Salud Colombia , Antioquia, Viernes, 28 de febrero de 2014 a las 10:02

Virus rubios, virus morenos

La gen茅tica molecular apoya a la virolog铆a en el desarrollo de vacunas seguras. Este es el trabajo que Juan Carlos Zapata, investigador del grupo de Gen茅tica Molecular, realiza en la Universidad de Maryland

UDEA/DICYT El desarrollo de las vacunas, en el siglo XVIII, cambió para siempre la historia humana y elevó mucho la esperanza de vida de la especie, ya que éstas preparan al cuerpo humano para enfrentar a virus tan peligrosos como el de la viruela o la poliomielitis. Muchas vacunas son virus atenuados, que se inyectan en el cuerpo de un animal para que éste desarrolle una respuesta inmune adecuada.


Para conseguir una vacuna eficiente y segura contra una enfermedad, debe hacerse exhaustiva investigación desde varias áreas. A esto se dedica Juan Carlos Zapata, bacteriólogo y doctor en Biología de la Universidad de Antioquia, quien realizó la parte práctica de su trabajo en la Universidad de Maryland, Estados Unidos, en donde trabaja hace 13 años.


“Trabajamos con un candidato vacunal para una enfermedad llamada fiebre hemorrágica de Lassa. Es una enfermedad que afecta más o menos a 300.000 personas cada año en el oeste de África y que genera una alta mortalidad”, explicó Zapata.


Para la caracterización de la vacuna había que realizar una parte inmunológica, una bioquímica y una molecular. La tesis incluyó todo esto, pero la conexión directa con el grupo de Genética Molecular de la Alma Mater —Genmol—, fue en la caracterización de poblaciones virales desde la genética molecular.


Zapata lo explicó: “cuando hablamos de una población humana se encuentran individuos con diferentes rasgos: color de ojos, de piel, estatura. Algo similar pasa con los virus: por lo general las técnicas moleculares que se usaban hasta el momento solo permitían detectar la población viral más abundante, pero también había otras poblaciones menos abundantes con diferencias”. Por decirlo así: virus con ojos claros, rubios, dentro de la muestra de virus morenos.


Detectar estas variaciones es fundamental. Por ejemplo, en el caso del VIH, se ha visto que dentro de la población viral hay ciertas cepas resistentes a los medicamentos, desde antes de comenzar un tratamiento. “Una forma de hacer el seguimiento para cualquier vacuna es mirar si dentro de las subpoblaciones virales de un individuo hay cepas resistentes”, complementó Zapata. “Usamos una técnica llamada secuenciación profunda”.


Las implicaciones de estas variaciones van más allá. “Puede ser que dentro de una muestra de virus para vacunas haya cepas patogénicas escondidas, y que cuando se inoculen en un individuo, en lugar de proteger puedan inducir una enfermedad”.


Otro riesgo que puede evitarse con la caracterización genética tiene que ver con las personas con Sida. “El virus VIH daña el sistema inmune, por lo que la persona queda susceptible a sufrir enfermedades por microorganismos que normalmente no son patogénicos. Esos se llaman agentes oportunistas”, explicó el investigador.


La vacuna que desarrollan en el laboratorio es un virus vivo atenuado, que no suele tener efectos dañinos en una persona cuyo sistema inmune esté bien. “Pero en alguien con un defecto inmunológico el virus puede replicarse e inducir una enfermedad hemorrágica, como en el caso del virus de la fiebre de Lassa”, indicó Zapata. En las pruebas realizadas en monos no hubo dicha reacción, lo que aumenta la confiabilidad de uso de la nueva vacuna.

 

Investigando aquí y allá


“En la Universidad de Maryland se hace más investigación porque hay recursos para investigar en la parte práctica, pero en la Universidad de Antioquia, a pesar de que los recursos son escasos, se hace investigación de calidad”, opinó Juan Carlos Zapata. Él tuvo la oportunidad de hacer su trabajo práctico allá, mientras contaba con el apoyo teórico de Genmol.


Ahora que Juan Carlos terminó su doctorado, comenzará a escribir proyectos para tratar de fundar un laboratorio en la Universidad de Maryland. “Queremos firmar un convenio con la Escuela de Microbiología para empezar a traer estudiantes de la Universidad de Antioquia y que hagan aquí su trabajo de doctorado o maestría”.


De hecho, la Vicerrectoría de Investigación de la Alma Mater y el programa de Internacionalización buscan contactar investigadores, tanto colombianos como extranjeros, que trabajen en universidades del mundo y que estén dispuestos a recibir estudiantes de posgrado de la Universidad de Antioquia.


“Es nuestra política ubicar a los investigadores que están en instituciones en el exterior y acercarlos, de diferentes formas, a nuestra labor investigativa”, comentó Fanor Mondragón, vicerrector de Investigación.


Convenios así permitirían que más investigadores puedan, bajo el esquema que Juan Carlos aprovechó, disfrutar de los recursos y experiencias de otras universidades mientras hacen su posgrado en la Alma Mater.