Salud México Cuernavaca, Morelos, México, Miércoles, 16 de febrero de 2011 a las 15:40

Enfermedades infecciosas: cómo nos afectan y qué estamos haciendo para hacerles frente

El 25% de las muertes son provocadas por alguna enfermedad infecciosa

AC/INSP/DICYT Hoy en día, el 25% de las muertes que ocurren alrededor del mundo son provocadas por alguna enfermedad infecciosa, de acuerdo con datos publicados por los doctores Mario Henry Rodríguez, Vicente Madrid-Marina y Humberto Lanz-Mendoza, investigadores y directivos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). De este porcentaje de decesos, el 90% es ocasionado por seis de estas enfermedades, a saber: VIH/SIDA, tuberculosis, diarreas, paludismo, sarampión y neumonías. En países en desarrollo, distintos agentes infecciosos como los virus de papiloma humano y hepatitis B y C están relacionados con algunas neoplasias. 

 

Además de lo anterior, durante las últimas dos décadas han surgido o resurgido, cada vez con mayor frecuencia, infecciones emergentes (nuevas), reemergentes (aquellas que ya habían sido controladas con anterioridad) y resistentes a antimicrobianos, lo mismo que agentes inéditos, como el coronavirus causante del SARS, debido a distintos factores ambientales, ecológicos, demográficos, sociales y económicos, entre otros; pero, sobre todo, a que los agentes patógenos, en especial aquellos que afectan al hombre y a los animales, sufren continuas modificaciones genéticas como resultado de las presiones de selección biológica a la que se hallan sometidos, según lo explica el Dr. Celso Ramos, otro investigador del INSP.

 

Otras enfermedades infecciosas que afectan al ser humano y que recientemente han adquirido gran relevancia por su impacto en la salud pública son el cáncer cérvico-uterino, asociado al virus del papiloma humano (VPH); las hepatitis, la enfermedad de Lyme (borreliosis), la legionelosis (enfermedad de los legionarios), la rickettsiosis, la encefalitis de San Luis y las fiebres hemorrágicas causadas por arenavirus.

 

A nivel mundial, ocurren alrededor de 300 millones de casos clínicos de paludismo o malaria, y más de un millón de casos fatales, principalmente en África. En México, el paludismo ha sido una enfermedad persistente desde la década de los cuarenta, aunque, a través de diferentes estrategias de prevención y control, se ha logrado disminuir el número de casos. No obstante, otras enfermedades persistentes como la de Chagas, y aquellas infecciosas por hongos y parásitos como la leishmaniasis, la lepra y la oncocercosis, que han sido prácticamente olvidadas por los sistemas de salud, merecen especial atención, en virtud que la población las sigue padeciendo.

 

La resistencia de los parásitos y de los mosquitos a los medicamentos y a los insecticidas, respectivamente, pueden explicar en parte la persistencia de este padecimiento. Asimismo, el mal uso y la autoprescripción de antibióticos, lo mismo que el abuso de estos en la agricultura, han dado lugar a la aparición de resistencia antimicrobiana en una variedad de bacterias patógenas.


Aunado a lo anterior, se han extendido enfermedades como la fiebre por virus del Nilo Occidental, la influenza, el cólera o el dengue, como resultado de dos nuevos y enormes desafíos: el cambio climático y el proceso de globalización en salud, los cuales ha favorecido la rápida diseminación de agentes patógenos potencialmente epidémicos.

 

Por el otro lado, actualmente se dispone de recursos muy poderosos y altamente eficaces para obtener información que permita hacer frente de manera exitosa a los brotes o epidemias de enfermedades infecciosas, en virtud de los avances conseguidos en materia de bioinformática, técnicas moleculares, secuenciación de ADN, proteómica y, de manera señalada, de desciframiento del genoma no solo humano, sino de diversos agentes patógenos.

 

En México, la epidemia de influenza A H1N1 que azotó a varias regiones del mundo puso a prueba la capacidad asistencial e investigativa del país en el campo de la salud pública, pero también aportó valiosos conocimientos sobre la magnitud, los determinantes y las consecuencias de la propagación de los agentes infecciosos en la evaluación epidemiológica y biomédica, así como en lo que se refiere a la planeación estratégica y la toma de decisiones con evidencia científica orientadas al desarrollo de políticas y la regulación de las enfermedades infecciosas, que es necesario compartir, analizar y profundizar.

 

Tales conocimientos, que incluyen, entre otros, el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías para la identificación de inmunógenos que son usados para la elaboración de vacunas, para el estudio de la epidemiología genética de la tuberculosis y para el diseño de nuevos sistemas de diagnóstico molecular del papilomavirus humano, han revolucionado la investigación científica, y contribuido a controlar brotes y epidemias por agentes infecciosos en los países en desarrollo.

 

Estudio en profundidad

 

Todo lo anterior da cuenta de la necesidad de estudiar este tipo de enfermedades en el contexto de la salud pública, tanto en su modalidad básica como aplicada, en tanto que elemento indispensable para la generación de conocimiento que pueda modificar desde el comportamiento del personal de salud y de los tomadores de decisiones, hasta la mejora en infraestructura de los servicios de salud, pasando por los elementos que conforman el diagnóstico, tratamiento, seguimiento y recuperación de los pacientes y su entorno familiar y social, ante la presencia de la enfermedad.

 

Limitar los daños que sufre la población en materia de salud depende del mejoramiento de las oportunidades de la atención, donde el vínculo entre investigación, programas y acciones de prevención y control de enfermedades resulta fundamental.

 

Tal es la razón de que la atención y el estudio de las enfermedades infecciosas sean parte del quehacer diario del INSP, a través no solo de las actividades y del trabajo comunitario en el que se halla involucrado el Centro de Investigación Sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI), los cuales están orientados a contribuir a la reducción de este tipo de padecimientos, sino de las diferentes líneas de investigación por misión institucionales y, particularmente, de la formación de recursos humanos a través tanto de la investigación como de los programas de posgrado en Epidemiología que la institución ofrece entre su vasta oferta educativa.

 

Y tal es la razón, también, de que el tema de las enfermedades infecciosas forme parte sustantiva del programa científico del XIV Congreso de Investigación en Salud Pública (CONGISP 2011), el cual habrá de celebrarse del 1 al 4 de marzo del presente año en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, en la sede del Instituto Nacional de Salud Pública, con la participación de prestigiados especialistas de México y el mundo.

 

Para conocer a detalle el programa del Congreso, lo invitamos a que visite nuestra página web:
http://www.congisp2011.org/ei_programa_cientifico.php