Alimentación Perú , Perú, Jueves, 30 de junio de 2011 a las 13:38

Investigadores reciben subsidio para aumentar la seguridad alimentaria en la región andina

El proyecto tiene entre sus objetivos resaltar la importancia del conocimiento agrícola local y mejorar la nutrición de los pobladores

Eva Aguilar/DICYT Investigadores de Perú y Canadá han recibido un subsidio de 3'4 millones de dólares para realizar estudios en la empobrecida región de los Andes que contribuyan a incrementar la seguridad alimentaria en la zona. De acuerdo con información divulgada la semana pasada por la Universidad de Columbia Británica (Canadá), el proyecto se centrará en mejorar la práctica de la agricultura orgánica y sostenible, dándole particular relevancia a los cultivos considerados de primera necesidad, como las patatas, y los tubérculos andinos. 

 

La subvención ha sido concedida por el Fondo Internacional de Canadá para la Investigación en Seguridad Alimentaria (CIFSRF, por sus siglas en inglés), un programa de colaboración entre el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC) y la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA).

 

El equipo de investigadores que llevará a cabo el proyecto está conformado por Andrew Riseman, Eduardo Jovel y Judy McLean, profesores de la Universidad de Columbia Británica (UBC), Manuel Ruiz, de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, Roberto Ugás, de la Universidad Nacional Agraria La Molina (Lima, Perú), y otros colaboradores.

 

"El proyecto acaba de empezar. Tiene un tiempo de vida de 42 meses pero esperamos que tenga un impacto a largo plazo", dijo a DiCYT Eduardo Jovel, director del Laboratorio de salud aborigen y productos naturales de la UBC.

 

De acuerdo con Jovel, el subsidio concedido por las agencias de desarrollo canadienses es un "estímulo" importante para la continuidad de una estrategia general en temas de alimentación fomentada por Canadá. Dicha estrategia tiene como propósito superar factores limitantes como la baja productividad, la calidad del producto, la falta de tecnologías modernas y la pérdida de tierras cultivables.

 

Mediante un estudio interdisciplinario, los investigadores examinarán aspectos relacionados con vínculos organizativos, participación por género, regulaciones, el acceso de los productos orgánicos a los mercados y la garantía de ingresos mínimos en la región.

 

El valor de la agricultura tradicional andina

 

Durante milenios, las sofisticadas prácticas agrícolas de los pobladores de los Andes llevaron a la domesticación de especies de plantas y frutas comestibles que constituyen un tercio de todos los alimentos que consumimos hoy en día, entre los cuales se cuentan las patatas, el maíz, los frijoles, los pimientos y los tomates.

 

En las últimas décadas, sin embargo, se ha producido un declive en la producción agrícola de los Andes debido a la migración de sus habitantes hacia ciudades costeras, mientras que el crecimiento de la población, la deforestación, la erosión del suelo, la mala administración de los recursos y los desastres naturales han tenido un impacto negativo en los delicados ecosistemas de la región. Muchos de los cultivos andinos que están siendo subutilizados son poco conocidos fuera de la zona y están desapareciendo rápidamente debido a las tensiones sociales y al deterioro medioambiental.

 

De allí que los investigadores de Perú y Canadá busquen resaltar la importancia que tiene el conocimiento de los productores locales en cuanto al manejo de los cultivos nativos, y mejorar la nutrición entre los habitantes de la zona. Durante los cuatro años que dure el proyecto, trabajarán con minifundistas (propietarios de tierras de cultivo que por su pequeña extensión no son lo suficientemente rentables) y con indígenas en dos regiones de los Andes peruanos (Cajamarca y Cuzco) reconocidas por su biodiversidad y por sus activas asociaciones de agricultores.

 

Para promover el cultivo intensivo e integrado, los investigadores también estudiarán el fitomejoramiento participativo (colaboración de agricultores y científicos en la investigación y el desarrollo agrícola), evaluando la diversidad genética y las características asociadas a la sostenibilidad de los cultivos actuales y potenciales, particularmente de aquellos que son autóctonos.

 

"La contribución de las poblaciones indígenas a la agricultura todavía es crucial para el futuro de la seguridad alimentaria en la región", concluyó Jovel. "La región andina es un depósito de conocimiento tradicional y un recurso invaluable para el desarrollo de estrategias sostenibles que beneficien a los agricultores".