Salud Colombia , Bogotá D.C., Viernes, 05 de marzo de 2010 a las 12:16

Científicos colombianos entorpecen el ataque de un peligroso parásito intestinal

El avance permitiría impedir la multiplicación de este organismo que se transmite con el consumo de agua no potable o alimentos contaminados

UN/DICYT Científicos de la Universidad Nacional de Colombia lograron impedir el proceso de multiplicación de un parásito intestinal llamado Giardia, reconocido como un problema de salud pública mundial por su alta capacidad de contagio. Todo ocurrió por la modificación química de una proteína, perteneciente al parásito. El avance podría convertirse en la base para impedir la multiplicación de este organismo que se transmite principalmente por el consumo de agua no potable o alimentos contaminados. En los niños, la población más afectada, estas diarreas pueden conllevar a problemas de malnutrición e incluso de retraso en el desarrollo.


Giardia es uno de los parásitos intestinales causantes de diarrea más comunes en cualquier parte del mundo. En el 2004, en Noruega, logró infectar a toda una población de más de cien mil habitantes que permanecieron con diarrea durante 15 días. Sin embargo, tuvieron que pasar 300 años desde su descubrimiento, en 1681, para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconociera como un problema global de salud. Anualmente se reportan dos millones de infectados en todo el planeta.
En la Universidad Nacional de Colombia las investigaciones sobre Giardia comenzaron hace cinco años con una tesis doctoral que buscaba respuestas sobre el proceso de desenquistamiento, mediante el cual el parásito abandona el quiste que lo protege, acción que ocurre una vez llega al intestino de su hospedero.

 

Según la investigadora Magda Alvarado, autora de la tesis, “se trata de un proceso muy interesante del cual se sabe poco porque no es fácil ni agradable de estudiar: los quistes hay que recuperarlos de muestras fecales de pacientes con giardiasis, como se llama la enfermedad diarreica ocasionada por el protozoo patógeno”. Ella se arriesgó y estableció un método para hacerlo. Giardia es resistente a desinfectantes comunes como el hipoclorito y puede permanecer por años fuera de su hospedero, gracias a que forma una pared de proteínas y azúcares que lo protege y cubre.


Una especie en transición


Sin embargo, no son las repercusiones médicas de Giardia o su resistencia a morir lo que más llama la atención de los investigadores. Es su génesis. En biología celular se distinguen dos grandes reinos: los procariotas, del que hacen parte todas las bacterias, y los eucariotas, que son células más organizadas y pueden ser de plantas o animales.


Los científicos piensan que hubo una transición entre estos dos tipos de organismos que comenzaron como procariotas y, de alguna manera, evolucionaron y se convirtieron en eucariotas, pero no saben cómo sucedió. Giardia estaría ubicado en esa transición entre un procariote y un eucariote, lo que tendría grandes implicaciones para la comprensión de la evolución de las células.

 

“Giardia es uno de los eucariotes más antiguos, por ello es un modelo de estudio muy interesante y útil”, explica Alvarado, científica del Laboratorio de Investigaciones Básicas en Bioquímica de la UN de Colombia.

 

Parásito desenmascarado


Lo que hizo la investigadora fue aislar los quistes del parásito e inducir las condiciones favorables para éste en un tubo de ensayo. “Pusimos pH ácido –que funciona como estímulo– y lo sometimos a una temperatura de 37 grados centígrados. Así logramos desenquistarlo”, afirma.


El siguiente paso fue analizar el papel de la fosforilación de proteínas en este proceso. La fosforilación es una modificación química que permite a las células realizar cambios rápidos en la actividad de una proteína. El resultado fue muy promisorio: “Si impedimos que se fosforilen las proteínas en la fase final de su proceso de salida del quiste, el parásito no podrá dividirse”, asegura la científica.

 

Este hallazgo es importante porque el parásito tiene sobre su superficie una estructura indispensable para infectar al hospedero. Se trata de una pequeña ventosa (disco adhesivo que actúa como una chupa), con la cual se pega al intestino humano y causa la enfermedad. Al no completar el proceso de división no alcanza a aparecer la ventosa y de esta manera a Giardia le resulta imposible permanecer en el hospedero.