Ciencia España , Burgos, Viernes, 01 de marzo de 2013 a las 15:54

La Universidad de Burgos inviste Doctor Honoris Causa in memoriam a Félix Rodríguez de la Fuente

Marcelle Parmentier ha recogido la medalla esmaltada, los atributos (el birrete y el libro de la ciencia) y el diploma que confieren al naturalista como nuevo miembro del Claustro de doctores de la UBU

CGP/DICYT El naturalista Félix Rodríguez de la Fuente ha sido investido hoy Doctor Honoris Causa in memoriam de la Universidad de Burgos en un acto al que han asistido su viuda, Marcelle Parmentier, presidenta de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, dos de sus hijas, y su nieto. Parmentier ha recogido de manos del rector de la Universidad, Alfonso Murillo, la medalla esmaltada de Doctor Honoris Causa, los atributos (el birrete y el libro de la ciencia) y el diploma que confieren al naturalista como nuevo miembro del Claustro de doctores de la UBU.


Durante el acto, ha manifestado su gratitud al equipo rectoral de la Universidad de Burgos. “Félix sentía orgullo de ser castellano, de haber nacido en esta tierra austera, recia, noble, seria e importante que es Castilla y que imprime carácter”, ha explicado Parmentier. Asimismo, ha asegurando que “él mismo fue un producto de esta tierra, ya que enriqueció su retina, estimuló su poder de percepción y constituyó el entorno feliz de un niño en total libertad, que fue descubriendo un mundo natural sin intermediarios ni traductores”. “Entre él y su audiencia se producía un flujo mental, una alimentación intelectual de mente a mente, ora con trama dramática que levantaba emociones, ora con trama científica y cultural. Esa fue la clave de su éxito y lo que le permitió cambiar la mentalidad de todo un país en tiempo record”, ha manifestado Parmentier.


Por su parte, el rector de la Universidad de Burgos, Alfonso Murillo, ha explicado que el título de Doctor Honoris Causa es la máxima distinción académica que puede conceder una universidad, y se confiere a quienes han realizado importantes contribuciones al conocimiento científico, así como por sus sobresalientes aportaciones a la sociedad, según la información de la Fundación recogida por DiCYT.


En este sentido, ha recordado que Félix se caracterizó por “su búsqueda constante del hombre en su esencia más pura, ejerciendo de Maestro para enseñarnos a entender a la Madre Tierra de una forma distinta, hasta el punto de conseguir generar una nueva conciencia”.


Así, ha recordado las palabras de Ramón y Cajal, apuntando que las cualidades indispensables del cultivador de la investigación son la independencia de juicio, la curiosidad intelectual, perseverancia en el trabajo, el amor a la gloria y el amor a la patria. “Creo, sin lugar a dudas, que nuestro nuevo Doctor Honoris Causa se ajusta perfectamente a este perfil descrito por nuestro insigne premio Nobel”, ha reconocido.


Biografía


Félix Rodríguez de la Fuente nació en Poza de la Sal, Burgos el 14 de marzo de 1928 y falleció en Alaska, 14 de marzo de 1980. Divulgador ambientalista, fue pionero en España en la defensa de la naturaleza. El personaje es bien conocido por todos, un hombre adelantado a su tiempo que utilizó todos los medios de comunicación para trasladar su pasión por el entorno y su preocupación por la implacable destrucción del mismo. Pero la persona, desconocida para muchos, fue la que trascendió todas las barreras de cultura, prejuicios y costumbres para llegar al corazón de millones, independientemente de edad y procedencia.


Su mensaje fue calando y con la ayuda de otros pioneros conservacionistas, provocó un cambio en la sociedad española impulsándola hasta otro lugar muy diferente del que provenía. Cuando Félix Rodríguez de la Fuente comenzó a difundir su mensaje, en España se premiaba el envenenamiento y la matanza indiscriminada de las entonces consideradas alimañas, es decir, casi toda la fauna carnívora. De la mano de Félix, España se convirtió en el primer país europeo en implantar leyes que protegiesen las aves de presa, en un país pionero en conciencia ecológica e interés del público por la naturaleza.


Asimismo, rescató la tradición oral, tan importante en la historia de la cultura humana pero enterrada en el pasado por el peso de la escritura y de los modernos medios de comunicación; rescató la magia de las leyendas y la fuerza de la improvisación para reconectarnos con el gozo ancestral de perdernos en las palabras, preñadas de mensaje, del chamán.


Trayectoria divulgativa


Desde el momento de su despegue como divulgador, en pocos años pasó a ser uno de los hombres más conocidos del momento. En la década de los sesenta escribió artículos en la revista Blanco y Negro y apareció en programas de televisión, sobre todo, dedicados a los niños. En 1965 Félix aparece con sus halcones en el programa Fin de Semana de Televisión Española, llamando la atención del público que insistía en verlo de nuevo. Lo cual cambiaría su vida e influiría en la de varias generaciones de españoles que comenzaron a seguirlo en sus apariciones en la pequeña pantalla.


El éxito de la producción de su primer documental, Señores del espacio le permitió estudiar en profundidad el comportamiento de los temidos lobos, llegando a convivir con una manada, en la que se erigió como líder. El lobo fue uno de los animales más admirados por Félix que consiguió, a principios de los años 70, que el lobo ibérico dejara de considerarse una alimaña y se le catalogara como especie cinegética o de caza mayor.
Más tarde dirigió la Operación Baharí, en la que por primera vez se usaron halcones para ahuyentar las aves que entorpecían el despegue y aterrizaje de los aviones en los aeropuertos. Participó en varios programas de radio y televisión, entre los que destacó Planeta Azul.


Viajó a África, donde trabajó como guía de safaris fotográficos. Recorrió Uganda, Somalia, el Congo, Tanzania y Kenia. Fue precisamente en estos dos últimos países donde realizó sus primeros trabajos para Televisión Española: cinco episodios de la serie A toda plana.


Convertido en un símbolo del naturalismo, fue fundador de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (ADENA) y la delegación española del Fondo Mundial para la Vida Salvaje (WWF). A partir de 1974 se embarcó en su proyecto más ambicioso: El hombre y la Tierra en sus tres series: venezolana, ibérica y canadiense. El hombre y la Tierra fue declarada en el año 2000 como Mejor Producción de la Historia de la Televisión en España por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión.


Precisamente se encontraba rodando un episodio de la serie canadiense y mientras filmaba una carrera de perros esquimales en Shaktoolik, Alaska, la avioneta en la que viajaba se estrelló. El "amigo de los animales" falleció el mismo día de su 52 cumpleaños. Su pérdida conmocionó al mundo entero y dejó un legado literario, radiofónico y fílmográfico imprescindible para el conocimiento de nuestra fauna.