Ciencia Costa Rica , Costa Rica, Martes, 27 de abril de 2010 a las 16:50

Alumnos de la Universidad Nacional de Heredia estudian la biodiversidad de un humedal panameño

Colaboran en un proyecto para mantener un monitoreo constante del humedal San San-Pond Sak

UNA/DICYT Los humedales son uno de los ecosistemas de mayor importancia a nivel mundial debido a su alta biodiversidad y por los servicios ambientales que prestan a la sociedad, como el control de inundaciones, recarga y descarga de acuíferos y estabilización de microclimas. Un grupo de estudiantes del Proyecto Integrado de Investigación y Extensión del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (ICOMVIS-UNA), a cargo de los profesores Joel Sáenz, Michael McCoy y Luis Murillo, tuvieron la tarea de establecer una línea base para varios grupos de vertebrados como punto de partida para un plan de monitoreo y una investigación social exploratoria dentro del humedal San San-Pond Sak (HSSPS). 

 

El trabajo se denominó Biodiversidad, conectividad estructural y aspectos sociales del humedal San San-Pond Sak (Hssps), Bocas del Toro, Panamá. El HSSPS fue decretado sitio Ramsar en 1993, debido a que desempeña un papel hidrológico, biológico y ecológico significativo: contribuye a la captación de carbono, sustenta un conjunto de especies de flora o fauna raras, vulnerables o amenazadas y alberga a una cantidad apreciable de individuos de especies como la tortuga verde, (Chelonia mydas), tortuga carey (Caretta caretta), tortuga baula (Dermochelys coriacea), manatí, (Trichechus manatus manatus) y el jaguar (Pantera onca), entre otras.

 

Sin embargo, esta zona protegida presenta una serie de amenazas que atentan contra su integridad estructural y funcional: construcción de represas en la cuenca del río Changuinola, plantaciones bananeras en el límite sur sin una zona de amortiguamiento, desarrollos turísticos, falta de plantas de tratamiento de aguas, ocupación ilegal de tierras, ganadería, caza y pesca ilegal y contaminación con desechos sólidos. Asimismo, la carencia de estudios científicos de manera constante contribuye al desconocimiento de las especies de flora y fauna que ahí habitan, y los esfuerzos de conservación se centran principalmente en el manatí y en las tortugas marinas que llegan a anidar a las playas del humedal.

 

El estudio se realizó del 13 al 27 de noviembre de 2009 y en ella participaron Francisco Chavarría Namendi, Camilo De la Cruz, Cecilia Corina Gelabert, Nadine Havenstein, Arianna Tejada, Natalie Sánchez, entre otros.

 

Amplia biodiversidad

 

Para realizar los estudios, el sitio se dividió en cuatro áreas (A, B, C y D). “Para generar el listado de especies vegetales utilizamos dos métodos de muestreo: el establecimiento de parcelas y los recorridos en bote por los márgenes del río. Se identificaron 25 especies vegetales distribuidas en 19 familias, las más abundantes fueron las Fabaceae-Caesalpinioideae y las Fabaceae-Mimosoideae. En los sitios con poca alteración (A, B y C) existe una mezcla de árboles jóvenes y maduros, mientras que en el sitio D los datos muestran una tala selectiva donde no ha habido regeneración”, explicó David Martínez.

 

De acuerdo con Natalie Sánchez, el registro de las especies de aves presentes en el área de estudio se obtuvo mediante tres métodos de muestreo: puntos de conteo, redes de niebla y recorridos en bote de remos por el río.

 

Con respecto a las aves, se registraron 90 especies, distribuidas en 14 órdenes y 33 familias. Además de 15 especies de aves fuera del área de muestreo que se incluyeron en la lista de especies de aves del HSSPS. De los cuatro sitios de muestreo, el D presentó la mayor riqueza de aves, mientras que en los sitios A, B, y C el número de especies fue similar.

 

“Detectamos más especies con nuestra metodología que los inventarios previos. Contabilizamos 105 especies en un área de 693 hectáreas, mientras que en los inventarios previos de aves para todo el HSSPS se reportaron 67 especies”, explicó Sánchez.

 

Según Camilo de la Cruz, en el registro de mamíferos se utilizaron seis métodos. “Para las especies de mamíferos medianos y grandes presentes en el área de Tres Bocas, usamos la búsqueda de rastros, observación directa, cámaras-trampa; para roedores utilizamos trampas Sherman, mientras que los mamíferos voladores los registramos por medio de redes de niebla fuera de los sitios de muestreo, debido a la dificultad del terreno en el área de estudio. Para complementar los datos de campo, entrevistamos a los pobladores del humedal sobre las especies de mamíferos que ellos conocen y que han visto en tiempos pasados y actuales en el humedal”, indicó.

 

Se registró un total de 33 especies de mamíferos, distribuidas en 11 órdenes y 21 familias. Según los estudiantes, las entrevistas fueron las que aportaron el mayor número de especies, seguido por las redes y las cámaras-trampa.

 

Arianna Tejeda explicó con respecto a la conectividad, que el bosque predomina en el HSSPS, lo que podría estar favoreciendo la permanencia de una alta diversidad de especies nativas del área. “Esta conectividad podría mejorar aún más si se manejan adecuadamente las áreas del humedal que anteriormente fueron dedicadas a actividades agropecuarias y luego fueron abandonadas, si se promueve la reforestación con especies nativas y la regeneración natural del bosque”.

 

Punto de partida

 

El coordinador de los proyectos de investigación y desarrollo de la Asociación de Amigos y Vecinos de la Costa y la Naturaleza (AAMVECONA) —encargada de proteger el humedal en conjunto con la Autoridad Nacional del Ambiente de Panamá (ANAM), Kherson Ruiz, afirmó que “este estudio es muy importante, porque la Asociación quiere iniciar un monitoreo constante que nos permita ver la recuperación del humedal, no solo debemos proteger a las tortugas y los manatíes, toda esta biodiversidad es importante para el mundo”.

 

Por su parte, Nelson Martínez, también integrante de AAMVECONA, aseguró que el trabajo que realizan en reforestación es muy importante, porque a pesar de que la zona está inundada, tienen especies nativas que se pueden desarrollar y así recuperarán terrenos que antes fueron utilizados para la ganadería”.

Joel Sáenz, director del ICOMVIS-UNA, destacó que este proyecto se pudo realizar gracias al apoyo económico de la compañía REWE de Alemania, Chiquita Brands Internacional, el U.S. Fish and Wildlife Service y la colaboración del ANAM y AMVECONA.