Salud España , León, Mi茅rcoles, 09 de marzo de 2011 a las 16:22
D脥A MUNDIAL DEL RI脩脫N

Las personas con enfermedad renal cr贸nica tienen mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares

El nefr贸logo de la Cl铆nica San Francisco recuerda que el mejor tratamiento es el trasplante

AMR/DICYT La delegación en León de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer) ha lanzado diferentes mensajes de concienciación con motivo de la celebración del Día Mundial del Riñón, el 10 de marzo. El primero es el relativo a la relación entre la enfermedad renal y las cardiovasculares. Diferentes estudios de investigación han demostrado este vínculo, según Alcer. En España, está sometidos a este riesgo uno de cada diez adultos, colectivo que tiene algún grado de enfermedad renal, muchas veces desconocido por los propios pacientes. La enfermedad renal no suele presentar signos ni síntomas hasta que se encuentra en fases avanzadas, por lo que supone la asunción de un segundo riesgo, el desarrollo de complicaciones cardiovasculares, la primera causa de muerte en el país.

 

Alcer centrará la celebración del Día Mundial del Riñón en la organización de diferentes actividades de concienciación sobre la importancia de la enfermedad renal crónica, que según los últimos datos afecta al 7% de la población. El lema de este año es Protegiendo tus riñones, cuidarás tu corazón, con el que se pretende hacer hincapié en el papel negativo que tienen las enfermedades renales en el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Se ha demostrado que los pacientes con enfermedad renal crónica tienen entre un 20% y 30% más de posibilidades de padecer una dolencia cardiovascular, indica la Clínica San Francisco en un documento divulgativo recogido por DiCYT.

 

El especialista en Nefrología de la Clínica San Francisco, Benjamín de León, recuerda que por enfermedad renal crónica “se entiende la pérdida más o menos intensa de todas o alguna de las funciones de los riñones, como la limpieza de toxinas, eliminación de líquido, regulación de la tensión arterial y producción de hormonas responsables de la fabricación de glóbulos rojos y de la calcificación adecuada de los huesos”.

 

Las causas principales de esta dolencia son la diabetes mellitus, la hipertensión arterial crónica y la arterioesclerosis. Asimismo, el consumo excesivo de algunos medicamentos, como por ejemplo los antiinflamatorios, pueden provocar también daños renales. Además, no hay que olvidar que con el paso de los años se produce una pérdida paulatina de la función renal, por lo que es conveniente estar alerta y controlar dicho deterioro. “Es aconsejable que a partir de los 50 años las personas con factores de riesgo como diabetes, obesidad, consumo regular de antiinflamatorios, hipertensión arterial, infecciones de orina de repetición, cálculos renales, enfermedades cardiacas o con antecedentes familiares de enfermedades renales visiten al nefrólogo y de esta manera se pueda llevar a cabo un correcto seguimiento y en los casos que sean necesarios fijar un tratamiento correctivo de dichos factores y de esta manera evitar o reducir su posible progresión” apunta el doctor Benjamín de León.

 

Trasplante renal


En los casos en que la función renal llega a su fin el paciente tiene ante si tres tratamientos: hemodiálisis, diálisis peritoneal y trasplante renal. En este sentido, el nefrólogo de la Clínica San Francisco indica que “el mejor tratamiento es el trasplante renal, una intervención no especialmente complicada y que consiste en colocar un riñón de otra persona en el cuerpo del paciente, más concretamente en la zona del apéndice, por lo que no es necesario retirar ningún riñón propio”. Durante 2010 se realizaron en Castilla y León un total de 93 trasplantes renales, según datos de la clínica.

 

Para esta organización, el problema principal es el descenso de las donaciones de órganos, que está directamente relacionada con la reducción de los accidentes mortales de tráfico. Ante esta situación, la Organización Nacional de Trasplantes está impulsando entre otras medidas la donación de donante vivo, personas que de forma altruista donan uno de sus riñones a pacientes que lo necesitan. Y parece que se están consiguiendo resultados satisfactorios, ya que se si en 2009 este tipo de donación supuso un 5% del total, el año pasado aumentó hasta el 10%. Esta solidaridad es de vital importancia si tenemos en cuenta que a finales de 2010 había más de 4.500 personas en nuestro país esperando un trasplante de riñón. Además, el doctor Benjamín de León destaca que “se ha demostrado que el trasplante de donante vivo respecto al de cadáver presenta mejores resultados tanto a corto como a largo plazo, destacando sobre todo la supervivencia de los órganos, ya que la vida media del riñón del donante vivo es de 19 años frente a los 14 años del donante cadáver”.

 

En cuanto al mapa nacional de donaciones hay que resaltar que Castilla y León es la comunidad que más ha crecido durante 2010, pasando a ocupar el cuarto puesto a nivel nacional en donación de órganos (103 donaciones en 2010 frente a 83 en 2009).