Alimentación España , León, Jueves, 21 de abril de 2005 a las 20:16

Las nuevas tecnologías, al servicio de la conservación de los alimentos

El profesor Carlos Alonso Calleja imparte una conferencia sobre el tema en el marco de la Semana de la Ciencia de Ponferrada

MJF/DICYT La aplicación de las tecnologías más novedosas en el procesado de alimentos permiten alargar su vida útil de forma considerable y producir otros nuevos, según ha explicado a DICYT el profesor del Departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos, Carlos Alonso Calleja, que imparte esta tarde una conferencia bajo el título Nuevas Tecnologías en la conservación y procesado de alimentos, en el marco de la Semana de la Ciencia que se celebra en Ponferrada.

 

Las nuevas tecnologías permiten incorporar mejoras en la conservación de los alimentos mediante técnicas como la aplicación de pulsos lumínicos. Según Carlos Alonso, se trata de aplicar destellos de luz súbitos para neutralizar los microorganismos que estropean los alimentos. Esta técnica se usa para desinfectar envases y para la fabricación de productos de calidad.

 

Otra de las técnicas desarrolladas es la de aplicación de campos magnéticos oscilantes, también dirigida a la neutralización de microorganismos, a los que impide su propagación. Y otra de las posibilidades es la modificación de atmósferas para combatir la acción de los microorganismos. En este caso, Carlos Alonso explica que añade una atmósfera a la existente creada a partir de oxígeno, nitrógeno y CO2 que, según precisa, permite modificar incluso la composión de los microorganismos y su tasa de crecimiento. Esta técnica es parecida a la empleada en el envasado al vacío, y se aplica en la industria cárnica y vegetal.

 

Todas estos procesos, según asegura Carlos Alonso, aumentan la vida útil de los productos de forma que favorecen su transporte a largas distancias. Del mismo modo, el experto recalca que las nuevas tecnologías pueden ser utilizadas para crear nuevos productos de alta calidad, que alcanzan un alto precio en el mercado. Entre ellos se encuentran determinados yogures, aunque también son procesos aplicados en productos de panadería y alimentos considerados de cuarta gama, como las verduras y hortalizas que se venden troceadas.

 

Sin embargo, algunas de las mejoras incorporadas en el procesado de alimentos proceden de tecnologías empleadas en otros ámbitos. En este sentido, Carlos Alonso apunta a la técnica de aplicación de presiones hidroestáticas, que se remonta al siglo XIX y ha sido empleada en la cerámica industrial y con carácter militar, pero ahora se ha comenzado a utilizar en la industria alimenticia.