Salud España , Valladolid, Viernes, 01 de octubre de 2004 a las 18:19

Una veintena de castellanoleoneses resultan intoxicados cada año por el consumo de setas

El Hospital Río Hortega de Valladolid atiende los casos más graves de toda la región

Beatriz G. Amandi/DICYT  Los casos de envenenamiento por setas en Castilla y León se han incrementado ligeramente en los últimos años, llegando el año pasado a 23 los registrados en la Unidad Regional de Toxicología Clínica del Hospital, dirigida por el doctor Antonio Dueñas. Según ha podido saber DICYT, aunque prácticamente ninguno de los casos registrados desemboca en la muerte del paciente, cada año se realiza al menos un transplante de hígado de emergencia por este motivo.

De los 23 casos registrados en la comunidad el año pasado, sólo cinco fueron intoxicaciones graves, de síndrome hepatotóxico, pero uno de los afectados llegó a requerir un trasplante de hígado. De estos cinco casos, dos se registraron en Valladolid, y los otros tres en Soria, Segovia y Palencia, aunque todos fueron atendidos en el Hospital Río Hortega de la capital pucelana. Ocho casos más correspondieron al conocido como síndrome gastrointestinal benigno y otros ocho al síndrome colirgénico o sudorífico. Finalmente, la Unidad Regional de Toxicología Clínica atendió dos casos de ingestión de setas alucinógenas, cuyos daños son también leves.

 

Se trata de un tipo de envenenamiento muy común en otoño, cuando los buscadores de setas acuden a los bosques a recoger estos hongos de gran calidad culinaria. Según apunta el doctor Dueñas “el incremento de casos, que es muy ligero, no se puede cuantificar, pero viene dado porque cada vez más gente tiene la afición de coger setas”.

Existen dos grandes grupos de envenenamientos por ingestión de setas: los que se pueden considerar leves y que tienen un periodo de latencia corto (es decir, los síntomas aparecen entre media hora y tres horas después de su ingesta), y las intoxicaciones graves, cuyos síntomas aparecen entre nueve y 15 horas después de haber comido los hongos. Este es uno de los puntos de partida para saber la gravedad del enfermo y uno de los primeros datos que se piden al afectado cuando es ingresado, según señaló a DICYT Antonio Dueñas.

La manifestación habitual de una intoxicación por setas es la gastroenteritis, aunque las consecuencias para la salud dependen del tipo de hongo que se haya ingerido. Así, pueden darse casos en los que pasado un tiempo los síntomas desaparecen sin dejar rastro y puede ocurrir que el paciente llegue a necesitar un trasplante de hígado, algo que ocurre en el 20% de los casos graves.

Un veneno que inhibe la síntesis proteica

Una de las intoxicaciones más graves es la que produce la amanita phalloides, que provoca lo que se conoce como síndrome faloidiano, resultado del efecto de las casi 20 sustancias tóxicas que integran su composición. Este síndrome también puede ser causado por otras variedades similares como la amanita verna, la amanita virosa y la lepiota brunneoincarnata.

Estas setas hepatotóxicas contienen amatoxinas, y sólo con la dosis que contiene un ejemplar puede provocar daños graves en el hígado y el riñón y llegar a producir la muerte. La intoxicación se produce cuando, una vez ingerido el guiso, la seta llega al estómago y los tóxicos son absorbidos, eliminándose por la bilis y reabsorbiéndose de nuevo en el intestino, lo que provoca que las toxinas estén circulando por el cuerpo durante unas 48 a 72 horas después de su ingesta.

Las setas hepatotóxicas inducen a la destrucción celular mediante la inhibición de la síntesis proteica, lo que implica que su funcionamiento y reproducción no se realice de manera adecuada. Esta disfunción afecta de manera especial a los órganos del cuerpo que tienen más actividad celular, como son el hígado, el riñón y el intestino.

Los primeros síntomas aparecen después de transcurridas 9 horas desde su ingestión, y se manifiestan en forma de gastroenteritis intensa y vómitos que duran un día. Después hay una fase de aparente mejoría que puede durar entre 2 y 3 días, en la que desaparecen los síntomas, pero el veneno comienza a actuar en los órganos vitales del enfermo. Pasado este tiempo, el paciente empieza a notar dolor en la región hepática y una ictericia, que pueden desembocar en una insuficiencia hepática fulminante.

Según apuntó el doctor Dueñas, es conveniente que las personas que noten síntomas de intoxicación por setas acudan al hospital, puesto que es necesario descartar una intoxicación grave, para evitar que los síntomas estén muy avanzados en el momento del tratamiento.

Los tratamientos hospitalarios contra el envenenamiento de setas hepatotóxicas comienza, incluso, antes de que se tenga la confirmación analítica de la misma, ya que ante una sintomatología que lo indique, el tiempo es fundamental para conseguir la curación del enfermo. Las primeras medidas pasan por la colocación de una sonda nasogástrica que aspira de manera continua el carbón activado que se administra al paciente cada tres horas. El carbón activado sirve para que las toxinas venenosas se adhieran a él y, de ese modo, al ser aspirado se consigue eliminarlo de la circulación sanguínea. Por otro lado, ante la posibilidad de que el veneno ataque a las células hepáticas, se trata de aislar a éstas mediante un medicamento como la penicilina, que actúa como bloqueador de la entrada.

En los casos en los que no da resultado puede ser necesario el trasplante de hígado, por ello, en Castilla y León, todos los pacientes con síntomas de envenenamiento grave por setas son trasladados al Hospital Río Hortega, único centro de la región donde se realiza este tipo de trasplante. 

El falso níscalo 

El síndrome de gastroenteritis aguda benigna se corresponde con una intoxicación leve producida por la entoloma lividum y la lactarius torminosus o falso níscalo, y los síntomas aparecen entre media hora y tres horas después de haberlas ingerido.

Las causas de que estas setas resulten tóxicas aún no están muy claras, ya que no se ha conseguido identificar las toxinas que contienen. Según apunta el doctor Dueñas, hay expertos que abogan porque la gastroenteritis se puede deber a la mala absorción de las proteínas o azúcares que contienen o, simplemente, a alergias.

El tratamiento que se sigue para estos casos pasa por la administración de carbón activado y la reposición de líquidos al enfermo. Son unos síntomas que no suelen durar más de dos días.


Otro de los envenenamientos más habituales en la región es el que se conoce como síndrome sudorífico, provocado por setas que contienen abundante muscarina, una sustancia presente en las especies del género inocybe y clitocybe.

Sus síntomas aparecen entre 15 minutos y dos horas después de la ingestión, suelen provocar vómitos y diarreas leves, pero también salivación, lagrimeo y una intensa sudoración, por lo que el paciente debe reponer muchos líquidos y, en casos graves, debe recibir un tratamiento con carbón activado. Lo normal es que el malestar desaparezca entre 6 y 10 horas después.

 

El caso de las setas alucinógenas
Las setas alucinógenas son consumidas habitualmente por personas que buscan tener un determinado efecto con ellas, por lo que las intoxicaciones de este tipo no suelen llegar a tratarse en los hospitales. Su cultivo suele ser casero y con una finalidad de consumo, ya que unos 30 minutos después de su ingesta aparecen las alucinaciones, la euforia y la distorsión de la percepción del tiempo. Según apuntó el doctor Dueñas, “estos casos sólo llegan a Urgencias cuando han provocado una mala experiencia o mal viaje en el paciente”.

El tratamiento pasa por una sedación y reposo en un ambiente tranquilo y con poca luz.