Ciencias Sociales España , Valladolid, Viernes, 26 de noviembre de 2004 a las 16:31

La titulación de Ingeniería Química renueva su acreditación de calidad europea

Esta acreditación fue otorgada en el año 2000 por la Institution of Chemical Engineers y renovada en la visita que tres expertos realizaron a Valladolid la semana pasada

BGA/DICYT La titulación de Ingeniería Química impartida por la Universidad de Valladolid ha renovado esta semana la acreditación europea de calidad que otorga la Institution of Chemical Engineers (IchemE), y que supone un reconocimiento a los estándares de calidad de la enseñanza que imparten. Por el momento, esta es la única universidad española que ha conseguido la acreditación en este campo y, previsiblemente, la renovación será al menos, por tres años más.

IchemE es una institución profesional que representa a ingenieros químicos y de procesos y es la única en Europa que tiene capacidad de conferir la cualificación de Chartered Chemical Engineer. También tienen un acuerdo con la institución correspondiente en Estados Unidos, y los informes de acreditación no sólo los realizan en el ámbito europeo, sino también en muchos otros países, concretamente Sudáfrica, Australia, Singapur, Malasia y Trinidad. Uno de los requerimientos para alcanzar este grado profesional, que faculta para el desarrollo de la profesión a todos los niveles, es haber cursado estudios de Ingeniería Química en un centro reconocido, condición que en España, sólo se cumple en la Universidad de Valladolid.

Además, los estudiantes también tienen otros beneficios como el hecho de que al solicitar cursos Erasmus en otras universidades europeas, no necesiten pasar exámenes para controlar su nivel de conocimientos, ya que la acreditación sirve de carta de presentación del nivel de estudios que alcanzan. Esto ha permitido que casi el 50% de los estudiantes de Ingeniería Química en Valladolid hayan tenido oportunidad de realizar cursos en las principales universidades europeas.

La primera vez que la institución otorgó la acreditación a Valladolid fue en el año 2000 y, esta misma semana, se ha recibido la visita de tres expertos, David Bogle, Anthony D. Barber y John E. Gillett, que se han entrevistado con los profesores de Ingeniería Química, con numerosos estudiantes e investigadores y anteayer, al término de su visita, manifestaban al rector de la UVa que la titulación de Ingeniería Química en la Universidad de Valladolid ha mejorado en estos cinco años en todos y cada uno de los baremos que tienen en cuenta a la hora de acreditar estudios de Ingeniería Química.

Ahora, aún deberá pasar entre uno y dos meses antes de que la renovación sea oficial, puesto que los expertos visitantes deben emitir un informe, que debe pasar diferentes comisiones de expertos antes de ser aprobado en una reunión de la institución. No obstante, la satisfacción de los evaluadores ha sido tanta, que desde la Universidad de Valladolid se da por aprobada dicha renovación.

La institución de la que proceden está integrada tanto por profesionales del campo de la Química, como por personas del ámbito universitario. En el caso de los expertos visitantes, David Bogle pertenece al ámbito universitario, mientras que John E. Gillett, procede de la multinacional farmacéutica Astra Zeneca y Anthony D. Barber de la multinacional petrolera Shell.

 

Acuerdo de Bolonia
La acreditación de calidad no sólo es una muestra del trabajo que se está haciendo en la rama de Ingeniería Química, sino que también permite ser avanzadilla para los cambios que se avecinan con el acuerdo de Bolonia que deberán cumplir todas las universidades europeas. Según señaló la profesora María José Cocero, profesora de la titulación, están preparados para dichos cambios, “en nuestro caso, serán más bien cambios de regulación, ya que la ingeniería superior y la técnica deben confluir en una sola titulación”. Asegura que el cumplimiento de los estándares requeridos por la acreditación, les hacen ya mantener un sistema de trabajo adecuado para los cambios que se avecinan. Asimismo, señala que el cambio más importante al que se enfrentarán será el de “mentalidad”, tanto por parte del profesor como por parte del alumno. Asegura que los profesores deberán tener en cuenta el tiempo que el alumno necesita para asimilar los conocimientos y, de ese modo, optimizar el tiempo que dedica a cada asignatura, “eso supondrá esfuerzo por ambas partes y requerirá un trabajo continuado, no enfocado a los exámenes”.