras se encuentran mezclados con elementos egipcios gran cantidad de grafitos griegos, que imprimieron los mercenarios carios, que utilizaban un idioma muy complejo y que participaron en las guerras de Peloponeso. También se han encontrado restos de los ocupas sin fronteras que residieron en estas cámaras durante el periodo comprendido entre la conquista de Egipto por Alejandro Magno hasta el 30 a. de C., cuando se convierte en una provincia romana. De hecho, en una de las cavidades, los arqueólogos han encontrado restos de 120 muertos de esta época. Por último, fueron los coptos, los primeros romanos quienes utilizaron los espacios de la tumba como lugar de vida y como iglesias.

 

Montuemhat, un gran diplomático


Alcalde de Tebas, Gran Príncipe Gobernador del Sur y el Cuarto Profeta de Amón. Títulos que consiguió acumular Montuemhat en su vida, fue un hijo de una familia acomodada y diplomático de excepción, que supo conservar su poder entre los años 670 y 630 a. de C., a pesar de los avatares políticos de los que fue testigo.


Presenció los últimos años de la Dinastía XXV y el periodo cusita, en el que se mantiene como dueño de todo el Sur de Egipto mediante su matrimonio con Udjarebmes, una princesa Nubia hija de Peye (rey Pianjil), señor de Taharga. El Gobernador del Alto Egipto también mantuvo, incluso acrecentó su influencia tras las revueltas de la última parte del reinado de Taharga, cuando la región fue invadida y arrasada por los asirios, que eliminaron, no obstante a muchos colaboradores y administradores de los Faraones Negros.


Cuando los asirios se retiraron Montuemhat ejerció las funciones de faraón del Alto Egipto, entre los años 663 y 648 a. de C. y dirigió la coronación del nuevo faraón, el rey Psamético y la recién inaugurada dinastía XXVI para no perder su poder. Tras la conquista de Tebas por Psamético, el diplomático celebró un ritual por el que otorgaba al monarca su autoridad sin que resultara una imposición o humillación para él, mostrando, en cambio, la grandiosidad de su economía. Por ese gesto, el gobernante del Delta, le permitió hasta su muerte, ejercer su poder en el sur del imperio. Montuemhat era consciente de que la coronación de un rey era la única forma de conseguir que Egipto se fortaleciera y consiguiera mantener su independencia después de tantas turbulencias.