Alimentación Perú , Perú, Miércoles, 28 de septiembre de 2011 a las 16:41

Hallan la escritura más antigua del Perú en Checta

Arqueólogos de San Marcos dan a conocer evidencia plasmada en quilcas de hace más de tres mil años

UNMSM/DICYT En 1935, monseñor Pedro E. Villar Córdova, doctor y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, afirmaba en su estudio sobre Las culturas prehispánicas del Departamento de Lima lo siguiente acerca de los petroglifos de Checta: "La representación del pensamiento por medio de la escritura ideográfica, parece expresarse, de alguna manera, mediante la ‘pictografía, el ‘litograma o ‘petroglifo; cuyos trazos denotan un esfuerzo ideológico en la representación de estos símbolos que muestran las modalidades de una escritura jeroglífica rudimentaria".

 

El enigma de la escritura peruana en quilcas (arte rupestre) ha sido una cuestión pendiente para los intelectuales peruanos y durante muchos años este tema ha estado circunscrito a hipótesis historicistas y a la presunción de que existió una escritura en el Perú, cuyo término denotativo de "quilca" (presente en todos los diccionarios quechuas y aymaras del siglo XVI) es una evidencia indirecta relacionada que lo prueba. Al menos esto fue sugerido por intelectuales de la talla de Villar Córdova, Raúl Porras Barrenechea, Victoria de la Jara, y Eloy Linares Málaga, entre otros.

 

Recientemente, un estudio realizado por arqueólogos sanmarquinos detalla la identificación y análisis de la que sería la primera y más antigua escritura en el Perú de carácter ideográfico. La evidencia que lo probaría fue descubierta en Checta -ubicado en el valle del Chillón a tres horas de Lima- donde los investigadores consideran que la escritura ideográfica tuvo una vigencia aproximada de 2000 años, y cuyo final se relacionó al impacto cultural e ideológico de Chavín en la costa central del Perú, acaecido aproximadamente por 1000 años antes de la era común.

 

El estudio realizado por los arqueólogos sanmarquinos Antonio Wong Robles y Gori Tumi Echevarría logró establecer que los años 2500-1000 antes de la era común corresponden al desarrollo y difusión de la primera y más antigua escritura peruana, que se incluye en la Fase 2 de las quilcas de Checta. "La secuencia de Checta, señala Gori Tumi, constituye una de las muestras artísticas más contrastadas existentes en el Perú -desde el Periodo Arcaico hasta el Periodo de influencia Chavín en los Andes centrales- y ha proveído evidencia clara para la identificación y rastreo de la primera escritura peruana".

 

Según Antonio Wong, la investigación muestra que Checta es un sitio arqueológico de primerísima importancia con una secuencia lo suficientemente compleja como para deducir un desarrollo gráfico cognitivo de aproximadamente tres mil años de duración.

 

"Consideramos que Checta es la mayor muestra de un fenómeno de escritura temprana, la que acompaña los procesos civilizatorios y la consolidación del poder de los ayllus primigenios en los Andes, con un lapso aproximado de dos mil años y una extensión que cubre al menos seis cuencas continentales en la costa central del Perú, desde la cuenca de río Supe hasta la cuenca del río Lurín", señala Wong.

 

Según anotó Gori Tumi Echevarría, este esfuerzo civilizatorio tuvo éxito y se desarrolló invariablemente por casi dos mil años hasta que la égida ideológica de Chavín hizo su marca en la costa central alterando o cancelando el desarrollo de la escritura de Lima.

 

"Checta constituye un caso único en los Andes para confrontar el desarrollo de una escritura andina en una de las épocas más cruciales del progreso cultural y civilizatorio del hombre en el mundo, progreso que cubrió un número extenso de rasgos culturales, de los cuales solo hemos explorado unos pocos", indicó.

 

En este contexto Checta eleva su estatus constituyendo uno de los sitios arqueológicos más valiosos del Perú, cuyas milenarias quilcas (quilca literalmente significa escritura) constituyen uno de los tesoros culturales más notables de América.

 

Estos hallazgos han permitido a ambos arqueólogos reevaluar el estatus del arte rupestre, cuyo potencial para el estudio del desarrollo cognitivo del hombre andino no había sido explorado anteriormente. La identificación de la escritura en piedra es solo una conclusión de una nueva visión arqueológica al fenómeno rupestre peruano.

 

El arqueólogo Gori Tumi anota finalmente: "hemos retomado implícitamente la posta dejada por los maestros sanmarquinos Raúl Porras Barrenechea, Javier Pulgar Vidal, y Victoria de la Jara, que comprendieron que las quilcas o el arte rupestre constituía una clave crucial para rastrear y entender el proceso de formación y desarrollo de una escritura peruana, y de la civilización peruana en conjunto".