Ciencia Panamá , Panamá, Viernes, 30 de octubre de 2009 a las 18:54

Expertos en anfibios aprenden técnicas moleculares para detectar la quitridiomicosis

Con este taller se duplica el número de investigadores capaces de detectar rápidamente el hongo que ha acabado con especies enteras de ranas

STRI/EA/DICYT Un grupo de 22 científicos de Panamá, Costa Rica y Colombia que trabajan en la lucha para detener la propagación del hongo quítrido Batrachochytrium dendrobatidis entre las poblaciones de anfibios, participaron recientemente en un taller organizado por el Círculo Herpetológico de Panamá, cuyo objetivo fue capacitarlos en el uso de una técnica genética para monitorear la propagación de la enfermedad causada por el hongo. Gracias a la técnica de reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa (PDCR), que permite amplificar el material genético, los investigadores son ahora capaces de detectar incluso esporas individuales del hongo sin hacerle daño al animal.

 

Los expertos calculan que la quitridiomicosis es la responsable de la desaparición de cerca de 100 especies de ranas desde 1970. Durante la última década, la epidemia ha arrasado con poblaciones de estos anfibios en las tierras altas de Costa Rica, alcanzó la parte occidental de Panamá, y ahora se desplaza hacia la parte este desde Colombia.

 

"La rapidez con que el hongo se propaga se debe a que los humanos transportan cerca de 100 millones de anfibios alrededor del mundo cada año, principalmente para alimento y mascotas, sin someterlos a ninguna prueba de enfermedad", dijo Kerry Kriger, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro de Estados Unidos, Save the Frogs!.

 

Kriger y Sandra Victoria Flechas, de la Universidad de los Andes en Colombia, fueron los instructores del curso, que se llevó a cabo del 5 al 9 de octubre en las instalaciones del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá (STRI).

 

"Posiblemente, acabamos de duplicar el número de personas en el mundo que saben usar este método para detectar el patógeno", señaló Kriger. "La maravilla de la PCR es que no hay que matar a la rana o tomar una prueba de piel para detectar la enfermedad".

 

Los investigadores pasan un palillo de algodón sobre la rana para recoger ADN del hongo, y usan la PCR cuantitativa para evaluar la muestra.

 

Los participantes del taller incluyeron personal de las tres instituciones en Panamá que cuentan con instalaciones de laboratorio para realizar la PCR: STRI, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT). Los estudiantes de la Universidad de Panamá y de Florida State University, personal del Centro de Rescate de Anfibios de El Valle y la Sociedad Mastozoológica de Panamá (SOMASPA), lo mismo que científicos de Panamá, Costa Rica y Colombia, conforman ahora un equipo de detección de la enfermedad.

 

La provincia de Darién, al este de Panamá, es uno de los hábitats de anfibios de mayor diversidad en el planeta. Y aunque todo indica que allí la enfermedad no ha llegado todavía, los científicos prefieren ser cautelosos.

 

"Tenemos muchas muestras de palillos recogidos durante expediciones a Darién, pero no contamos con personal suficiente para analizarlas", dijo Andrés Crawford, ex becario de posgrado de STRI, ahora profesor de biología de la Universidad de los Andes.

 

Por su parte, Roberto Ibáñez, director local del Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios, destacó la importancia del taller como un componente esencial para la detención de la mortandad generalizada en Panamá y para garantizar que los esfuerzos de rescate del anfibio den resultado.
 

"Durante los próximos meses vamos a recolectar especies de ranas que están a punto de desaparecer. Emplearemos la PCR cuantitativa para asegurarnos de que los pods de rescate – hábitats de ranas fabricados con una adaptación de contenedores de carga marítima– se mantengan libres de hongos", concluyó Ibáñez.