Alimentación Costa Rica , Heredia, Viernes, 13 de diciembre de 2013 a las 09:51

Murciélagos, portadores del virus de la rabia

Desde 1970 se controlaron los casos de rabia urbana en nuestro país; sin embargo, las autoridades de salud siguen prestando especial atención a los brotes de tipo silvestre

UNA/DICYT A través de la historia se ha catalogado al vampiro como una criatura mítica que se alimenta de la sangre de los seres vivos; incluso en algunas culturas es visto como la representación demoniaca de un ser humano que después de morir revive en un depredador chupasangre.

 

Sin embargo, lo que la mitología y la magia de Hollywood dejan de lado es la realidad de que el vampiro o murciélago hematófago es el portador del virus de la rabia que afecta la salud de las personas, mascotas y ganado bovino alrededor del mundo.

 

La rabia es una zoonosis (enfermedad transmitida al ser humano por los animales) causada por un virus que infecta a animales domésticos y salvajes, el cual se propaga a las personas principalmente a través del contacto con la saliva infectada, mordeduras o arañazos, y que provoca una encefalitis casi invariablemente mortal en los seres humanos y otros mamíferos.

 

Rabia urbana

 

En esta tarea de enseñanza y control epidemiológico, la Escuela de Medicina Veterinaria (MedVet-UNA) de la Universidad Nacional (UNA) y el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) del Ministerio de Agricultura y Ganadería, unen esfuerzos para que se cumplan los políticas de prevención y erradicación de la rabia, ya sea en animales de compañía o en especies mayores.

 

Luis Nazario Araya, de la Cátedra de Microbiología e Inmunología Veterinaria de Medvet-UNA, explicó que la mayor parte de los reportes de rabia urbana en nuestro continente provienen del Caribe (Haití, Dominicana), región andina (Bolivia, Ecuador y Perú), y Centroamérica donde sobresalen Guatemala, El Salvador y Honduras, pero también Nicaragua por lo que debemos estar siempre atentos.

 

“Esto quedó patente años atrás con un perro que habitaba en el Valle Central. Este animal fue remitido con signos nerviosos a Medicina Veterinaria donde, eventualmente, con el apoyo de un laboratorio del exterior se estableció que estaba infectado con rabia. Los reportes indican que aparentemente no llegó a morder a ninguna persona y quienes estuvieron en contacto con el animal fueron vacunadas”, explicó.

 

Bovina

 

Víctor Hugo Sancho, coordinador del Programa Nacional de Rabia Bovina del SENASA, explicó que el ataque del Desmodus rotundus provoca pérdidas económicas calculadas en $50.000.000 por año a la ganadería de los países de la América Tropical, en donde nuestro país lo perdido ronda los $800.000.

 

En ese sentido, Sancho detalló que desde 1985 al 2013 se han registrado en el país 78 brotes de rabia bovina, localizados en distintas regiones del país. Según los datos del SENASA, durante ese periodo, la Zona Brunca es la que presenta el mayor número de casos de rabia bovina con 32, seguida por la Huetar Norte con 13, Pacífico Central 12 y la región Chorotega con 10 casos. En la presentación de los brotes por provincia Puntarenas ocupa el primer lugar, seguida por Alajuela, Guanacaste y San José.

 

Colmillos letales


En relación con el vampiro chupasangre, Sancho detalló que de las 110 especies de murciélagos que existen en el país tres son hematófagas: Desmodus rotundus, Diphylla ecaudata y Diaemus youngui; el resto son benéficas. No obstante, el Desmodus rotundus o vampiro común es el mayor responsable de diseminar el virus de la rabia.

 

“A menudo aparecen pequeños brotes del virus en fincas ganaderas, no por la mordedura de un perro sino por el ataque del vampiro o murciélago hematófago”, comentó Sancho.

 

Esta especie de mamífero volador tiene la característica de poseer un labio inferior en “V”, ausencia de hoja nasal, membrana interfemoral reducida, sin cola, así como con un dedo pulgar muy desarrollado con tres cojinetes. Tiene una sola cría al año y a menudo se localiza desde el centro de México hasta la parte central de Argentina, donde tiene su hábitat en troncos huecos de los árboles, cavernas y en orificios a orillas de los ríos.

 

Luis Araya recalcó que, a diferencia de muchos otros mamíferos, esta especie de murciélago es capaz de mantener una infección por más tiempo sin morir, en comparación con un perro, gato o zorrillo.

 

Transmisión

 

Los expertos comentaron que el ciclo de rabia se comporta de dos maneras, la rabia urbana en los animales de compañía que se transmite al humano, y la rabia silvestre que pasa de un vampiro a otro y de ahí al bovino principalmente por mordedura.

 

Araya indicó que el periodo de incubación luego de una mordida con rabia oscila generalmente entre quince días a tres meses, acompañado de una sintomatología muy variada. “El tiempo que transcurre entre la mordedura hasta que llega al cerebro y la aparición de signos, se considera como el periodo de incubación. Al ser este prolongado permite que se pueda vacunar a la persona mordida”; cuanto más pronto se vacune mejor, pero el tratamiento es solo para humanos.

 

Por su parte, en los bovinos la sintomatología se manifiesta con parálisis de las patas traseras, espuma constante por la boca, dificultad para tragar debido a la atrofia muscular y aislamiento del resto del hato, explicó Sancho.


Métodos de control

 

Tanto la UNA como SENASA promueven el control de la rabia. Uno de los medios más eficaces es la vacunación de los animales domésticos, en especial los de compañía, y de los bovinos en zonas donde ocurren los brotes con mayor frecuencia. Además, los veterinarios y estudiantes de MedVet-UNA son vacunados para prevenir el contagio durante su trabajo.

 

Adicionalmente, SENASA realiza encuestas epidemiológicas en las comunidades rurales, charlas de capacitación, así como capturas y control de vampiros por medio de las redes de niebla, las cuales se colocan en los corrales en la noche.

 

Una vez atrapado el vampiro, este es impregnado con un anticoagulante de acción lenta, pues como estos mamíferos tienen la particularidad de acicalarse entre sí, por cada murciélago tratado mueren 19 en la colonia, lo que limita la diseminación de esta peligrosa enfermedad en zonas donde hay brotes.