Alimentación España , Valladolid, Lunes, 07 de septiembre de 2009 a las 17:48

Un ge贸grafo vallisoletano estudia el riesgo de desprendimientos en la Calzada del Gigante

Con los resultados obtenidos se ha elaborado un mapa de la zona, la de mayor afluencia tur铆stica de Irlanda del Norte, y un portal web

Cristina G. Pedraz/DICYT En la costa nororiental de Irlanda del Norte, dentro del condado de Antrim, se halla un singular fenómeno geológico, la Calzada del Gigante, un área formada por cerca de 40.000 columnas hexagonales de basalto procedentes de una erupción volcánica ocurrida hace 60 millones de años. La zona fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986 y recibe alrededor de 800.000 visitantes al año, pero cuenta con una problemática: los constantes deslizamientos y desprendimientos de materiales. Con el fin de mejorar la seguridad de la zona y contribuir a su gestión, Ramón Pellitero, investigador del Departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid, ha elaborado en colaboración con la Queen’s University of Belfast un mapa sobre el riesgo de desprendimientos.

 

Pese a que no ha habido que lamentar daños personales hasta el momento, en la Calzada del Gigante se dan con mucha frecuencia este tipo de derrumbes, lo que obliga en algunos casos a cerrar tramos del recorrido y a reparar los caminos. La zona más peligrosa es la próxima al acantilado, y los visitantes circulan por debajo para llegar a las columnas más famosas. Según explica en declaraciones a DiCYT el investigador, es el suelo cuyos materiales proceden de hace 60 millones de años “el que inestabiliza toda la ladera”.

 

La colaboración entre ambas entidades surgió de forma “casual”, tal y como reconoce el propio investigador, gracias a la mediación de un profesor de Sociología de la Universidad de Valladolid, quien le puso en contacto con Bernard Smith, profesor de Geografía de la Universidad de Belfast, para la realización de un estudio en este sentido. Ramón Pellitero, quien actualmente elabora su tesis doctoral sobre la geomorfología de la Montaña Palentina, se trasladó durante tres meses a la zona, donde halló cerca de 200 desprendimientos, algunos ocurridos hace miles de años y otros muy recientes.

 

“Nunca se había llevado un control sobre por qué ocurren los desprendimientos, donde se producen, cómo y cuando suceden”, asegura, al tiempo que explica que el principal objetivo de su estancia fue realizar mapas con los distintos tipos de desprendimientos, así como incluirlos en una base de datos con una ficha sobre el tipo de material geológico, la forma del desprendimiento o su orientación. Para ello, el geógrafo empleó un GPS y recorrió la zona repetidas veces. “Donde observaba un desprendimiento o deslizamiento lo marcaba con el GPS y daba sus características. Luego, con un programa específico, un sistema de información geográfica, lo dibujaba y componía el mapa”, explica.

 

Se trata de un método sencillo pero que requiere de esfuerzo, ya que se ha trabajado al detalle. “Como la zona es muy pequeña, llegamos a cartografiar desprendimientos de poco tamaño, algo que normalmente no se hace en geografía. En este caso hacerlo era importante, ya que una pequeña roca puede desprenderse y caérsele a alguien”, incide el investigador. La Calzada del Gigante tiene sólo tres kilómetros de largo y unos 500 de ancho, y se sitúa en un acantilado de unos cien metros de altitud.

 

Web con información científica y turística

 

Por otro lado, el trabajo realizado es divulgado a través de un portal web creado a tal efecto. En este apartado se ha contado con la ayuda de Ruth Estrada, informática también perteneciente a la Universidad de Valladolid. La página incluye imágenes de las zonas estudiadas, denominadas de The Amphiteatre, Port Noffer, Portnaboe y Port Ganny, ésta última donde se encuentra la Calzada del Gigante. Cada una cuenta con notas explicativas y mapas interactivos sobre los que puede pincharse y leer las características de cada desprendimiento. Además del contenido científico, la web incluye información turística sobre el entorno, por qué es Patrimonio de la Humanidad, cómo se ha formado o cómo está cambiando, ya que “como cualquier sitio de costa es un paisaje en constante evolución y cambio”.

 

Por este motivo, es posible que se realice otro viaje para actualizar la base de datos de desprendimientos. “En un año los mapas quedan anticuados”, afirma el geógrafo, ya que los derrumbes de material “están ocurriendo casi cada día”. En la misma línea, se plantea la posibilidad de desarrollar una nueva web “más profesional” junto con la ONG que gestiona el espacio natural, The Nacional Trust; así como impulsar nuevas investigaciones para la predicción de desprendimientos. “Ahora sería interesante saber cuándo van a ocurrir, para cerrar parte del camino y tener la seguridad de que no va a afectar a nadie”, concluye.