Alimentación España , Salamanca, Viernes, 03 de febrero de 2012 a las 18:52

Científicos de Salamanca y Alemania estudian la percepción de estímulos auditivos en función de la experiencia

El Max Planck Institute of Experimental Medicine de Goettingen (Alemania) colabora con el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) a través de una salmantina

JPA/DICYT Livia de Hoz García-Bedillo es una salmantina que ha desarrollado toda su carrera científica fuera de Salamanca. Sin embargo, los caminos de la Ciencia son impredecibles y, curiosamente, aunque en la actualidad está trabajando en el Max Planck Institute of Experimental Medicine de Goettingen (Alemania), su línea de investigación está muy relacionada con algunos estudios que desarrolla el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl). Por eso, está iniciando un proyecto conjunto con el Incyl para estudiar la percepción de sonidos en el cerebro. 


La investigadora del centro alemán estudia en ratones qué es lo que ocurre en el córtex auditivo del cerebro cuando los animales aprenden a discriminar entre distintos tonos, explica en declaraciones a DiCYT. En concreto, uno de los tonos que reciben es desagradable sin esperarlo, pero la respuesta que ofrece el cerebro y en particular el córtex auditivo cambia en función de lo que han aprendido anteriormente. Es decir, que los científicos analizan "la plasticidad del cerebro en función de la experiencia" o cómo se amolda el cerebro a las experiencias auditivas.

 

Livia de Hoz pone un ejemplo claro de este tipo de experimentos: cuando los animales tienen una cierta expectativa acerca de un tono, esperan que no les produzca aversión, pero de repente el estímulo que reciben es distinto y desagradable. Entonces, los investigadores analizan cómo responde a esa sorpresa el córtex auditivo.

 

Esta situación está muy relacionada con el estrés, porque esencialmente consiste en que "nos cambian las expectativas en un cierto ambiente". De hecho, aprender algo desagradable "es menos estresante que el hecho de que te cambien las expectativas de algo que tú no creías desagradable y finalmente sí lo es". Esto tiene una traducción en el comportamiento de los animales y provoca cambios en el córtex auditivo.


Aunque se trata de investigación básica, hay muchos ejemplos de situaciones cotidianas en la vida de las personas que podrían estar relacionados con situaciones de estrés análogas, ya que "nos tenemos que adaptar continuamente", comenta la experta. Por ejemplo, "una situación en la que alguien que ha sido simpático contigo de repente se vuelve muy antipático es más estresante que si alguien que conoces por primera vez es antipático desde el principio".


Los investigadores ven un paralelismo entre el comportamiento del animal ante el estímulo y lo que después pueden observar que ha cambiado en su cerebro. Frente al estímulo novedoso cambia la plasticidad del cerebro, su capacidad de adaptación, y esto tiene efectos duraderos.

 

Por otra parte, en el Incyl, Manuel Sánchez Malmierca estudia el colículo inferior y el tálamo, estructuras que le mandan impulsos al córtex auditivo. Su trabajo consiste en analizar qué está ocurriendo en estas zonas del cerebro con los estímulos novedosos y está comprobando que reaccionan de forma diferente que ante los sonidos habituales, que la respuesta es mayor. De forma paralela, "nosotros estudiamos este tipo de protocolos en el córtex auditivo y vemos cómo esta respuesta mayor a lo novedoso cambia en función de la experiencia del animal", indica la experta.

 

Por eso, "ahora vamos a trabajar juntos", indica Livia de Hoz, "él tiene un experiencia enorme en el colículo inferior y el tálamo y yo vengo más del córtex y del hipocampo, así que la idea es combinar los dos esfuerzos y ver qué es lo que ocurre", indica la investigadora. La plasticidad que generan estos estímulos en el córtex auditivo dura mucho tiempo, así que ahora los científicos se preguntan hasta qué punto ocurre lo mismo en las estructuras más externas del sistema auditivo, es decir, el colículo inferior y el tálamo, que estudia Sánchez Malmierca. "Queremos saber si cambia la forma de percibir estímulos dependiendo de experiencias previas y dónde ocurre este cambio, cerca del oído o en el interior del cerebro", señala.