Alimentación España , Madrid, Martes, 21 de diciembre de 2010 a las 13:18

Las hembras neandertales migraban para evitar la endogamia

El CSIC revela que la diversidad gen茅tica se manten铆a a trav茅s de las mujeres

CSIC/DICYT Los neandertales (Homo neanderthalensis) vivían en grupos de baja diversidad genética en los que la heterogeneidad del ADN era aportada por las mujeres, según ha descubierto una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Mientras que los machos tendían a permanecer en el núcleo familiar, las hembras se trasladaban a otros grupos diferentes. Esta práctica, que mantienen el 70% de los grupos cazadores-recolectores modernos, se conoce como patrilocalidad.

 

El hallazgo, que será publicado hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Siencies, se ha realizado gracias al análisis genético de los restos de 12 neandertales descubiertos en la cueva de El Sidrón (Asturias) en 1994. Los investigadores creen que los fósiles del yacimiento pertenecen a una comunidad contemporánea que falleció simultáneamente. Según los investigadores, esta es la primera vez que se ha secuenciado el ADN de un número elevado de neandertales de un mismo grupo.

 

El análisis se ha llevado a cabo sobre el ADN mitocondrial, que se hereda de la madre. Según el artículo, los 12 individuos neandertales pertenecen a tres linajes maternos diferentes. En concreto, siete de ellos pertenecen al linaje A, otros cuatro al B y un último al C.

 

Los datos de la tabla 1 muestran que la diversidad genética entre las hembras es muy superior a la de los machos. Todos los ejemplares masculinos adultos presentan el mismo linaje, mientras que cada hembra pertenece a uno diferente. “Este hecho concuerda con la hipótesis de que eran las hembras las que se movían de un grupo a otro”, explica uno de los responsables del trabajo, el paleobiólogo del CSIC Antonio Rosas.

 

Por analogía con las comunidades modernas que practican la patrilocalidad, el investigador sugiere que “el intercambio tendría lugar durante encuentros puntuales entre los diferentes grupos en lugares comunes y momentos relacionados con la caza”. Este comportamiento es una estrategia para disminuir la consanguinidad dentro de una comunidad, y hasta “algunas especies de primates la practican”, añade.

 

Una familia neandertal

 

 

 

“Es evidente que debe haber hermanos, padres, madres e hijos, en la muestra estudiada”, asegura el primer firmante del artículo, el genetista del CSIC Carles Lalueza. Según el artículo, el ejemplar juvenil 2 desciende de la hembra adulta 5, mientras que el juvenil 1 y el infantil serían vástagos de la hembra adulta 4. Si esta hipótesis es correcta, revelaría que los neandertales tenían una media de un hijo cada tres años. Esta cifra es también se asemeja a la observada en las sociedades modernas de cazadores-recolectores.

 

El sexo de los ejemplares se ha establecido morfológicamente en función de sus atributos físicos. Además, un segundo análisis genético del cromosoma Y, certifica la masculinidad de los adultos machos y de dos de los adolescentes. En el caso de las hembras, su sexo no puede asegurarse al 100%, ya que la ausencia del cromosoma Y puede deberse al factor intrínseco de no poseerlo por ser mujeres o a que este contenido genético no se haya preservado hasta la actualidad. No obstante, el equipo no alberga dudas sobre ello. “La ausencia del marcador del cromosoma Y en los restos de los ejemplares catalogados como hembras confirma que la caracterización morfológica se hizo de forma correcta”, añade Rosas.

 

Según el artículo, las conclusiones de esta investigación pueden ayudar a definir las condiciones de supervivencia y fertilidad bajo las que vivieron los neandertales y que, finalmente, dieron lugar a su extinción.

 

El Sidrón está siendo estudiado por un equipo multidisciplinar formado por el paleobiólogo Antonio Rosas (Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, Madrid), el genetista Carles Lalueza-Fox (Instituto de Biología Evolutiva, CSIC-Universidad Pompeu Fabra, Barcelona), y el arqueólogo Marco de la Rasilla (Universidad de Oviedo). La excavación está subvencionada por la Consejería de Cultura del gobierno autonómico de Asturias.

 

“Queremos dedicar este trabajo a la memoria de Javier Fortea, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, fallecido en octubre de 2009 y padre del Proyecto Sidrón”, concluye Rosas.