Alimentación España , Salamanca, Lunes, 19 de julio de 2010 a las 17:58

"Las plantas transgénicas mejoran las condiciones agrícolas y la sostenibilidad de los cultivos"

María Dolores Rodríguez, catedrática de Fisiología Vegetal de la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca, es presidenta de la Sociedad Española de Fisiología Vegetal

José Pichel Andrés/DICYT Desde su despacho del Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale), en el Parque Científico de la Universidad de Salamanca, María Dolores Rodríguez tiene la responsabilidad de presidir la Sociedad Española de Fisiología Vegetal, una organización que agrupa a casi 600 científicos que realizan investigaciones punteras relacionadas con las plantas. Una de sus obligaciones es dar a conocer el trabajo que realiza este importante grupo de investigadores españoles, aunque choca con ciertas ideas que han calado en la sociedad sin base científica, como la percepción de que la modificación genética de las plantas es un hecho peligroso o negativo.


"La Fisiología vegetal estudia todos los procesos bioquímicos, moleculares o celulares que tienen lugar en una planta durante su desarrollo", afirma en declaraciones a DiCYT, de manera que los investigadores de este campo estudian el crecimiento de la planta, la formación de hojas, flores y frutos y todas las aplicaciones que se pueden derivar del conocimiento de estos procesos en el campo de la agricultura y en muchos otros. "Hay grupos que investigan la fotosíntesis para desarrollar biomasa, la nutrición mineral para el crecimiento de las plantas, la regulación hormonal o las respuestas a condiciones desfavorables como sequía o salinidad. En la Biotecnología vegetal hay muchas tendencias, como la transformación genética de plantas para mejorar sus características", afirma la presidenta.

 

Precisamente, este último asunto, la manipulación genética, provoca un rechazo social que no está justificado desde un punto de vista estrictamente científico, según los investigadores. "La percepción social que se tiene de la plantas transgénicas es de rechazo total y no tiene ningún fundamento científico, ninguno absolutamente", insiste María Dolores Rodríguez. "Puede haber ciertas prevenciones, como debe haberlas en cualquier modificación de la naturaleza, pero los miedos que hay están totalmente injustificados", declara. "Las plantas transgénicas suponen una mejora de las condiciones agrícolas y de la sostenibilidad de los cultivos, pero se ha hecho una campaña en contra movida por sociedades pseudocientíficas", añade. En su opinión, esta campaña se basa en pretender mandar el falso mensaje "de que las plantas transgénicas contienen genes y las otras no, cuando todos los seres vivos tenemos genes", señala.

 

La posibilidad de manipular los genes para hacer más resistentes a las plantas puede evitar el uso de producto químicos perjudiciales para el medio ambiente. Por eso, María Dolores Rodríguez considera que "es mucho más peligroso usar la cantidad de pesticidas que se utilizan en el campo y nos envenenan a humanos, animales, aguas y suelos que sembrar una planta transgénica que va a evitar el uso de esos pesticidas y, por lo tanto, permite hacer una agricultura mucho más sostenible", declara.

 

Existe otro argumento contra los transgénicos que dice que van a desplazar a las plantas silvestres. "Evidentemente, las plantas de cultivo desplazan a las silvestres, en eso se basa la agricultura, lo inventaron hace 12.000 años nuestros ancestros, siempre que se siembra una planta se está eliminando a las demás, así que el desplazamiento de la biodiversidad siempre ha existido", apunta.

 

En definitiva, "siempre que se haga con unos controles adecuados y con criterios científicos es una mejora que servirá para alimentar a más gente y con una agricultura más sostenible". Por eso, considera que esta falta de conocimiento de los ciudadanos "que ciertos estamentos utilizan" se ve agravada porque "los científicos tenemos menos mecanismos y menos tiempo para llegar a la gente de la calle" y en los medios de comunicación "lo que da miedo es noticia, como los accidentes lo son y la ausencia de ellos no". La presidenta afirma que "igual que los indios americanos le tenían mucho miedo al tren, ahora se le tiene miedo a los transgénicos".

 

La falta de aplicación perjudica la investigación


En Europa, las leyes con respecto a los transgénicos son mucho más duras que en el resto del mundo. Por eso, existe un desfase con respecto a Estados Unidos, pero también con respecto a Sudamérica y Asia. "Ahora mismo ellos producen muchas plantas transgénicas que importamos para alimentar a nuestro animales, lo cual es un perjuicio económico enorme. Ya hay voces que dicen que nuestra economía se va a hundir si mantenemos estas restricciones. Casi todas las patentes de plantas transgénicos las tienen compañías de Estados Unidos y Europa no quiere entrar en esa competencia. La negativa va más por criterios económicos que por otros criterios sociales o científicos. Aún así, la Unión Europea está reconsiderando la siembra de transgénicos porque la economía europea se está viendo afectada", indica.


Desde el punto de vista del desarrollo científico, las restricciones a los transgénicos suponen una limitación, "porque la mayoría de las partidas ministeriales para proyectos de investigación piden colaboraciones con empresas, para que sea investigación aplicada, pero nuestros trabajos no se pueden aplicar en España porque está prohibido sembrar transgénicos, así que a veces podemos continuar gracias a colaboraciones con grupos de Argentina, Chile o Estados Unidos, pero sólo podemos investigar en plantas modelo que no tienen ninguna aplicación agrícola", agrega. Sin embargo, los hallazgos científicos se publican, de manera que llegan a todo el mundo y las compañías americanas se están aprovechando".

 

Aumenta el nivel español

 

A pesar de estos inconvenientes, los científicos españoles dedicados a la Fisiología vegetal están destacando con fuerza en los últimos años, según la presidenta. "En dos congresos recientes he hablado con investigadores de 20 ó 30 países y ha sido una satisfacción enorme contrastar su opinión, porque España siempre ha estado considerada de segundo nivel, pero desde hace 10 años para acá ya estamos en primera línea y compañeros de Estados Unidos y Europa dicen que ya nos situamos por encima de Italia y Francia y al nivel de Alemania y Reino Unido", afirma la científica. "La investigación en plantas ha crecido de forma exponencial en los últimos 20 años, lo cual hace que en la última década el rendimiento haya sido extraordinario", señala.

 

Todo esto ha sido posible porque se ha realizado un mayor esfuerzo económico en investigación, por eso, hay una "gran preocupación" entre los científicos ante la crisis actual. "Si el esfuerzo se acaba porque no haya dinero para fomentarlo, costaría otros 20 ó 30 años volver a empezar y llegar al nivel al que estamos ahora. No deberíamos volver a comprar todo de fuera y a exportar investigadores muy bien formados", afirma.

 

Lo que más destaca en España son las líneas de señalización hormonal y fisiología molecular, con publicaciones del más alto niel en revistas como Science y Nature. Otra línea que está surgiendo con fuerza es la Fisioecología, por el cambio global y la sostenibilidad del medio ambiente, ya que estudia cómo afecta el cambio climático en el desarrollo de las plantas.