Salud España , Salamanca, Martes, 27 de abril de 2010 a las 16:37

Los científicos buscan terapias personalizadas frente al cáncer de mama

El Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca y el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) estudian tratamientos más específicos y con menos efectos secundarios

José Pichel Andrés/DICYT Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), ha presentado hoy en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca algunos resultados que son fruto de su colaboración con Enrique de Álava, científico del centro salmantino, en la búsqueda de terapias más específicas para el cáncer de mama. Una vez que se ha alcanzado una tasa de curaciones muy elevadas en esta enfermedad, el objetivo de los investigadores es individualizar el tratamiento para evitar efectos secundarios. Para ello, es necesario emplear análisis genómicos y genéticos para estudiar tanto las particularidades de cada tipo de tumor como la respuesta de cada persona ante distintos tipos de fármacos.

 

"El cáncer de mama es un tumor que se cura en el 80% de los casos, pero a menudo lo logramos a través de un tratamiento excesivo, porque hasta hace poco tiempo teníamos un concepto de la enfermedad como una patología homogénea, única, tratábamos a todos los enfermos igual, con quimioterapias muy agresivas basadas, por ejemplo, en hormonas", ha explicado el experto en declaraciones a DiCYT. Sin embargo, "ahora se trata de mantener la tasa de curaciones pero dando la quimioterapia sólo a aquellas personas que lo necesitan y que sea la más adecuada a cada persona, la más activa en su tumor, porque hay varios fármacos diferentes y no son todos iguales ni igual de tóxicos", apunta.

 

En este contexto, GEICAM lleva a cabo habitualmente numerosos ensayos clínicos. "Enrique de Álava colaboró con nosotros en definir el tipo molecular de los tumores y esto nos ha permitido saber a qué grupo de pacientes le viene bien uno de los fármacos más activos en cáncer de mama", ha destacado Miguel Martín, que desde hace poco también es el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, una institución que a partir de ahora también podría empezar a colaborar con los expertos salmantinos, según ha indicado.

 

"Hoy en día es inaceptable que curemos a una paciente de un cáncer de mama y dentro de 15 años se muera de un fallo cardiaco por la toxicidad de la terapia que le hemos dado", declara. Por eso, "estamos intentando identificar qué pacientes necesitan cada tipo de tratamiento. "Hasta ahora se dan todos los citotóxicos a todos los pacientes y hoy en día este enfoque es obsoleto, tenemos herramientas genómicas y moleculares que aún no nos permiten afinar mucho, pero nos aproximamos a ese sueño de la Medicina en general, no sólo de la Oncología, de darle a cada paciente lo que se ajusta a su perfil individual", agrega.

 

La personalización del tratamiento sólo se puede llevar a cabo a través del análisis genómico y genético del tumor, por un lado, y de la paciente, por otro. Así, entran en juego dos disciplinas diferentes, pero complementarias, la Farmacogenómica y la Farmacogenética. La primera trata de estudiar la respuesta de un tipo de tumor en particular, mientras que la segunda permite conocer cómo metaboliza cada persona un determinado fármaco.

 

Grandes avances

 

Según Miguel Martín, los tratamientos individualizados no están ya muy lejanos, puesto que "la investigación médica avanza a pasos agigantados" hasta el punto de que para los profesionales "es difícil estar al día de todo lo que se publica". Esto se debe al "cambio radical" que se ha producido en los últimos 30 años, según el científico, de manera que "cada vez hay más información y cada vez hay más personas investigando y van las cosas más rápido". En su opinión, "a veces se producen contrasentidos, como que los cambios en el conocimiento biológico van tan rápido que hay estudios clínicos que antes de acabar están invalidados porque ha cambiado la concepción de la enfermedad".

 

En cualquier caso, para la Oncología es una "época apasionante pero difícil por lo dinámica que es". Por eso reclama rebajar las exigencias de la investigación a largo plazo e "incorporar novedades a la clínica sin pruebas durísimas que llevan 20 años de desarrollo, porque entonces ya no tienes la situación de conocimiento que había al principio y ya no vale para nada".