Medio Ambiente España , Salamanca, Miércoles, 04 de noviembre de 2009 a las 16:54

Los sedimentos marinos del Mediterráneo predicen la evolución natural del cambio climático actual

Un equipo de científicos de la Universidad de Salamanca, dirigidos por José Abel Flores Villarejo y Francisco Sierro Sánchez, ha participado en una investigación geológica de alcance internacional

JPA/DICYT Un equipo de geólogos de la Universidad de Salamanca analiza el fondo marino del Mediterráneo para estudiar los cambios climáticos. Los catedráticos de la Facultad de Ciencias José Abel Flores Villarejo y Francisco Javier Sierro Sánchez han dirigido la investigación Evolución Paleoceanográfica del Mediterráneo occidental durante los últimos ciclos climáticos a partir del material recuperado en la campaña Promess 1 (UE), centrada en la búsqueda de series sedimentarias para reconstruir el clima en la zona mediterránea. Los estudios realizados han posibilitado el establecimiento de determinadas variaciones climáticas que pueden servir para observar la capacidad de adaptación del sistema a dichas modificaciones, según ha informado hoy la institución académica. Estos datos demuestran que han existido variaciones climáticas determinantes dentro de la dinámica natural del planeta, en las que recientemente se superpone el efecto producido por la acción humana.


Por ello, las medidas de los gobiernos para paliar el cambio climático promoverán la reducción del input del dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, para tratar de mitigar el proceso de cambio que se impone. Sin embargo, en palabras de José Abel Flores "el efecto de la sociedad tiene una inercia que no se puede detener". Por tanto, las decisiones gubernamentales fomentarán ciertos beneficios pero no supondrán un freno a la evolución climática, al menos en las próximas generaciones, según su opinión, recogida por DiCYT a través de la Universidad de Salamanca.


Sin embargo, Flores Villarejo afirma que "el alarmismo nunca es bueno porque se tergiversa y se busca la parte más apocalíptica". El científico e investigador desmiente ciertos malos augurios publicados por los medios de comunicación, como el deshielo del Ártico. El profesor explica que la banquisa del Mar del Ártico se deshiela cada año durante la estación estival, pero se vuelve a recuperar en la estación fría. No obstante durante la última década se ha puesto de manifiesto una reducción de la capa de hielo durante el verano. Obviamente, este deshielo afecta a las corrientes y provoca que la capa de hielo flotante se retraiga, y constituye un proceso diferente a la pérdida de masa de hielo continental (almacenado en Groenlandia principalmente). El progresivo deshielo del los glaciares de Groenlandia está teniendo lugar igualmente; el tiempo de este proceso es lento, y aunque puede afectar a generaciones futuras, no será algo inmediato.


Los investigadores confirman que en los sedimentos extraídos se observan las influencias de los cambios climáticos, a través de una reconstrucción de la curva del nivel del mar. Como afirma Flores Villarejo, "estos datos que vamos recuperando del laboratorio del pasado, tratamos de proporcionarlos a los modelizadores matemáticos o informáticos del presente". Estas "instantáneas" sirven para identificar eventos climáticos fríos o cálidos de duración secular que pueden prolongarse durante dos o tres generaciones humanas. En estos períodos, el sistema se adapta a las modificaciones del clima, a través de factores como el calentamiento del océano y el aumento o reducción de la tasa de oxigenación del fondo, entre otros. Según estos investigadores, la elección del Mar Mediterráneo estuvo determinada por su característica de cuenca confinada, donde se produce una mayor amplificación de la señal para el estudio.

 

Proyecto PROMESS


Este tipo de investigaciones requiere tecnología sofisticada para la extracción de materiales y la utilización de información de proyectos previos. "La investigación en el océano tiene ciertas similitudes con investigación espacial", como afirma Flores Villarejo. Este estudio ha tenido una dimensión internacional a través del Proyecto PROMESS. Dicho proyecto se desarrolló a través de un consorcio internacional de universidades e institutos marinos y oceanográficos, entre los que se encuentran el Institut Français de Recherche pour l’Explotation de la Mer (IFREMER), la Universidad de Salamanca, la Universidad de Barcelona, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Barcelona y Granada, la Universidad de Hamburgo, la Universidad de Lyón, la Universidad de Bolonia, el Istituto Idrografico della Marina de Italia y otras instituciones británicas y norteamericanas. El Proyecto PROMESS se concentra en el ámbito mediterráneo, abarcando desde el Golfo de León al Mar Adriático.


Esta agrupación internacional, coordinada por un proyecto de la Unión Europea, ha posibilitado la financiación del buque para esta investigación en la zona del Mediterráneo con un coste de 2.000.000 de euros. Esta investigación se realizó mediante sofisticadas técnicas de perforación sobre un buque que dispone de torre de sondeo. "Se hace descender un tubo de acero y una macrobroca que perforan una galería de varios metros y a partir de ahí se recupera el testigo con el sedimento", explica el profesor Flores Villarejo. Los testigos incluyen un volumen de sedimentos del fondo marino que se analizan, posteriormente. Una parte del análisis del material y sus características se realiza en el propio buque, aunque la mayoría requiere el uso de técnicas que no pueden acometerse abordo.


La financiación de estos estudios se ha completado además con una ayuda de del Ministerio de Educación y Cultura (actualmente Ministerio de Cienca Tecnología e Innovación) y de la Junta de Castilla y León, que contribuyen de este modo a apoyar las investigaciones nacionales y regionales. En este sentido, este grupo de científicos alientan a los gobiernos a seguir invirtiendo en I+D+i, contribuyendo así a mantener los positivos niveles actuales de investigación en España.


Actualmente, estos científicos desarrollan una línea académica con proyectos sobre cambio climático en los océanos Atlántico, Artico, Antártico, Indico y Pacífico Sur y Ecuatorial. Y, por otro lado, una línea ligada a la colaboración con empresas petroleras para preparar extracciones y realizar estudios acerca de la viabilidad de recuperar hidrocarburos y metano.