Ciencia España , Salamanca, Martes, 23 de noviembre de 2004 a las 20:53

La construcción del edificio del Centro de Investigaciones Agrarias potenciará la colaboración con Portugal

Su director, José María Díaz, confirma que uno de los nuevos laboratorios albergará un grupo de investigación luso

AVPR/DICYT El edificio que albergará el Centro Hispano-Luso de Investigaciones Agrarias de la Universidad de Salamanca, que comenzará a construirse en breve en los terrenos del Campus de Villamayor, hará posible una colaboración más estrecha entre los grupos de investigación salmantinos y los de varias universidades portuguesas. Según ha confirmado a DICYT José María Díaz, director del centro, "nuestra intención es ampliar las colaboraciones que actualmente mantenemos para formar a alumnos de doctorado portugueses, y destinar uno de los laboratorios del nuevo edificio a un grupo de investigación del país vecino".

Los plazos legales para la construcción del edificio se han activado hoy mismo, tal y como ha adelantado DICYT esta mañana, con la publicación en el BOCYL del anuncio de la contratación de la obras. Por el momento, el centro carece de instalaciones propias, si bien estudiantes de las universidades de Covilha, Bragança, Viseu y Castello Branco desarrollan ya parte de sus investigaciones en los laboratorios repartidos por varias facultades y escuelas, al tiempo que alumnos salmantinos hacen lo propio en Portugal. Y este intercambio podría incrementarse el presente curso con la puesta en marcha del programa de doctorado en Biotecnología Agrícola.

En la actualidad, el Centro Hispano-Luso de Investigaciones Agrarias cuenta con seis grupos de investigación en los que trabajan entre 40 y 50 científicos vinculados a la universidad salmantina. "Aunque es difícil precisar si todos los proyectos actuales llegarán a desarrollarse en el nuevo edificio, nuestras tres líneas de investigación prioritarias van a mantenerse. Nosotros trabajamos desde hace años en las áreas de producción vegetal, biodiversidad y sanidad vegetal", apunta José María Díaz. Dentro de estas áreas de trabajo destacan algunos proyectos concretos como el estudio de la diversidad genética de los organismos patógenos, el control biológico de los hongos patógenos o la mejora genética de plantas.

 

Casi 5.000 metros cuadrados


Algunas de éstas áreas se verán claramente beneficiadas cuando, dentro de unos tres años, los equipos de investigación se trasladen al nuevo edificio, ya que tal y como advierte el director del centro, "a los 4.000 metros cuadrados que se destinarán a las instalaciones esperamos añadir entre 600 y 1.000 metros cuadrados de invernaderos. Hasta ahora, la carencia de este tipo de instalaciones no había hecho rechazar algunos proyectos o retrasar la obtención de resultados, en los que ya tenemos en marcha, ya que no podemos producir grandes cantidades de plantas para su estudio".