Alimentación Colombia Bogotá, Cundinamarca, Martes, 26 de mayo de 2009 a las 19:25

Un parásito ataca a los anfibios colombianos

El hongo patógeno, procedente de Panamá ataca a la piel de las ranas

UN/DICYT Un patógeno descubierto en Centro América, que pasó por Panamá a Colombia y llegó a la capital tiene en aprietos a los anfibios, según Andrew Crawford, investigador de la Universidad de Los Andes, invitado a los jueves de la Biodiversidad del Instituto de Ciencias Naturales. El investigador, quien también hace parte del Círculo Herpetológico de Panamá, Smithsonian Tropical Research Institute Panamá, indicó que en Suramérica frecuentemente se encuentran nuevas especies de anfibios con marcado aumento en el primer trimestre de este año.

 

“Trabajamos sobre la diversidad de anfibios tomando como referencia lo que hay en Panamá en cuanto a poblaciones y especies. Por un lado, estamos descubriendo especies nuevas pero, a la vez, vemos que otras están desapareciendo”, explicó Crawford.

 

El trabajo realizado por Crawford y su equipo investigador, apunta a que las causas de la extinción de los anfibios se debe entre otras, al cambio climático, a la degradación del hábitat, a las especies invasoras, la contaminación y algunas enfermedades propias, pero ahora la alerta es roja, se detectó que el patógeno chitridiomycosis, una afección que ataca la piel de las ranas, llegó a Colombia.

 

Este hongo solo puede ser visto microscópicamente y para ello es importante la utilización de las herramientas genéticas para detectar la infección y controlar la mortalidad de la especie, aunque hay especies que resisten más que otras, no hay que correr riesgos y que vuelva a repetirse lo sucedido en Costa Rica, que la mitad de las especies murieron, señaló el especialista.

 

En esta tarea se encuentran algunos investigadores de la Universidad del Valle y de la Universidad de Los Andes, quienes ahondan en la distribución y caracterización de las especies, a partir de material de museos y determinar así el origen de la muestra.

 

Crawford aseguró que “los estudios realizados indican que el hongo es resistente en la tierras bajas, arriba tienen problemas, es decir que el hongo crece y se desarrolla más en zonas frías”.

 

El investigador concluyó que la propuesta es utilizar las herramientas genéticas, a partir de especies de museo, para determinar el origen de las especies y atacar así la enfermedad.