Alimentación España Arenas de San Pedro, Ávila, Martes, 02 de noviembre de 2010 a las 16:19

El Instituto Geológico y Minero de España registra la actividad sísmica de Arenas de San Pedro

Gracias a una estación GPS se pretende estudiar la probabilidad de que se produzcan futuros terremotos

MMG /DICYT A pesar de que Ávila no puede considerarse como una zona peligrosa en lo que a movimientos sísmicos se refiere, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) cuenta en la localidad de Arenas de San Pedro con una estación de GPS de alta precisión gracias a la cual se estudia la probabilidad de que se produzcan futuros terremotos en una determinada zona.

 

Se trata del proyecto Topo-Iberia, una investigación puesta en marcha ahora hace dos años y en la que Ávila participa a través del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca. Dos de sus investigadores, María del Puy Ayarza y Fernando Carlos Álvarez, optaron por la localidad de Arenas de San Pedro para la instalación de la estación de GPS, desde la que diariamente y desde hace dos años se envían datos sobre tectónica activa en la zona al Observatorio de la Armada, ubicado en la provincia de Cádiz.

 

Una vez recibidos todos los datos necesarios (que desde Castilla y León también se envían desde Salamanca y Zamora, gracias a los medidores de movimiento terrestre ubicados en las localidades de El Maillo y Villardeciervos, respectivamente) será la Universidad de Jaén la encargada de obtener la información sobre el estado de esfuerzos y la deformación de la Península Ibérica, así como para la identificación de las fallas sismogénicas, es decir, aquellas fallas en las que se podría producir actividad sísmica.

 

Y aunque como decíamos, la provincia de Ávila es una zona de baja intensidad sísmica, los expertos no descuidan su estudio, porque como aseguran hay que controlar cómo se está produciendo la deformación de las placas tectónicas, ya que al haber fallas con periodos de retorno muy altos, de miles de años, y de las que no hay registros históricos sísmicos, se desconoce cuál podría ser su comportamiento en un futuro.

 

Los equipos GPS que participan en este proyecto, que se alimentan gracias a una placa solar, son capaces de captar las señales que continuamente emite una constelación de satélites, para así calcular su posición geográfica exacta. El registro de datos durante periodos de tiempo suficientemente prolongados permite calcular los desplazamientos relativos de las estaciones.

 

Estos equipos, que son del todo inofensivos tanto para el hombre como para la fauna y la flora del espacio en el que se ubican, constan de tres partes: la antena GPS en sí, un armario y el equipo de placas solares.